Las fechas navideñas y Fin de Año suelen ser momentos de alegría y celebración, pero también suponen un desafío grande para las personas que enfrentan problemas de adicción. María Luisa Martínez, presidenta de ANTAD Adicciones, apunta que estas festividades están cargadas de emociones intensas y factores que pueden dificultar el proceso de recuperación.
La normalización del alcohol, la presión social, el sentimiento de soledad o los conflictos familiares pueden ser detonantes para estas personas con su propia lucha interna, por lo que estas fechas caracterizadas por las reuniones, los brindis y las emociones a flor de piel no son sus mejores aliadas.
El doble filo de las reuniones familiares
“Las festividades navideñas suelen estar cargadas de emociones intensas y situaciones sociales que pueden ser difíciles para quienes enfrentan una adicción”, explica Martínez. La nostalgia, tristeza o estrés al recordar experiencias pasadas junto a los conflictos familiares no resueltos pueden convertirse en trampas emocionales.
En este sentido,las reuniones navideñas pueden ser tanto una fuente de apoyo como un detonante para las personas con adicciones. “Si las relaciones son saludables, estos encuentros pueden brindar respaldo emocional”, señala la presidenta de la asociación. Sin embargo, también pueden desencadenar conductas adictivas, empujando al consumo como vía de escape, cuando hay tensiones familiares o dinámicas tóxicas.
Alcohol y presión social
Más allá de las situaciones familiares, la presencia frecuente de sustancias en estos eventos y las fiestas relacionadas a ellos aumentan la tentación. Y no solo ese conjunto de ‘sustancias’ - tan amplio -, sino la propia presencia de alcohol, cuyo consumo está normalizado y existe una “cultura de celebración” alrededor de la bebida.
Este panorama aumenta la tentación, sumado a la presión social con comentarios como <<es solo un brindis>> o <<por una vez no pasa nada>>- ejemplifica Martínez-. “Ponen a prueba la fuerza de voluntad de quienes están en proceso de recuperación, pueden minimizar el esfuerzo y comprometer la sobriedad”. Todo ello amplifica el riesgo de recaída.
Asimismo, otros factores que influyen también y amenazan la abstinencia son la ruptura de rutinas, ya que los cambios de horarios habituales “pueden desestabilizar a quienes dependen de rutina para mantenerse sobrios”; además de la soledad o exclusión social, pues “para quienes no cuentan con redes de apoyo, estas fechas pueden ser especialmente difíciles”.
Recomendaciones para estas fechas
¿Cómo se pueden afrontar estas fechas sin recaer? La presidenta de ANTAD Adicciones enumera una lista de consejos prácticos para las personas que los necesiten. El primer punto es elegir eventos o reuniones donde el consumo de sustancias no sea el centro de la celebración, así como establecer límites y estar preparados para rechazar invitaciones al consumo, además de preparar un plan de salida, es decir, una estrategia para retirarse de situaciones incómodas o de alto riesgo antes de sentirse vulnerables.
Entre estos consejos, Martínez también destaca la importancia de los autocuidados, como dormir y comer bien, y practicar técnicas de manejo del estrés como meditación o ejercicio. Y, cómo no, evitar justificar recaídas, con un <<por ser Navidad>> no se deben flexibilizar los límites establecidos en su proceso de recuperación.
La importancia de las redes de apoyo
Buscar apoyo de un familiar o un profesional es otra de las formas de contribuir a cuidarse de las recaídas. Las redes de apoyo juegan un rol crucial durante estas fechas. Los grupos de ayuda proporcionan un espacio para compartir experiencias y mantener la motivación, mientras que los terapeutas y los familiares pueden ofrecer herramientas para gestionar emociones y conflictos. “La sensación de no estar solos es clave para prevenir recaídas”, enfatiza Martínez.
Para quienes tienen un ser querido en recuperación, Martínez sugiere evitar ofrecer alcohol o drogas para que la persona se sienta cómoda sin la presión de consumir; mostrar apoyo incondicional y empatía ante los esfuerzos de la persona; fomentar actividades que no giren en torno al consumo; escuchar sin juzgar para que la persona exprese sus emociones o preocupaciones; ser pacientes y entender que la recuperación es un proceso y que pueden surgir momentos difíciles, y ofrecer ayuda activa preguntando cómo pueden contribuir a reducir el estrés de las festividades.
Durante el resto del año
Aunque las estrategias compartidas están enfocadas en la Navidad, la presidenta de la asociación recalca que son aplicables a cualquier momento de la vida de una persona con problemas de adicción.
ANTAD Adicciones es una asociación civil sin ánimo de lucro que trabaja desde 1993 en la atención de adicciones con y sin sustancias. Subvencionada por la Dirección General de Salud Mental y Adicciones del Gobierno de Canarias, gestiona cinco unidades de atención ubicadas en Icod de los Vinos, Puerto de la Cruz, Los Realejos, La Matanza y Granadilla de Abona. Esta última es la única unidad de adicciones en el sur de Tenerife.
Además, dispone de servicios de Farmacia y Laboratorio en el Puerto de la Cruz y Granadilla, y un punto de dispensación en Los Realejos. Su Unidad Residencial Las Crucitas, situada en Granadilla de Abona, ofrece programas de 3 a 5 meses para personas con problemática adictiva de toda la comunidad autónoma canaria.
