¿Son perjudiciales los pellets y microplásticos que llegan a las costas canarias?

Atlántico Hoy se ha puesto en contacto con Víctor de León, biólogo y antiguo colaborador de la ONG Canarias Libre de Plásticos, para tratar de repsonder algunas preguntas sobre estos residuos que llegan a las playas del Archipiélago

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Microplásticos en una playa. / UNSPLASH
Microplásticos en una playa. / UNSPLASH

La llegada de pellets a las costas canarias puede haber generado muchas preguntas. La población canaria se ha acostumbrado a escuchar la palabra microplásticos, compuestos, cianobacterias y un largo etcétera de términos que, a pesar de la costumbre, siguen conduciendo a dudas y también a preocupaciones. 

Atlántico Hoy se ha puesto en contacto con Víctor de León, biólogo y antiguo colaborador de la ONG Canarias Libre de Plásticos, para tratar de responder a ciertas preguntas, como la diferencia entre pellets y microplásticos, así como si pueden resultar perjudiciales para la salud de las personas. 

Diferencia entre microplástico y pellet

“Hay dos conceptos que se están usando muchísimo y son muy genéricos”, señala el experto. Por un lado, microplásticos, que se trata de “aquellas partículas de plástico de determinado diámetro” y pellets que son “partículas de plástico con una forma concreta, redondeada”. En estos casos, la palabra hace referencia a su tamaño y forma. 

A pesar de lo que se pueda creer y de que la noticia de la llegada de los pellets pueda parecer una novedad, de León apunta que a las costas de las islas llegan estos residuos “desde que empiezan a generarse de forma masiva plásticos a mediados del siglo 20 y se ha ido acrecentando desde finales de los 90”. Para él, Playa Grande, en Tenerife, es un claro ejemplo al ser un punto crítico que recibe vertidos de microplásticos de manera diaria. 

Microplásticos que llegaron a las costas
Microplásticos que llegan a las costas

¿De dónde vienen?

“Es una situación bastante compleja”, expone el biólogo. En Canarias “recibimos un aporte diario de basura en todas las islas debido a la corriente del océano”. En el caso de los pellets que han llegado, puede asegurar que no se tratan de los vertidos en Galicia, pues los que llegan a las costas canarias “están muy deteriorados” y según los estudios sobre las corrientes marinas, los residuos de las costas de la península, “se prevé que tarden en llegar entre 8 y 12 meses”

Los pellets que se encuentran en el Archipiélago pueden deberse tanto a “vertidos en zonas cercanas como a vertidos antiquísimos que llevan años pululando por el océano y la corriente fría de Canarias que trae mucha basura, animales, etc. los ha traído después de años”. El científico reitera que “no es algo tan raro como la gente piensa”, pues se debe “no solo desde barcos que pierden cargamento, sino también desde empresas terrestres”. Aún así, “determinar su origen concreto es demasiado complicado”. 

Perjudiciales para la salud

¿Suponen un riesgo para la salud? La respuesta queda un poco en el aire. De León señala que no existe “un solo artículo científico” que diga con “toda seguridad” los problemas que generan los microplásticos al ser humano. Hay algunos que “lo relacionan con problemas hormonales, aumento de la prominencia de diabetes o tipos de cáncer, pero son artículos sueltos”. 

El principal problema que presentan los microplásticos, indica el biólogo, es que “a su superficie se adhieren muchísimos compuestos químicos que flotan en el océano, que llevamos soltando desde hace mucho tiempo al mar, como pesticidas y crudo, pensando que no pasaría nada”. La basura y los microplásticos se convierten así en “balsas de transporte para estos productos nocivos, disruptores endocrinos -hormonas que pueden afectar a nuestro metabolismo - y más compuestos”. 

Pellets recogidos por una voluntaria/ EFE
Pellets recogidos por una voluntaria / EFE

Un problema para la cadena alimenticia

De León explica que “por tocar un microplástico en la playa, no pasa nada”; sin embargo, “si se tiene una herida en la mano, esta se puede infectar y pasar al resto del cuerpo”. No obstante, “tiene un impacto en la fauna del medio marino” y también puede suponer ciertos peligros en la cadena alimenticia. 

Los peces al ingerirlos, los acumulan en su sistema y “puede causar su muerte o reducir su calidad de vida”. Asimismo, “estos compuestos químicos se transportan por la cadena alimenticia desde el pez más pequeño hasta el pico más alto, es decir, nosotros, que los pescamos y nos los comemos”. Todavía no se conoce con certeza el riesgo que puede producir consumir estos productos químicos, “pero se sigue investigando y hay que ser cautos y realistas con el problema que supone”, advierte el experto. 

Posibles soluciones

Como antiguo colaborador de la ONG Canarias Libre de Plástico y biólogo, no ve una solución clara a esta problemática que amenaza el medio ambiente. Las limpiezas contribuyen a visibilizar la situación y pueden ser un apaño, sobre todo en situaciones como ahora en Galicia, expone. 

“Se habla mucho de poner mallas”, pero tampoco es una solución definitiva, plantea de León, ya que “al filtrar el mar nos cargaríamos muchísimos elementos de la naturaleza porque no llegan solo microplásticos, sino otros organismos”. Serviría para “un caso puntual” también. 

Para él, es necesario poner el foco en las empresas para que “no les salga tan barato contaminar” y “tomar más en serio los crímenes medioambientales”, dado que “no se les da la importancia que merecen y las multas no suponen un problema”. Asimismo, hace un llamamiento a la sociedad para “seguir moviéndonos en conjunto y demandar otro tipo de compuestos menos nocivos con la naturaleza y más políticas al respecto”.