Casi seis meses después de las elecciones generales, recibió el apoyo de 364 diputados de los 692 presentes en el hemiciclo, mientras que 315 votaron en contra, 9 se abstuvieron y 4 emitieron un voto nulo.
Entre la Unión Cristianodemócrata (CDU) de la canciller, su hermanada Unión Socialcristiana de Baviera (CSU) y sus socios del Partido Socialdemócrata (SPD) suman 399 escaños, con lo que 35 diputados de la gran coalición no votaron hoy la candidatura de Merkel.
La líder de la CDU se dirigirá ahora a la sede de la Presidencia del país, el cercano palacio de Bellevue, para ser nombrada formalmente canciller por el jefe del Estado, Frank-Walter Steinmeier, y después regresará al Parlamento para jurar el cargo.
Merkel ha conseguido poner fin a los casi seis meses de bloqueo político que siguieron a las elecciones del pasado 24 de septiembre, que dejaron un panorama fragmentado y pocas opciones de formar un gobierno estable por la caída de los dos grandes partidos -conservadores y socialdemócratas- y la irrupción del ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD).
La gran coalición deja como primera fuerza de la oposición a AfD, con 92 escaños; seguida del Partido Liberal (FDP), con 80; La Izquierda, con 69; Los Verdes, con 67, y dos independientes, escindidos de la derecha radical.
Entonces jugó un papel clave el presidente del país, Frank-Walter Steinmeier, exlíder del SPD y exministro de Exteriores de Merkel en su primer y tercer mandato, que presionó a los socialdemócratas para que reconsiderasen su postura.
No obstante, este giro de 180 grados minó su credibilidad y Schulz acabó abandonando la presidencia de su partido y renunciando a ser ministro en el nuevo ejecutivo, donde tenía muchas posibilidades de hacerse con la cartera de Exteriores debido a su dilatada experiencia en Bruselas.