Los últimos datos de la Agencia Tributaria, basados en las declaraciones del IRPF de 2022, ofrecen una radiografía de las rentas medias en los municipios españoles con más de mil habitantes. El informe confirma una brecha evidente entre grandes núcleos urbanos y localidades rurales, donde el poder adquisitivo continúa muy por debajo de la media nacional.
En Canarias, un pequeño municipio destaca por tener la renta bruta media por habitante más baja, situada en apenas 16.997 euros anuales. A pesar de que su entorno natural es privilegiado, su realidad económica refleja las dificultades de las zonas alejadas de los grandes centros productivos.
Garafía, en La Palma
Ese municipio es Villa de Garafía, en el noroeste de la isla de La Palma. Con una renta media inferior a los 17.000 euros, se encuentra no solo a la cola de Canarias, sino también entre los más modestos de España, aunque aún por encima de ciertos pueblos de Andalucía y Castilla-La Mancha.
Le siguen en este ranking otros municipios canarios como El Tanque (18.874 €), Barlovento (18.897 €), Vallehermoso (19.234 €) o Los Silos (19.367 €). La tendencia deja claro que las áreas rurales del archipiélago concentran las cifras de ingresos más bajas.
Economía y población
La base económica de Garafía descansa en la agricultura, la ganadería y el turismo sostenible. Sectores que, aunque fundamentales para mantener la población y conservar el entorno, no garantizan rentas elevadas. A esto se suma el envejecimiento poblacional y la falta de grandes núcleos industriales, lo que limita las oportunidades de empleo cualificado.
La orografía agreste del municipio y el acceso limitado a servicios también influyen directamente en su desarrollo. Con una superficie de 103 km², Garafía combina acantilados de difícil acceso con barrancos, pastizales y zonas de cultivo, lo que dificulta la conectividad y el establecimiento de nuevas actividades económicas.
Naturaleza y tradición
Pese a estas limitaciones, Garafía es un auténtico monumento natural. El municipio alberga espacios protegidos como el monumento natural de la Costa de Hiscaguán, la reserva de Guelguén o el Pinar de Garafía, que en conjunto suponen casi un tercio de su territorio.
Su geografía extrema incluye desde acantilados verdes y abruptos hasta cumbres frías y nevadas en invierno, como las del Roque de los Muchachos. Allí se encuentra el Gran Telescopio de Canarias (GRANTECAN), uno de los mayores del mundo, que ha situado al municipio en el mapa científico internacional.
Cultura y productos locales
La tradición ganadera ha dado lugar a uno de los tesoros gastronómicos de la isla: el queso de cabra ahumado de Garafía, reconocido por su corteza dorada y sabor característico. Su elaboración artesanal mantiene vivo un saber transmitido de generación en generación, que se ha convertido en seña de identidad de la zona.
El pueblo también conserva una fuerte vinculación con el cielo. La llamada Ley del Cielo, aprobada en 1988, protege la calidad del firmamento de la isla y convierte a Garafía en uno de los mejores lugares del planeta para la observación astronómica.
Entre la pobreza y el potencial
Los datos de renta reflejan una realidad económica dura, pero también esconden el potencial de un municipio que atesora paisajes únicos y recursos naturales de gran valor. Garafía es, al mismo tiempo, uno de los lugares con menor poder adquisitivo de Canarias y un escenario privilegiado para la ciencia, la agricultura tradicional y el turismo rural.
