El silencio lo domina todo. Solo el sonido de tus pasos sobre la hojarasca y algún canto lejano rompen la calma. Avanzas entre árboles cubiertos de musgo, ramas arqueadas como si susurraran historias antiguas, y un aire húmedo que da la sensación de estar cruzando un mundo olvidado. Hay rutas que se recuerdan por el esfuerzo, otras por sus vistas. Esta, sin embargo, parece sacada de un cuento. Y no uno cualquiera, sino uno de esos donde los bosques tienen alma y el tiempo se detiene.
Este sendero de Canarias, poco transitado y aún más desconocido, guarda en cada recodo una sorpresa. No es solo su vegetación exuberante, ni su pendiente desafiante, sino la sensación constante de estar explorando algo mágico. Un rincón donde la naturaleza canaria muestra su lado más íntimo, frágil y encantado.
Un bosque encantado
La conocida como Reserva Natural Integral de Mencáfete, en el oeste de El Hierro, es uno de los espacios protegidos más valiosos del archipiélago. Enmarcada dentro del Parque Rural de Frontera y muy cerca del pueblo de Sabinosa, esta reserva es el hogar de un bosque de sabinas húmedas, monteverde herreño y laurisilva que parece detenido en el tiempo.
El entorno es tan particular que el propio portal dice en su web que “parece que esté encantado”. No es de extrañar. La niebla suele abrazar el paisaje con delicadeza, mientras los árboles curvan sus troncos como si quisieran proteger lo que allí habita: desde el cabezón herreño, una especie en peligro de extinción, hasta cuevas donde se ocultan murciélagos y gatos salvajes.
Senderos con historia
La Fuente de Mencáfete es otro de los tesoros de este enclave. Durante años abasteció de agua a los vecinos de Sabinosa y aún hoy conserva ese halo de vitalidad ancestral. El sendero que recorre esta fuente y el bosque no es largo, pero sí escarpado. Requiere esfuerzo, pero cada paso vale la pena.
Desde el cercano Mirador de Bascos, se puede observar la reserva desde las alturas. El contraste entre el verde profundo del bosque y la aridez del paisaje volcánico exterior es, simplemente, sobrecogedor.
Un lugar único
La Reserva de Mencáfete es una joya natural que combina biodiversidad, paisaje, historia y misterio. No es una ruta cualquiera, sino una experiencia sensorial que transforma al caminante. Uno de esos pocos lugares donde la naturaleza todavía parece intacta, viva y mágica.
