Tras 20 años en Estados Unidos, César Méndez fue detenido en una redada antimigratoria de Trump y deportado a El Salvador. Hoy busca rehacer su vida en Canarias junto a su esposa. / EFE
Tras 20 años en Estados Unidos, César Méndez fue detenido en una redada antimigratoria de Trump y deportado a El Salvador. Hoy busca rehacer su vida en Canarias junto a su esposa. / EFE

De la “tierra de las oportunidades” a empezar de cero en Fuerteventura

Tras 20 años en Estados Unidos, César Méndez fue detenido en una redada antimigratoria de Trump y deportado a El Salvador

AtlanticoHoy / EFE

César Méndez salió aquel sábado 12 de abril de su casa en Nueva Jersey rumbo al trabajo. Apenas había llegado a su coche cuando varios hombres lo rodearon, lo empujaron contra otro vehículo y lo esposaron. “Eran oficiales de inmigración”, recuerda. Así caía en una redada antimigratoria que, tras dos décadas en Estados Unidos, lo condenaba a dejar el país que había convertido en su hogar.

Apenas un mes después, César reside en Fuerteventura, decidido a “poner el marcador a cero” y comenzar de nuevo, como ya hizo en 2005 cuando abandonó El Salvador huyendo de las pandillas. En su tierra trabajaba en una fábrica textil, pero las amenazas se volvieron insoportables: “Era un acoso diario, me pedían dinero y si no me golpeaban”.

La ruta de ‘La Bestia’

El salvadoreño emprendió entonces el duro camino por la ruta terrestre que une México y Estados Unidos. Mes y medio de viaje entre malos tratos, hambre y sed. Parte del trayecto lo hizo como polizón en ‘La Bestia’, el tren de mercancías usado por miles de migrantes centroamericanos. “Durante la noche cayó una tormenta muy fuerte, nos mojamos todo el trayecto hasta llegar a Tamaulipas”, relata.

Un coyote lo ayudó a cruzar la frontera. Ya en California, trabajó fregando platos, lavando coches y en la construcción. En 2011 se mudó a Nueva Jersey y levantó una pequeña empresa de obras. El sueño americano parecía al alcance de la mano, pero nunca logró regularizar su situación. “Lo intenté muchas veces pagando abogados, pero llegó Trump y ahí quedó todo”, lamenta.

Cinco semanas detenido

El regreso de Trump a la Casa Blanca intensificó las deportaciones. César no imaginaba que lo suyo sería un arresto cinematográfico. Tras su captura, comenzó un peregrinaje por centros de detención: dos semanas en Nueva Jersey, luego Luisiana, después Texas y de nuevo Luisiana. “Se sufre mucho. Te despiertan a las dos de la madrugada, te esposan de manos y pies. Hay mucha discriminación”.

El día de su expulsión a El Salvador lo recibió Migración “como si fuera un delincuente”. “Siempre he intentado hacer las cosas bien, pagar mis impuestos… y nos vamos los que aportamos”, critica.

Un nuevo comienzo en Canarias

Su esposa, con nacionalidad española, había vivido en Fuerteventura antes. Tras unas semanas separados, se reunieron en la isla convencidos de que sería el lugar para “desconectar” y empezar de nuevo. Ahora, César tramita el arraigo familiar para regularizar su situación en España.

“Siempre he trabajado, eso es lo que busqué en Estados Unidos y lo que busco aquí”, afirma. Esta vez, espera no tener que volver a poner el contador a cero.