Las Palmas de Gran Canaria y Santa Cruz de Tenerife son dos capitales con siglos de historia. En el caso de la capital grancanaria se fundó en 1478 cuando el ejercito de Juan Rejón se asentó en la boca del barranco Guiniguada y se convirtió en la primera ciudad fundada por la Corona de Castilla en todo el Atlántico. La extensión de la capital no era, ni de lejos, la de ahora. Vegueta y Triana acapararon la fama y posteriormente se unió el resto. No fue hasta el siglo XX cuando Las Palmas de Gran Canaria consiguió posicionarse como un punto turístico.
En el caso de Santa Cruz de Tenerife —la capital provincial durante 94 años antes de compartir título con Las Palmas de Gran Canaria— se estableció el 3 de mayo de 1494 cuando Alonso Fernández de Lugo plató una cruz de madera en la playa de Añaza, momento en el que comenzó la historia de la ciudad.
Las dos ciudades se encuentran orientadas hacia el este, un hecho que no es casualidad si se entiende que ambas capitales canarias tienen puertos especialmente relevantes.
El viento y los veleros
Los vientos alisios afectan a las regiones situadas en el trópico como Canarias que soplan sobre todo, en los meses de verano. Ese viento es el que se buscaba aprovechar para impulsar y ayudar a zarpar a los veleros desde los dos puertos.
El de Las Palmas de Gran Canaria es el más grande del Archipiélago y el de Santa Cruz de Tenerife ha sido catalogado como el cuarto puerto español con mayor númer de pasajeros de cruceros. La riqueza de las Islas hace que lleguen a los puertos numerosos y enormes cruceros repletos de turistas, grandes tractores de la economía de Canarias.