Tres vascos y un dilema: la Fiscalía pide 5 años al no confesar “lo que no hicieron por dignidad"

De los siete acusados en un caso de narcotráfico, cuatro han aceptado su participación y sus condenas, los otros tres, naturales del País Vasco, niegan rotundamente ser miembros de la organización

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Sesión del juicio en el que tres acusados niegan su pertenencia  a la organización que trató de introducir droga  / ATLÁNTICO HOY
Sesión del juicio en el que tres acusados niegan su pertenencia a la organización que trató de introducir droga / ATLÁNTICO HOY

Se terminó el juicio que llevaba celebrándose desde la semana pasada en la Sección Sexta de la Audiencia Provincial contra siete hombres acusados de haber intentado introducir un velero con 96 kilos de cocaína en territorio nacional. Cuatro de los acusados habían reconocido su culpabilidad desde la primera jornada. Los otros tres y de origen vasco han negado por activa y por pasiva su participación en los hechos. “Nuestra dignidad del norte nos impide reconocer hechos que no se han cometido”, expuso un contundente José Raúl Sagarra Baringo, abogado de dos de ellos.

Francisco Martínez, Paco, un conocido empresario de hostelería, natural de Madrid, pero afincado en Gran Canaria, José Miguel Melián y Juan Carlos Ramos han aceptado una pena de dos años de cárcel y un millón de euros de multa. Juan Carlos Santana, se ha conformado con un año y 10 meses de cárcel y 900.000 euros de multa.

Colaboración

Según el fiscal Antidroga, Miguel Portell, concurren en ellos el atenuante de dilaciones indebidas, el de confesión tardía y ha enfatizado en su colaboración con la justicia. 

Los demás acusados, José Luis, Iker y Alain están pendientes de la sentencia que emita la Sala presidida por el magistrado Emilio Moya, al que acompañaron Oscarina Naranjo y Carlos Vielba, pero Portell pidió para ellos cinco años de prisión y tres millones de multa, por considerar acreditados los hechos relatados en el escrito de acusación, que modificó en algunos pequeños detalles en sus conclusiones finales.

Otra versión

Una versión que intentó desmontar en un brillante alegato final, el letrado José Raúl Sagarra. El abogado acusó a los miembros de la banda, que sí reconocieron su participación, de mentir sobre los que no aceptan su implicación y eso que tuvieron también la oportunidad de negociar una conformidad por el Fiscal, pero la rechazaron por no considerarse culpables de nada.

Además, sembró la duda de si realmente existían o no pruebas de cargo para condenar a José Luis e Iker. Sagarra afirmó que existen muchas incógnitas que no se han resuelto durante el juicio y pidió la libre absolución de los dos. Eso sí, alabó la exquisitez con la que el Tribunal los ha tratado después de tantas sesiones.

Una pesadilla

Tomás Olega Castellet, abogado de Alain, coincidió en muchas de sus conclusiones con Segarra y pidió la libre absolución del primero. También tuvo una exposición admirable. “El atestado está plagado de opiniones y conjeturas”, advirtió. “ Mi cliente es el único que ha explicado lo que hizo. Un viaje que era la ilusión de su vida y que se ha convertido en una pesadilla en nueve años”.

Lo cierto es que los tres hombres han asegurado, que nunca supieron que detrás de la travesía de llevar el velero Whatever hasta el Caribe estaba la intención de traer droga a España. “De saberlo, nunca me hubiera embarcado en esa aventura”, concluyó Iker en su turno de la última palabra.