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Sociedad

Redes de apoyo y gestión de las emociones, soluciones a los problemas de salud mental de los jóvenes

Los trastornos mentales en adolescentes e infantes aumentaron después de la pandemia, por lo que los especialistas proponen formas de prevenir las tentativas de suicidio

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La salud mental de adolescentes y niños se vio afectada tras la pandemia. / UNSPLASH

La pandemia fue un punto de inflexión en muchos ámbitos de la vida, entre ellos destaca la salud mental, sobre todo en la población más joven. Desde el comienzo de la crisis sanitaria hasta el día de hoy, los trastornos mentales y tentativas de suicidio entre jóvenes se ha incrementado. ¿Qué se puede hacer ante este hecho?

Construir redes de apoyo y aprender a gestionar las emociones son los puntos claves que expone Dolors López, profesora y especialista en prevención del suicidio, ponente en la I Jornadas de Salud Mental, organizadas por el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. López recalca, asimismo, que lo importante es no volver la mirada a otro lado y escuchar a la persona afectada. 

Socialización

A nivel emocional, la pandemia ha supuesto un duro golpe para toda la población juvenil que “necesita de la socialización para poder aprender a gestionar las emociones”, ha explicado la especialista. La individualización que se vivió durante la crisis sanitaria “ha desconectado la posibilidad de aprender cómo regular nuestras emociones cuando estamos en socialización”, siendo el origen de un principio de patologías. 

Según López, se comenzaron manifestando cuadros ansiosos que dieron paso a trastornos depresivos hasta incrementarse en conductas autolíticas y tentativas de suicidio. Los trastornos mentales no tienen por qué conducir hasta una acción de muerte, ha indicado, no obstante, “está claro que una tentativa de suicidio con ideación de muerte es la máxima expresión de una autolesión”. 

Representantes de las instituciones junto a las ponentes de la I Jornadas de Salud Mental del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria / ATLÁNTICO HOY

Factores de riesgo

Junto a la crisis ocasionada por la COVID-19, otros factores de riesgo que han conllevado al incremento del desarrollo de patologías mentales son la situación económica y social precaria, además de la incertidumbre. Así lo enumera la jefa del Servicio de Psiquiatría Infanto Juvenil del Complejo Hospital Universitario Insular Materno Infantil, Sabrina González, quien insiste en que esta situación es difícil de manejar para los adultos, supone un esfuerzo mayor para los adolescentes, ya que “son individuos en formación y no tienen las estrategias ni herramientas para poder afrontar estos retos”. 

Las redes sociales han sido otras de las culpables. La socialización durante la pandemia se gestó en ellas, “pero no es una vida real, sino impostada y de postureo”, puntualizó González. Las imágenes irreales, los cuerpos “perfectos”, la vida de ensueño, etc. pueden resultar en un daño para “alguien que está empezando a gestar su autoconcepto y autoestima”, como son los jóvenes, produciendo, entre otros, trastornos de la conducta alimentaria. 

Redes de cuidados 

¿Qué hacemos cuando en nuestro entorno alguien sufre? Es una pregunta que puede surgir ante el incremento de casos de problemas de salud mental y el querer ayudar. López tiene claro que siempre hay una persona que sufre, por lo que lo primero que se debe hacer es “no volver la mirada a otro lado”. La directriz que aconseja es “escuchar, escuchar y escuchar, ya luego hablar”. 

Más allá de los recursos con los que se cuenta, como es el caso del 024, la línea de atención a la conducta suicida, un pilar fundamental son las redes de cuidados, es decir, “la gente que nos rodea”. Según la especialista en prevención del suicidio, son básicas para poder anticipar la situación. “Nuestras redes nos sujetan cuando nos fallan las fuerzas”, ha atestiguado. 

Gestión de las emociones

En lo que respecta a la prevención en edades más jóvenes como adolescencia e infancia, el principal punto en el que se ha de focalizar la enseñanza a jóvenes y niños para que identifiquen sus emociones y en consecuencia aprendan a gestionarlas, ya que es cuando las emociones se desbordan cuando se producen los bloqueos emocionales que impiden afrontar los problemas, en palabras de López. “El trabajo de las emociones es fundamental en la educación”, ha afirmado. 

Para la la jefa del Servicio de Psiquiatría, la sociedad al completo tiene una responsabilidad “muy importante con esto que llamamos generación de cristal”, dado que considera que es la propia población la que está abocando a ello con una pérdida de valores y situaciones más normalizadas que dañan a la juventud.  

Las tres representantes de las administraciones coinciden en la necesidad de la colaboración para cuidar la salud mental / EFE - ELVIRA URQUIJO

El papel de las instituciones

La ciudad se suma al cuidado de la salud mental. El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria ha celebrado la I Jornada de Salud Mental en las que ambas especialistas han participado como ponentes. Carolina Darias, alcaldesa de la capital, ha señalado que estas jornadas forman parte de lo que pretende que sea un Plan Municipal de Salud Mental y Bienestar Social, del que no ha dado más declaraciones ni detalles siguiendo la línea habitual del Consistorio. 

La intención que persigue la primera edil es poner la salud mental en el epicentro de las políticas públicas. Punto en el que se suman la secretaria de Estado de Sanidad, Silvia Cazón, y  Esther Monzón, consejera del área del Gobierno de Canarias, también presentes en el acto. Monzón ha comentado que el Plan de Salud Mental de la institución regional se encuentra en evaluación para poder poner en marcha las líneas estratégicas que no se pudieron desarrollar debido a la pandemia. Las representantes de las tres administraciones coinciden en la necesidad de la colaboración intersectorial para el cuidado de la salud mental.