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Imagen de una niña / PEXELS

El nombre canario de niña guerrera prohibido en los años 70: ahora lo usa toda España

Es un ejemplo perfecto de cómo los nombres guanches han superado barreras culturales y temporales para convertirse en parte del patrimonio vivo de Canarias

Los nombres guanches, profundamente enraizados en la historia y cultura de Canarias, han vivido un interesante renacer en las últimas décadas.

Durante los años 70 y 80, utilizar nombres de origen guanche estaba prácticamente proscrito, una práctica desalentada por las autoridades franquistas y, en muchos casos, por la Iglesia. Sin embargo, este panorama comenzó a cambiar con el paso del tiempo, hasta llegar a la actualidad, donde algunos de estos nombres no solo se han recuperado, sino que han trascendido las fronteras del archipiélago.

¿Qué significa?

Uno de los nombres más emblemáticos que ha ganado popularidad es Nayra, una palabra que, originalmente, era un nombre masculino guanche.

Con el paso de los años, Nayra pasó a utilizarse mayoritariamente como un nombre femenino. Su significado está cargado de fuerza y belleza: "la que es maravillosa", "de ojos grandes" o "guerrera". Este triple significado evoca la fortaleza, la delicadeza y la singularidad que define a las niñas y mujeres que lo llevan.

El cambio en los años 80

El punto de inflexión llegó en 1982 con la aprobación del Estatuto de Autonomía de Canarias, un hito que impulsó la recuperación de elementos de la identidad cultural canaria, incluidos los nombres guanches.

A partir de ese momento, nombres como Nayra comenzaron a ser vistos no solo como una forma de preservar la herencia cultural, sino también como una declaración de orgullo y pertenencia a las raíces del archipiélago.

Popularidad creciente en España

Hoy, Nayra no solo es un nombre común en Canarias, sino que también se ha extendido a toda España. Según los datos más recientes, hay 4.714 mujeres llamadas Nayra en el país, con una edad media de 17,4 años.

Por su parte, la variante Naira también es muy popular, con 3.935 mujeres que lo llevan y una edad media de 15,7 años. Esta expansión refleja cómo este nombre, que alguna vez estuvo restringido y prácticamente olvidado, se ha convertido en un símbolo de fuerza y belleza reconocido a nivel nacional.

Un legado cultural vivo

El caso de Nayra es un ejemplo perfecto de cómo los nombres guanches han superado barreras culturales y temporales para convertirse en parte del patrimonio vivo de Canarias. Más allá de su sonoridad y significado, representan la conexión con un pasado ancestral y la reivindicación de una identidad que, aunque alguna vez intentó ser borrada, se mantiene fuerte y en evolución.

Si bien Nayra y otros nombres guanches eran casi desconocidos hace unas décadas, su renacimiento no solo es un testimonio de la riqueza cultural de Canarias, sino también una invitación a redescubrir y valorar nuestras raíces. En cada niña llamada Nayra resuena el eco de las antiguas guerreras guanches, llevando consigo una historia que merece ser contada y celebrada.