En un esperado discurso, el líder que durante años ha abogado por una "rápida retirada" para dejar de "gastar el dinero" en un país remoto optó por escuchar al Pentágono, que presionó por reforzar las tropas estadounidenses para contrarrestar los avances de los talibanes que aún asedian Afganistán tras casi 16 años de contienda.
Aunque Trump no ha precisado el número de tropas que enviará a Afganistán, fuentes del Congreso citadas por los medios apuntan a que serán alrededor de 4.000 los militares que engrosarán las filas estadounidenses en el país asiático, donde ya hay destinados unos 8.400 soldados.
"No vamos a hablar de números de tropas ni sobre nuestros planes de actividades militares", ha advertido el mandatario.
No obstante, el secretario de Defensa de EE.UU., James Mattis, ha confirmado en un comunicado que habrá un incremento de soldados, al asegurar que "varios" países aliados de la OTAN "también se han comprometido a aumentar su número de tropas" en Afganistán.
En lugar de marcar "plazos arbitrarios" como su predecesor, Barack Obama, Trump ha asegurado que su estrategia se basará "en condiciones", aunque no precisó cuáles serán.
Trump ha asegurado que la Casa Blanca "seguirá apoyando al Gobierno afgano" y a sus militares en la lucha contra los talibanes.
"Pero nuestro apoyo no es un cheque en blanco. El Gobierno de Afganistán debe asumir su parte de la carga militar, política y económica. El pueblo estadounidense espera ver reformas reales, avances reales y resultados reales. Nuestra paciencia no es ilimitada, y mantendremos los ojos abiertos", ha destacado.
El secretario de Estado, Rex Tillerson, ha precisado en un comunicado que EE.UU. está "preparado para apoyar conversaciones de paz entre el Gobierno afgano y los talibanes sin condiciones previas", para respaldar un acuerdo que dé "legitimidad política" a los insurgentes.
Trump también ha adoptado un tono agresivo hacia Pakistán, al que Estados Unidos acusa de dar refugio a los talibanes, al advertir que ese país tiene "mucho que perder" si sigue con esa práctica.
El mandatario ha opinado además que India, que "obtiene un beneficio de miles de millones de dólares por su comercio con Estados Unidos", debería "ayudar más" a Washington en Afganistán, "especialmente en lo relativo a la asistencia económica y el desarrollo".
Lo hizo reconociendo que los estadounidenses "están cansados de guerras sin victoria", pero con el argumento de que "las consecuencias de una retirada rápida" serían "predecibles e inaceptables", porque se "crearía un vacío" que podrían aprovechar "los terroristas, incluido el Estado Islámico (EI) y Al Qaeda".