Seis meses después de dejar el PP en manos de Pablo Casado, Mariano Rajoy se ha reencontrado con el partido que lideró durante quince años, y en un momento en el que tanto se habla de polarización ideológica ha recomendado a los suyos que se mantengan en sus principios y huyan del sectarismo.
Lleva apartado de la vida pública desde que perdió el Gobierno, y en su vuelta a un escenario político, en este caso el de la convención nacional del PP, Rajoy ha entablado un diálogo -que no tertulia, porque a estas alturas, ha dicho, no se va a hacer tertuliano- con su amiga y presidenta del Congreso, Ana Pastor.
Y mientras el líder del PP, Pablo Casado, y otros dirigentes seguían desde primera fila su intervención, otra amiga de Rajoy, alejada ya de la política como él, asistía desde segunda fila a la reaparición del expresidente: la que fue su número dos en el Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría.
Rajoy ha recibido esta tarde varias ovaciones. Al llegar, al ser citado por el candidato del PPE a la Comisión Europea, Manfred Webber, y al subirse al escenario para participar en esta charla con Pastor.
Con sus conocidas expresiones como aquella de "como en todas las facetas de la vida", que a más de uno le han provocado una sonrisa nostálgica, Rajoy comenzaba defendiendo la Constitución frente a tanto "intelectual de baja estopa" que busca cambiarla.