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Persona hospitalizada. / UNSPLASH

Medio millón de habitantes más y 2.000 camas menos en 24 años

El Archipiélago lidera las listas de espera en consultas y pruebas mientras Urgencias y Atención Primaria colapsan por falta de personal, recursos y planificación estructural

Canarias ha sumado 522.478 nuevos residentes desde el año 2000, pero ha perdido cerca de 2.000 camas hospitalarias en ese mismo periodo. Mientras la población crece sin freno, el sistema sanitario se ve desbordado por una demanda creciente y recursos cada vez más ajustados. La ecuación es insostenible: más personas, menos medios.

En el año 2000, Canarias contaba con unas 8.000 camas hospitalarias (5.200 públicas y 2.800 privadas). Hoy, la cifra ronda las 6.000 camas totales, de las cuales solo 4.418 pertenecen al sistema público. A ello se suma un dato alarmante: más de 600 camas públicas están bloqueadas por pacientes que ya recibieron el alta médica, pero no pueden ser derivados por falta de plazas sociosanitarias.

Durante ese mismo periodo, la población del Archipiélago ha pasado de 1,7 a 2,2 millones de personas, un aumento del 30%. El mayor salto se produjo en la primera década del siglo, pero en los últimos años ha vuelto a acelerarse: solo entre 2023 y 2024, Canarias ganó 25.738 nuevos residentes.

Centro de salud de Atención Primaria. / EFE

Primera línea de desgaste

Este desajuste estructural empieza en los centros de salud. Canarias se encuentra entre las comunidades con peores datos en Atención Primaria: más del 59% de los centros citan pasados los dos días, y en muchos casos el retraso alcanza las dos semanas.

Según datos de la Consejería de Sanidad, tres de cada diez canarios no acuden a su cita con el médico, lo que supone una pérdida de tiempo y recursos que roza las cinco horas semanales por profesional. Esta situación empuja a los pacientes a acudir a Urgencias por dolencias que podrían resolverse en Primaria, saturando aún más el sistema hospitalario.

Listas de espera

El panorama se agrava al observar los tiempos de espera en consultas y pruebas diagnósticas. A finales de 2024, 158.534 personas aguardaban una cita con el especialista, con una media de 157 días de espera. Nueve de cada diez pacientes lleva más de dos meses esperando.

Médicos y sanitarios en quirófano. / GOBIERNO DE CANARIAS

Las especialidades más colapsadas son dermatología (210 días), neurología (138) y otorrinolaringología (132). Las pruebas diagnósticas tampoco escapan al colapso: endoscopias: hasta 527 días de espera en Tenerife; resonancias magnéticas: 209 días en Gran Canaria; TAC (190 días); ecocardiogramas: 242 días en Gran Canaria; ecografías simples: 289 días en Lanzarote.

Estos retrasos no solo generan ansiedad: ponen en riesgo la salud de miles de personas cuya enfermedad podría agravarse mientras aguardan una simple cita.

Urgencias desbordadas

El colapso también se traduce en Urgencias. En 2024, el Servicio de Urgencias Canario (SUC) atendió a 343.005 personas en todo el Archipiélago, con más de 300.000 actuaciones de ambulancia. En muchos casos, los pacientes terminan ingresados por falta de alternativas asistenciales.

En hospitales como el Molina Orosa, se atendieron más de 74.000 urgencias en un año, una media de más de 200 pacientes al día. La situación en el Hospital Universitario de Canarias (HUC) es aún más crítica: en varias ocasiones solo había ocho médicos de urgencias para cubrir un turno con más de 40 plazas previstas.

Los sindicatos han calificado la situación como “caótica” y han instado a la ciudadanía a denunciar por la vía judicial el estado del sistema. La Consejería ha impulsado planes de choque con refuerzos puntuales de personal y reformas físicas, pero la raíz del problema sigue intacta.

Imagen de urgencias del Hospital Insular de Gran Canaria / EFE

Diferentes ritmos

El modelo sanitario canario no ha evolucionado al mismo ritmo que su crecimiento demográfico. Canarias no solo encabeza los peores datos en listas de espera, sino que tiene una de las tasas más bajas de camas hospitalarias por cada mil habitantes en España.

Los efectos son múltiples: mayor uso de bajas laborales por falta de diagnóstico rápido; aumento de derivaciones privadas a coste del erario; saturación del personal médico y fuga de especialistas.

¿Sistema sostenible?

Expertos coinciden en que no bastan los planes de verano ni las reformas puntuales. Canarias necesita más camas públicas, no menos; refuerzo inmediato en Atención Primaria; aumento de plazas MIR y estabilización de plantillas; inversión directa en infraestructuras sanitarias y sociosanitarias.

Con más de 2,2 millones de habitantes y solo 6.000 camas hospitalarias, el sistema de salud de Canarias está en su punto de inflexión. La población ha crecido, las necesidades se han multiplicado… pero los recursos siguen atascados en el siglo XX.