Sumisión química en el Boombastic: gamberrada, sugestión o realidad

Al menos cuatro chicas han denunciado públicamente haber sido víctimas de pinchazos durante el Boombastic Canarias celebrado el 23 y 24 de junio | La organización no ha dado respuesta sobre lo ocurrido a este medio

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Festival Boombastic / REDES
Festival Boombastic / REDES

En 2022 una vivencia narrada en las redes sociales empezó a calar a la población. Los medios de comunicación se llenaron de historias relacionadas con jóvenes que salían de fiesta y notaban un pinchazo en alguna de sus extremidades y acto seguido, empezaban a encontrarse mal, con náuseas, somnolencia o mareos. Todos hablaban de drogas de difícil detección en los análisis de sangre como el éxtasis líquido y la mayoría apuntaba a que el objetivo de esos pinchazos era someter a las víctimas, anular su voluntad y posteriormente agredirlas sexualmente. 

Meses después, cuando el tema aún seguía candente y personas de todo el territorio nacional denunciaban casos similares, la duda estaba sembrada y la histeria colectiva ya se había instalado en todas las fiestas, discotecas, festivales y encuentros multitudinarios. El miedo era evidente y los pinchazos, una realidad. El pasado fin de semana, un año después de recoger los primeros casos, al menos cuatro chicas denunciaban en sus redes sociales haber sido víctimas de un intento de sumisión química durante el Boombastic. Pero, ¿qué hay detrás de esos pinchazos?

Del pinchazo a la ansiedad

Uno de los testimonios de las redes sociales cuenta el momento en el que siente un pinchazo en su brazo. "A mi me da el miedo y siento en el brazo un ardor acompañado de una sensación de cosquilleo. Entro en shock", dice la chica claramente afectada por la situación. 

En su explicación critica a la organización del Boombastic, que tampoco ha querido responder a Atlántico Hoy ni dar explicaciones al respecto aunque en su página web muestran un protocolo de igualdad y convivencia. "El presente protocolo tiene por objetivo establecer estos principios y contribuir a crear y mantener un entorno seguro que brinde garantías de diversidad y respeto en todas las actividades que se realicen durante el festival". "En acuerdo con la normativa vigente, se aplicará una política de tolerancia cero ante cualquier forma de acoso o violencia sexual y de acoso discriminatorio durante el Festival y en los espacios dedicados a la planificación y ejecución de este", recoge el documento de la organización. 

El testimonio que Juana Marrero hace en sus redes asegura que "no activaron ningún protocolo, no hicieron nada, solo me dijeron 'evita las aglomeraciones' pero a mi el brazo me seguía quemando", cuenta la víctima. La joven, que había acudido al festival con un grupo de amigos fue trasladada al puesto de Cruz Roja que ha confirmado haberla atendido aunque ni Policía Nacional ni Guardia Civil han recibido denuncias formales por los hechos ocurridos durante el evento por pinchazos o delitos similares. 

Imagen de los pinchazos el día del Boombastic y el día siguiente / REDES
Imagen de los pinchazos el día del Boombastic y al día siguiente / REDES

Efectos secundarios 

Los efectivos médicos que se encontraban en ese momento le pusieron una pastilla debajo de la lengua a la chica y confirmaron que se trató de un rasguño, pero la palabra que más se repite en las redes sociales es sumisión química, ¿por qué?

Claudio Vidal, director Energy Control, un programa de intervención desde la reducción de riesgos en el ámbito de los consumos recreativos de drogas de la Asociación Bienestar y Desarrollo (ABD), aseguró a este medio en una entrevista realizada meses atrás, que para que la administración de sustancias tuviese efecto tendría que ser intramuscular o intravenosa, una actuación que requiere técnica y unas condiciones específicas. ''No puede hacerse con la persona en movimiento porque se produciría una rotura de la aguja. No es algo que se puede hacer en un segundo'', expresó. 

Lo que no quita que los pinchazos sean ciertos. ‘’Estas agresiones machistas son ciertas, existen, y los relatos son consistentes. Además, en otros países europeos ya ha pasado con anterioridad. Aun así, nosotros hemos querido explicar que se duda del hecho en particular de que se trate de una sumisión química‘’, comenta. Y es que el miedo y la sugestión unidos, pueden jugar una muy mala pasada. 

Miedo generalizado

Claudio Vidal expresa que, ante la falta de evidencia de que haya sido por sustancias psicoactivas, les ha llevado a pensar en otras hipótesis, y una de las más aceptables es que el estado de terror que se está instalando entre las chicas sobre el pinchazo y sus consecuencias puede ser compatible con todos estos síntomas. ''Es una reacción normal'', subraya. 

De igual forma, Vidal recuerda que no hay que invalidar la importancia de las agresiones. No obstante, aclama que la intención es ''hacer un llamamiento para que no se presente esto como sumisión química, porque eleva todavía más el terror''. 

Todo apunta a que los casos de pinchazos se deben a un tipo de agresión sin drogas, considerada una forma más de violencia, que busca infundir miedo a las mujeres en un entorno de diversión.