Modelos creadas con Inteligencia Artificial, un nuevo enemigo para la autoestima

Sobrevivir en el mundo de las redes sociales sin dañar la autoestima es todo un reto. A este, ya difícil, se suma otro más: hacer frente a las vidas perfectas y belleza inalcanzable de personas que —sorpresa— no existen

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Modelo creada con Inteligencia Artificial / ATLÁNTICO HOY
Modelo creada con Inteligencia Artificial / ATLÁNTICO HOY

Ha sido bastante fácil crear la portada del artículo de hoy. Simplemente hay que escribir una orden bastante básica: “Crea la imagen de una mujer guapa, modelo real en una pasarela mirando a la cámara fijamente mientras camina de cuerpo entero” y ya está, en la pantalla aparece una chica que, si fuera real, obviamente acapararía todas las miradas. Si ya los estándares de belleza reales son difícilmente alcanzables para una persona normal y corriente que trabaja y mantiene una vida relativamente activa en relación al deporte, ¿qué le deparará el futuro a esas generaciones que tendrán que competir con personas irreales?

“Ya con las redes sociales tendemos a compararnos con los demás: con la vida de los demás, con el físico de los demás”, apunta Daida Hernández, psicóloga especializada en adicciones a las tecnologías y miembro del Colegio Oficial de Psicología de Santa Cruz de Tenerife. “Imagina lo duro que sería incluso compararte a ti misma con una versión que no existe. Al final se genera un modelo y un estereotipo que es imposible de alcanzar y que, si lo pensamos bien, acaba deshumanizando porque son estereotipos idealistas”, continúa. 

“Si yo creo con una Inteligencia Artificial una imagen siempre idealizada, al final se concibe una sensación de querer ser eso y no aceptar esas partes que no son perfectas según la sociedad”. Es decir, se trataría de vivir una vida comparándose con algo que no se va a poder alcanzar nunca en la vida real. Echa un vistazo a la publicación de abajo: no es real. 

Modelos que no existen

Esto parece ser algo lejano, algo como una película de Hollywood de ciencia ficción que va sobre esa vida futurista donde todo el mundo dice que eso es imposible que pase. Pero está sucediendo. La Inteligencia Artificial o el Chat GPT son recursos que día tras día ganan adeptos por los resultados que ofrecen. En estos meses, estas y otras plataformas han empezado a permitir recurrir a la IA para recrear prácticamente cualquier cosa: al papa Francisco con un estilo callejero y rompedor, pósters sobre la vida cotidiana que simulan una película de Pixar… Lo último es la creación de agencias de modelos que no existen más allá de la vida virtual y el Instagram

“Esto genera dismorfia corporal, empiezas a rechazar partes de tu cuerpo o de tu cara —que están bien porque es lo que eres— y las acabas borrando, mientras suprimes una parte de tu concepto e identidad”, expone Hernández. 

Trabajos de autoestima

Parece básico el consejo que la psicóloga da para enfrentarse a la realidad que se muestra a través de las redes sociales, pero es lo más innegable: “Lo primero es entender que esa perfección que vemos no es real”, manifiesta. “Esas personas con esa vida perfecta o ese físico perfecto no existen”. Internet, al final, muestra una cara de vidas paralelas porque “nadie muestra su peor parte”. Pasa con los famosos, por ejemplo, “creemos que porque tienen mucho dinero o por su trabajo o vida idílica ya son super felices”, pero la realidad es al revés; “¿cuántos han salido a la luz con temas de depresión u otros trastornos?”.

“Tenemos que dejar de compararnos con los demás para perder”, concluye Daida Hernández. “La tecnología nos da una parte muy buena y es que nos ayuda a avanzar, pero también nos genera una parte muy mala: la deshumanización, tener que ser perfectas”.

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