¿Te has encontrado una pardela? Esto es lo que tienes que hacer para salvarla

La población atlántica de pardela cenicienta es una de las mayores aves marinas de España y la mayor de las pardelas de Europa

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Pardela cenicienta / GOBIERNO DE CANARIAS
Pardela cenicienta / GOBIERNO DE CANARIAS

Durante uno de los últimos partidos de la Unión Deportiva Las Palmas se produjo el deslumbramiento de dos pardelas que, al sentirse desubicadas por la luz, casi se chocan contra los focos del estadio amarillo. Dos de los aficionados se percataron de lo que estaba sucediendo así que se pusieron en contacto con el personal de seguridad para que, al finalizar el partido, pudieran entrar en el campo y rescatar a las aves. Esta historia tuvo un gran final: las dos estaban sanas y salvas y fueron soltadas en Agaete al día siguiente para que continuaran con su vuelo. 

No es la primera vez que personas de a pie se encuentran con alguna especie de pardela cenicienta que se ha desorientado. Es más, la Asociación Amigos de las Pardelas publica cada caso en sus redes sociales. Gente como Tatiana, Jonás, Félix o Mary Carmen son algunos de los muchísimos protagonistas que se han encontrado con una pardela pérdida y que, sabiendo cómo actuar, han procedido a su rescate. 

Cría de pardela cenicienta. / Cabildo de Tenerife
Cría de pardela cenicienta / CABILDO DE TENERIFE

Pardela cenicienta

La pardela cenicienta —Calonectris diomedea— es una especie de alta mar y migradora, de buen tamaño —unos 50 centímetros—. Las partes superiores de su plumaje son pardas, las inferiores blancas, el pico grande y amarillo. Cría, generalmente en islas, formando colonias e instalando sus nidos en cavidades y salientes y se alimenta de peces, cefalópodos y crustáceos.

En tierra es bastante vulnerable, generalmente se concentra en grupos numerosos a escasos kilómetros de costa, dirigiéndose a los lugares de cría tan pronto como cae la noche. Según el Ministerio de Transición Ecológica, “la población, salvo en España, muestra un claro declive. La introducción de especies foráneas —gatos, perros, ratas— en las áreas donde cría es la causa de la baja tasa reproductora. En algunos puntos huevos, pollos y adultos son capturados para consumo humano. Por último, el desarrollo turístico de la costa está suponiendo la pérdida de hábitats y molestias en las colonias de cría”. 

Qué hacer

Si te encuentras con una pardela, desde la Asociación Amigos de las Pardelas aconsejan, en primer lugar, atrapar al animal con la ayuda de algún trapo —por si este intenta picarte—, “no lo dejes para más tarde, pues no te imaginas dónde son capaces de esconderse”, exponen en su página web. Seguidamente, introdúcela con cuidado en una caja de cartón —otros materiales suelen dañarle el plumaje—. Además, “es conveniente rellenar el fondo de la caja con virutas de serrín o trozos de hojas de periódico, que actúen como absorbentes de las posibles eyecciones del animal. Puedes airear el interior de la caja haciéndole unos pocos agujeros”. 

Una vez cerrada, deja la caja en un lugar tranquilo y a cubierto del sol o la lluvia y avisa a los teléfonos de emergencias: 112, Guardia Civil, Policía Local, Cruz Roja, Protección Civil, o al Área de Medio Ambiente del Cabildo que corresponda. “No suministres al animal ningún alimento ni medicamento”, avisan.