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Tribunal Superior de Justicia de Canarias. /TSJC

El TSJC ratifica la sanción a una educadora de un centro de menores por malos tratos

Se la considera responsable de ofensas, trato vejatorio y malos tratos físicos y psíquicos. La pena consistió en la suspensión de empleo y sueldo durante 15 días y su traslado del centro de Valle Tabares

El Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) ha ratificado la sanción a una educadora de un centro de menores de Tenerife por considerarla responsable de ofensas, trato vejatorio y malos tratos físicos, psíquicos o morales muy graves a los usuarios y compañeros y a los de otras entidades colaboradoras.

La pena consistió en la suspensión de empleo y sueldo durante 15 días y su traslado del centro de Valle Tabares, al atribuirle también ser autora de falsedad o ocultación de la información transmitida a superiores respecto a las actividades desarrolladas.

Tratos vejatorios

Los sucesivos fallos judiciales apuntan a que la sancionada llevaba a cabo de forma reiterada “transgresión de la buena fe contractual y abuso de confianza” a los compañeros y a los internos.

Entre los hechos reprobados figuran que en septiembre de 2021 un menor chocó con ella y le pisó el pie, por lo que ella le ordenó: “agáchate y limpiámelo”, mientras que otro trabajador le decía al chico: “pareces un caballo con la cabeza mirando para abajo, vete a la habitación que ahora voy a hablar contigo”. Entonces la educadora añadió: “es que vas como un caballo, vas en picado y te quitaron los permisos porque no llegaste a la nota por nosotros”.

Otro interno denunció que en octubre de ese año los dos trabajadores se dirigieron a él y a otros residentes de forma despectiva haciéndole comentarios como: “vete a bañarte, cara de m…, no sabes hacer nada, desgraciado, tontos, subnormales, cochinos”.

Una menor dijo que le reprocharan que fuera mucho al médico y otra cuando no quiso comerse la lentejas porque estaban quemadas, recibió por respuesta que entonces no tendría postre y a otro que al no tomar yogur por la mañana que se lo tomara por la noche.

Amenazas y maltrato psicológico

Una joven más aseguraba que la mujer la miraba “de muy malas formas” y otra que cuando lavaba los platos la salpicó por lo que la educadora la amenazó diciéndole: “estás buscando lo que no está para ti”, y al preguntar qué quería decir el hombre le comentó: “que te revienta literalmente”.

Un chico indicó que los dos lo insultaban diciéndole: “desgraciado, no vales para nada" y que estaba sufriendo “maltrato psicológico” a lo que se une que el personal consideraba que daban un exceso de tiempo libre a los chicos y los dejaban ir con los familiares sin informar.

También se les reprocha que no daban parte a los superiores de aspectos relevantes de su labor o lo hacía de forma muy somera y con letra poco legible, lo que dio lugar a que se le abriera un parte por irregularidades en el desempeño de sus tareas y funciones.

Represalia contra la acusada

La respuesta de la expedientada siempre fue que se trataba de una represalia por su actividad sindical, buscaban desprestigiarla, que las faltas habían prescrito, negó los hechos, denunciaron acoso, imprecisión y falta de comprobación de los mismos.

También denunció que en el turno de la tarde en el que no estaba ella aumentaba el consumo de estupefacientes por falta de vigilancia de los responsables.

Denuncias aprobadas

El TSJC considera que la mujer utilizó un lenguaje y actitud impropia con los menores, agresivo y ofensivo e insultos de todo tipo, tal y como los menores relataron a la psicóloga.

La mujer estuvo de baja alegando que padecía ansiedad porque su jefa le hacía la vida imposible y para ello aportó un pantallazo de un diagnóstico realizado en Atención Primaria.

Los tribunales consideran probadas las denuncias y reprocharon que en segunda instancia la educadora pretendiera introducir nuevas consideraciones o valoraciones y su defensa no se centrara en el contenido objetivo de los documentos que recogen las acusaciones.