Alimentarse de forma saludable será más sencillo gracias a una iniciativa que se implantará paulatinamente en nuestro país y que, a falta de perfeccionar ciertas incoherencias detectadas por nutricionistas, promete simplicar para el consumidor la adquisición de productos más saludables en los supermercados. Hablamos del nutri-score o semáforo nutricional, cuyo objetivo principal consiste en ayudar a combatir la obesidad, que afecta a uno de cada diez ciudadanos en España. En el caso de Canarias, su necesidad se aprecia de forma aún más acuciante pues el Archipiélago ha llegado a ocupar el primer puesto en el índice de obesidad mórbida de toda Europa.
Según destaca el portal especializado en consumo Consumer.es, algunos estudios afirman que el modelo del etiquetado frontal con semáforo de cinco colores propuesto por del Ministerio de Sanidad ayudará a mejorar la calidad nutricional de la cesta de la compra, al menos, en un 9,3 %. Pese a estos beneficios comprobados, para muchos profesionales sanitarios y expertos en materia de nutrición esta medida se ha retrasado demasiado. Sin embargo, dadas las cifras de sobrepeso y obesidad que se barajan en la actualidad, para la mayoría sigue siendo una iniciativa más que bienvenida a pesar de necesitar algunas modificaciones.
Un sistema no exento de polémica
La iniciativa consiste en un gráfico que será visible en el frontal de los envases y que clasificará los productos en cinco colores: del verde (para los más saludables) al rojo (para los de menor calidad nutricional). Los alimentos también llevan cinco letras asociadas, de la A a la E, en función de su contenido en azúcares, grasas saturadas, sal, calorías, fibra y proteínas por cada 100 gramos.
- Serán elementos nutricionalmente "desfavorables" las calorías, los azúcares simples, los ácidos grasos saturados y el sodio (sal).
- Los nutricionalmente "favorables" son las proteínas, la fibra, así como el contenido de frutas, verduras, legumbres y frutos secos.
.@sanidadgob ha anunciado esta semana la futura implantación del sistena de información nutricional Nutriscore. Aclaramos varios aspectos sobre esta iniciativa (hilo) pic.twitter.com/Y3LHJtNH9M
— Min. Sanidad (MSCBS) (@sanidadgob) 17 de noviembre de 2018
En el caso de nuestro país, se ha adoptado el modelo francés que, a pesar de que resulta muy útil para simplificar la información nutricional, en ocasiones es más funcional a la hora de comparar productos de un mismo tipo (por ejemplo, entre dos yogures), y no tanto para valorar alimentos de grupos distintos, como un yogur con unos cereales. Así opina el fundador de Concísate, una iniciativa en defensa de la promoción comunitaria de la salud y consumo informado, Félix A. Morales, quien traslada al medio digital canario AtlánticoHoy su lucha por dotar a los ciudadanos de las herramientas necesarias para ser cada vez más conscientes de cuestiones tan fundamentales como la necesidad de cambiar el actual sistema alimentario en beneficio de nuestra salud.
Este experto opina que, por la experiencia limitada que hay en Francia y los estudios que se han realizado hasta el momento sobre el semáforo nutricional, con su puesta en marcha "parece que los consumidores hacen mejores elecciones, que es de lo que se trata". "Sin ser la panacea, creo que esta iniciativa nos puede ayudar, con ciertas salvedades para que sea aún mejor, pues no hay ningún sistema perfecto", aclara.
¿Mejor un refresco que el aceite de oliva?
La Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) también se ha pronunciado sobre el sistema de etiquetado alimentario reconociendo que el mismo "quizás no es el óptimo" puesto que "puede generar cierta confusión entre los consumidores". A su juicio, este mecanismo "no sirve para hacer un listado general de alimentos en los que todos los que obtengan la misma letra sean comparables por su calidad nutricional". Además, señalan que en Francia, donde el modelo se instauró hace dos años, "algunos alimentos precisaron adaptaciones, algo que podría ocurrir en España".
"No tiene sentido aplicar el perfil de nutrientes a un producto o alimento como el aceite de oliva cuando es un producto mínimamente procesado", explica Félix Morales, quien apuesta por "seleccionar lo mejor de cada experiencia". Por un lado, destaca las cualidades del modelo francés, pero, por otro, las defendidas por el de la Organización Panamericana de la Salud, que está promoviendo en Latinoamérica un modelo basado en el grado de procesamiento de los alimentos. "Es decir, ni a los alimentos sin procesar o mínimamente procesados ni a ninguna verdura se les tiene que aplicar ningún modelo", puntualiza el responsable de Concísate.
"Nunca hay que perder de vista que la evidencia científica más sólida es que hay que consumir en mayor cantidad alimentos y no productos. Desde ese punto de vista, el sistema, que es bueno, tendrá un peso relativo en nuestras decisiones". "Creo que estas medidas vienen para ayudarnos", subraya.
El etiquetado anunciado por Sanidad resulta útil para comparar dentro de la misma categoría de productos.
— sinAzucar.org (@SinAzucarOrg) 13 de noviembre de 2018
Si comparamos entre categorías diferentes puede interpretarse mal.#NutriScore pic.twitter.com/mRzeCEflR7