El obispo de la Diócesis de Canarias, José Mazuelos, ha apelado a la comunidad internacional y a Europa a dar una solución al problema migratorio que afecta al archipiélago. Ha pedido que no se use "para buscar votos, hacer política fácil o buscar la polarización política" y "sembrar el miedo".
Homilía por la Virgen del Pino
En la homilía por la festividad de la Virgen del Pino, patrona de Gran Canaria, Mazuelos volvió a reclamar "solidaridad política" y recalcó que "Canarias no puede ni debe cargar sola con esta realidad".
También insistió en la necesidad de que el Atlántico deje de ser "un cementerio".
Vidas perdidas en la Ruta Canaria
El obispo recordó que más de 10.000 vidas se perdieron en 2024 en la Ruta Canaria, además de la última tragedia en aguas de Mauritania el pasado agosto, cuando un cayuco con más de 147 personas, entre ellas mujeres y niños, naufragó.
Mazuelos pidió a los gobernantes, a Europa y a la comunidad internacional que "asuman su parte de responsabilidad" y que esta tragedia no se convierta en un asunto olvidado. Subrayó que los canarios, especialmente en las islas más afectadas, "necesitan recursos para poder responder sin sentirse desbordados".
Más humanidad y cohesión social
La migración, dijo, requiere una respuesta en la que "reine la humanidad, la responsabilidad compartida, la justicia y las soluciones a largo plazo, no solo parches de emergencia". Defendió invertir en infraestructuras, servicios públicos y programas de convivencia que favorezcan la integración y la cohesión social.
El obispo incidió en la necesidad de una cooperación internacional real que evite que las personas se vean forzadas a migrar por hambre, guerras o falta de futuro, y reclamó más esfuerzos contra las mafias que promueven la migración ilegal.
Denuncia de injusticias globales
Mazuelos señaló que no se puede ignorar el sufrimiento de quienes han tenido que abandonar sus tierras por la guerra o por la explotación de recursos naturales por multinacionales sin escrúpulos.
Finalmente, pidió "dejar a un lado las ideologías" y alzar la voz en Europa en favor de una política de servicio por el bien común, basada en el respeto a la dignidad humana. En su homilía también recordó los conflictos en Gaza y Ucrania, por los que pidió la paz.
