Luz verde al semáforo nutricional

Comprar productos más saludables en el supermercado será más sencillo con el nuevo etiquetado de Sanidad, a falta de solventar algunas incoherencias detectadas por nutricionistas

Guardar

Featured Image 19019
Featured Image 19019

Alimentarse de forma saludable será más sencillo gracias a una iniciativa que se implantará paulatinamente en nuestro país y que, a falta de perfeccionar ciertas incoherencias detectadas por nutricionistas, promete simplicar para el consumidor la adquisición de productos más saludables en los supermercados. Hablamos del nutri-score o semáforo nutricional, cuyo objetivo principal consiste en ayudar a combatir la obesidad, que afecta a uno de cada diez ciudadanos en España. En el caso de Canarias, su necesidad se aprecia de forma aún más acuciante pues el Archipiélago ha llegado a ocupar el primer puesto en el índice de obesidad mórbida de toda Europa.

Según destaca el portal especializado en consumo Consumer.es, algunos estudios afirman que el modelo del etiquetado frontal con semáforo de cinco colores propuesto por del Ministerio de Sanidad ayudará a mejorar la calidad nutricional de la cesta de la compra, al menos, en un 9,3 %. Pese a estos beneficios comprobados, para muchos profesionales sanitarios y expertos en materia de nutrición esta medida se ha retrasado demasiado. Sin embargo, dadas las cifras de sobrepeso y obesidad que se barajan en la actualidad, para la mayoría sigue siendo una iniciativa más que bienvenida a pesar de necesitar algunas modificaciones.

Un sistema no exento de polémica
La iniciativa consiste en un gráfico que será visible en el frontal de los envases y que clasificará los productos en cinco colores: del verde (para los más saludables) al rojo (para los de menor calidad nutricional). Los alimentos también llevan cinco letras asociadas, de la A a la E, en función de su contenido en azúcares, grasas saturadas, sal, calorías, fibra y proteínas por cada 100 gramos.

  • Serán elementos nutricionalmente "desfavorables" las calorías, los azúcares simples, los ácidos grasos saturados y el sodio (sal).
  • Los nutricionalmente "favorables" son las proteínas, la fibra, así como el contenido de frutas, verduras, legumbres y frutos secos.


En el caso de nuestro país, se ha adoptado el modelo francés que, a pesar de que resulta muy útil para simplificar la información nutricional, en ocasiones es más funcional a la hora de comparar productos de un mismo tipo (por ejemplo, entre dos yogures), y no tanto para valorar alimentos de grupos distintos, como un yogur con unos cereales. Así opina el fundador de Concísate, una iniciativa en defensa de la promoción comunitaria de la salud y consumo informado, Félix A. Morales, quien traslada al medio digital canario AtlánticoHoy su lucha por dotar a los ciudadanos de las herramientas necesarias para ser cada vez más conscientes de cuestiones tan fundamentales como la necesidad de cambiar el actual sistema alimentario en beneficio de nuestra salud.

Este experto opina que, por la experiencia limitada que hay en Francia y los estudios que se han realizado hasta el momento sobre el semáforo nutricional, con su puesta en  marcha "parece que los consumidores hacen mejores elecciones, que es de lo que se trata". "Sin ser la panacea, creo que esta iniciativa nos puede ayudar, con ciertas salvedades para que sea aún mejor, pues no hay ningún sistema perfecto", aclara.

Image

Félix A. Morales, fundador de Concísate | AH

¿Mejor un refresco que el aceite de oliva?

La Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) también se ha pronunciado sobre el sistema de etiquetado alimentario reconociendo que el mismo "quizás no es el óptimo" puesto que "puede generar cierta confusión entre los consumidores". A su juicio, este mecanismo "no sirve para hacer un listado general de alimentos en los que todos los que obtengan la misma letra sean comparables por su calidad nutricional". Además, señalan que en Francia, donde el modelo se instauró hace dos años, "algunos alimentos precisaron adaptaciones, algo que podría ocurrir en España".

De hecho, el semáforo, entre otros factores, tiene en cuenta las calorías por 100 gramos del alimento. Eso hace que, por ejemplo, el aceite de oliva reciba una D y un refresco Zero se quede en una positiva B. ¿Es más sano el refresco que el aceite de oliva, que un tetrabrik de gazpacho o que una bolsa de nueces peladas de California? No, pero el código se fija en elementos cuantitativos y eso, a veces, genera errores. Por ello, Sanidad acaba de anunciar que dará marcha atrás y no aplicará el NutriScore ni al aceite de oliva ni a productos de un solo ingrediente. Además el etiquetado será voluntario para la Industria.

"La evidencia científica más sólida es que hay que consumir en mayor cantidad alimentos y no productos. Desde ese punto de vista, el sistema, que es bueno, tendrá un peso relativo en nuestras decisiones". "Creo que estas medidas vienen para ayudarnos", subraya.

"No tiene sentido aplicar el perfil de nutrientes a un producto o alimento como el aceite de oliva cuando es un producto mínimamente procesado", explica Félix Morales, quien apuesta por "seleccionar lo mejor de cada experiencia". Por un lado, destaca las cualidades del modelo francés, pero, por otro, las defendidas por el de la Organización Panamericana de la Salud, que está promoviendo en Latinoamérica un modelo basado en el grado de procesamiento de los alimentos. "Es decir, ni a los alimentos sin procesar o mínimamente procesados ni a ninguna verdura se les tiene que aplicar ningún modelo", puntualiza el responsable de Concísate.

Para Morales, no hay que centrarse en llenar la cesta de la compra con etiquetado en verde, sino en pensar que la alimentación mayoritaria debe estar basada en alimentos y no productos, pues "los que se deben consumir con más frecuencia no precisan etiquetado nutricional al ser alimentos frescos como frutas, verduras, pescados, etc.".

"Nunca hay que perder de vista que la evidencia científica más sólida es que hay que consumir en mayor cantidad alimentos y no productos. Desde ese punto de vista, el sistema, que es bueno, tendrá un peso relativo en nuestras decisiones". "Creo que estas medidas vienen para ayudarnos", subraya.


En esta línea, desde la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición también apuestan más por los sistemas mixtos de etiquetado (composición nutricional y calidad nutricional), dado que son los que más información ofrecen al consumidor y se interpretan fácilmente."La información sobre la calidad nutricional ha de prevalecer sobre la información de los nutrientes y se deben establecer las raciones de consumo aconsejadas", subrayan.

ImageCiertas incoherencias en la clasificación del semáforo nutricional | SINAZUCAR.ORG