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Sociedad

"Ustedes son la familia que nunca he tenido"

VIDEOENTREVISTA| Conocemos al corazón que mantiene viva la Asociación NAHIA, que llena de esperanza a adolescentes en exclusión social que alcanzan la mayoría de edad

9 minutos

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Canarias lleva muchos años a la cola de España en servicios sociales y dependencia y los afectados, en consecuencia, de la sociedad del Archipiélago sufren en la búsqueda de ayudas y de luchar por una vida mejor.

La solidaridad del pueblo canario siempre sale a relucir para ayudar en lo que se puedaa quienes lo necesitan, y de ahí las más de un centenar de empresas sin ánimo de lucro creadas para aportar granos de arena que se pueden llegar a convertir en dunas.

Es el caso de la asociación NAHIA, una entidad que comienza su andadura en el año 2015 y surge de la iniciativa de varios profesionales para poner en marcha un proyecto de inserción socio-laboral para jóvenes en exclusión social, preferentemente extutelados.

Varios de sus componentes compartieron experiencia durante más de siete años con menores en desamparo y eso les motivó para poner en marcha un proyecto solidario como este.

Sus dos protagonistas son su presidenta, Laura Sosa Domínguez -licenciada en Psicología- y su vicepresidenta, Lidia Martín Rodríguez -diplomada en Educación Social-. Juntas, han querido compartir con nuestros lectores su ardua y sacrificada labor que les deja una satisfacción incomparable.

¿Cómo surge la idea de la asociacióncómo sale adelante?
Laura Sosa
: "La idea surge porque trabajamos casi una década en un piso de protección de otra ONG que ya no existe y siempre veíamos la necesidad de que los chicos cuando cumplen los 18 años se quedaban en la calle. Decidimos sacar un piso de +18, pero no fue viable y ampliamos para que existiera un proyecto real de inserción laboral. Comenzamos en 2016 con un convenio pequeñito con el Cabildo, con el IAS, y la verdad es que funcionó. Colaboraron unas empresas entre ellas CIO Company, McDonalds, Hiperdino… Fuimos insertando chicos y aquí continuamos en la lucha".

¿Cuál es el valor añadido de la Asociación Nahia respecto a otras asociaciones?
L.S
: "Es el acompañamiento a unos chicos que cuando cumplen los 18 años no tienen una familia y una red de apoyo real. Lo que pasa es que la mayoría de estos chicos, a pesar de que en el 2015 o 16 comenzaron pisos de +18, su temporalidad es mínima. Tienen que estar como máximo un año y los chicos realmente están solo y es muy complicado que tu vida cambie en seis meses o un año. No tienen una familia y los que la tienen si no han cambiado en el proceso cuando eran menores creo que es muy complicado cuando son mayores. Nos diferenciamos porque muchos de los chicos forman parte de NAHIA. Son los voluntarios, los que recogen, los que apoyan… siempre decimos a las empresas que tenemos seis meses de seguimiento, pero hay chicos que llegamos a estar hasta tres años, porque al final formas una familia".

¿Qué respuestas reciben de las empresas cuando buscan trabajo a los chicos?
Lidia Martín
: "Es la parte más dura porque cuando hablamos de chicos que vienen del Sistema de Protección a la Infancia la sociedad tiene unos estereotipos muy marcadas. Entonces, cuando hablamos a las empresas de estos chicos… uy, hay que explicar bien. Además, nuestros chicos y chicas tienen o solo el hándicap del estereotipo proveniente del sistema de protección a la infancia, sino que son muy jóvenes. Con el 90% de los casos con una escasa formación. Muy pocos de ellos llegan a terminar la ESO, no tienen experiencias previas y entonces a la empresa les cuesta mucho. Hay empresas que lo entienden muy bien y hay otras que no lo terminan de entender. Sí es verdad que cuando hablamos de la inserción de personas con diversidad funcional hay una adaptación al puesto, hay una espera… se es más leve en muchos aspectos. En cambio, con nuestros chicos y chicas se pide lo mismo y no se es consciente que muchas veces el déficit emocional que puedan tener en determinados aspectos como puede ser la resolución de conflictos. Si nosotros tenemos problemas con un compañero y eres capaz de solucionarlo en el momento o dejarlo estar y sigues, ellos pueden tener un impulso de coger las cosas e irse. Hay empresas que han respondido muy bien y entienden el perfil de nuestros jóvenes y empresas a las que hay que explicárselo mucho. Es verdad que con la situación de crisis es muy difícil llegar a la empresa con seis chavales que no tienen formación o experiencia y tienen estas dificultades. Pero bueno, poco a poco es vedad que cuando empezamos ahora hay una mejor percepción por parte de la empresa a la hora de la contratación de los chicos".

Y estos chicos y chicas, ¿tienen algún denominador común?
L.M.
: "Sí. El denominador común es la falta de recursos. Es decir,pensamos que es muy fácil conseguir un trabajo, pero cuando no tienes unas necesidades básicas cubiertas, cuando no puedes acceder a algo tan básico como poder pagar tu línea de móvil para estar al día, cuando tienes que preocuparte de dónde puedes llegar a dormir o cómo vas a comer en el día, no es tan fácil. Además, está la falta de redes de apoyo en la vida que siempre pongo el ejemplo de que yo tengo ya cerca de 40 años y si la vida me tratase muy mal ahora mismo tengo donde regresar. Nuestros chicos y chicas no tienen esa base de que si esto sale mal hay alguien detrás. Quizás es el común de todos, tanto los de aquí como los inmigrantes, que lo tienen peor. Es el mayor problema que encuentran, porque no es un problema que a los 19 se vaya. Se arrastra, porque no tienes un apoyo estable detrás".

Equipo de trabajo de la asociación NAHIA | ASOCIACIÓN NAHIA


¿Con cuántos adolescentes ha trabajado NAHIA?
L.S
: "Creo que unos 35 chicos aproximadamente, pero son fluctuantes porque los chicos vienen y van. No son conscientes muchas veces".

¿La asociación busca a los chicos para ayudarles o son ellos y ellas las que se acercan para pedirles ayuda?
L.S:
"cuando comenzamos con el Cabildo llegamos a un acuerdo de que los pisos de protección están gestionados por entidades sin ánimo de lucro. Nos reunimos con los técnicos del cabildo y con los responsables y directores de los hogares que son los que tienen la guarda de los menores. Definimos un perfil y nos derivan a los jóvenes. ¿Qué pasa? Que el convenio finaliza y ya nos conocen y son los hogares los que nos llaman para derivarnos. A parte, por el boca a boca entre los propios jóvenes nos vienen, porque la final todos se conocen aunque sean de diferentes entidades, porque han coincidido en el centro de atención inmediata. Ahora vamos a continuar proyectos que nos ha financiado La Caixa y estamos en colaboración con la Entidad Estudio 85, que es un teatro pedagógico por el que queremos trabajar la adquisición de competencias y modificación de conductas. Ahora lo presentaremos al cabildo y a la unidad de Infancia y Familia para que nos deriven a los chicos adecuados para la inserción laboral. E un momento dado tuvimos apoyo de la Administración Pública, pero ya vamos un año prácticamente funcionando con dinero privado".

¿Tienen alguna historia gratificante con los chicos?
L.S
. "¡Pues si! Cuando empecé a trabajar estaba en un piso con Lidia. Por desgracia, fue en la época de la crisis, cierra ese hogar, y entro en otro de adolescente. La verdad es que genera muchísima empatía y cuando ese hogar también cierra, cuál es mi sorpresa que uno de los chicos, Kevin, cumple 18 años y se pone en contacto conmigo en el momento en el que empieza a tener dificultades. Hoy tiene 24 años, está trabajando, ha ido cambiando su vida, sigue teniendo dificultades porque a pesar de estar trabando y un buen sueldo para alquilar un piso le piden avalista y no tiene… Ha conseguido una tía que está por ahí y tiene mucho contacto directo con nosotras. Su vida se ha ido encauzando porque tenía problemas de consumo y de soledad porque su familia no le quería. Y sus palabras son “ustedes son la familia que nunca he tenido” y vamos viendo cómo va progresando. Han pasado unos cuantos años y su evolución ha sido totalmente positiva. También tenemos el caso de Mariana, que vino de Guinea Conakry de manera legal, por unificación familiar. Esa unificación familiar no fue real y ya lo tuvo bastante complicado porque no tenía ninguna familia extensa por la que poder estar. Terminó en un recurso de +18, pero siempre estuvo con nosotras y hoy en día está trabajando y comparte piso. Tenemos casos muy reales que pueden cambiar, que comenten sus fallos, son jóvenes. Todos hoy en día siempre cometemos un error, pero tienen esa capacidad de resiliencia, de caerse y volverse a levantar y tirar para delante".

Al final se mantiene un contacto y un sentimiento con los chicos
"De hecho, siempre hemos dicho que marcamos la diferencia por estar con ellos., no solo en la parte laboral, sino en la parte emocional. Al final, tienen una discapacidad emocional. Todos tenemos la necesidad de una identidad, de que alguien nos quiera, de que alguien nos apoye lo hagamos mal o lo hagamos bien. No lo tienen. Entonces, al final están ahí porque somos su apoyo. Marcamos la diferencia por ello. Marcamos un tiempo de seis meses, pero es siempre. El comentario de ellos es “están para toda la vida”".

¿Echan en falta apoyo institucional?
(Suspiro y risas) L.M: "Aquí hablo, ya no solo por NAHIA, sino por todas las entidades pequeñas que trabajamos a diario, creo que muchas veces nos vemos desamparadas las propias entidades. Desde nuestra experiencia desde que nace NAHIA, nos hemos visto más tiempo paradas que contratadas, y es muy duro buscar trabajo a los chicos cuando tú no tienes trabajo, y es muy duro pelear constantemente que necesitamos una subvención, tenemos que cubrir nuestros gastos y los de la entidad. La entidad pública se olvida que muchas entidades pequeñas estamos haciendo mucho trabajo y llegando a muchas partes que las grandes no llegan y no nos escuchan. Pasó con el IRPF. De 182, solo 42 entidades recibieron el apoyo del IRPF. Estamos hablando de 140 entidades que nos quedamos son ese IRPF. Hablamos de cantidades astronómicas y al final hay entidades que te ves que no puedes seguir trabajando. Nosotras, si no hubiese llegado la resolución de la convocatoria del Auto Social La Caixa, nos veíamos obligadas a cerrar. Esto es una percepción personal, pero a veces vale más una foto con un gran logo que llama más la atención que logos de entidades pequeñas. es muy duro escuchar por los pasillos “es que no llego”".

L.S: "Hemos creado una pequeña comisión de aquellas empresas que nos vimos afectadas por el IRPF y lo que pedimos es que haya igualdad con todas las demás. Lo que no es normal es que entidades grandes, que hacen muy bien sus trabajos, de seis millones de euros, se lleven dos millones. Sinceramente, cuando hago la declaración de la renta ya me pienso si marcar si va a una entidad social, a la entidad religiosa o no marcar nada, porque si yo marco para una entidad social quiero que haya equidad y no la hay".

L.M: "Afortunadamente, hemos contado con la financiación privada y eso nos ha salvado. Obviamente, esto es por vocación. Yo estuve como diez años trabajando de educadora en un hogar, acabé esa etapa y sigo queriendo trabajar con chicos en esa situación. No sabría en qué otra cosa trabajaría, porque llega un punto en el que realmente lo que sé hacer y lo que me gusta es esto, pero es verdad que es duro que aunque seas una entidad sin ánimo de lucro llegue fin de mes y veas que no te llega para una nómina. ¿Cómo pago mi alquiler? ¿Cómo mantengo los gastos propios de la entidad si no tengo un ingreso? Lo que pedimos es una continuidad porque el estado es consciente que damos un servicio que ellos no pueden dar".



¿De cara al futuro tienen algún o proyecto o van día a día?
L.S
: "Nuestra gran meta es crear una empresa de inserción en la que tengamos un seguimiento deesos chicos y veamos que estén preparados para el mercado ordinario. Es complicado, pero es nuestra gran meta. Miramos el día a día. Ya tenemos enfocado en que el 2020 está cubierto gracias a la Obra Social de La Caixa y ahora hay que esperar durante el 2020 pensar qué va a pasar en 2021".

L.M: "También es verdad que nosotras somos la junta directiva, el personal laboral, el personal de limpieza, de mantenimiento, voluntariado… somos un poco multifunción. Los amigos y familiares nos apoyan y ayudan hasta un punto, porque entendemos que tienen su trabajo y sus cargas familiares y demás. Somos como McGyver en lo social. Hay veces que tenemos tantas cosas que te llegas a bloquear a niveles que no eres capaz de ver más allá de lo que estás haciendo hoy y no sabes si mañana llega. Es 24/7".

L.S: "Realmente los protagonistas de esto no somos ni Lidia ni yo, sino los propios jóvenes que han querido estar con nosotros y tirar para delante. Ellos son los que tienen que estar ahí. Hace poco tuve una conversación con ellos porque muchos han tenido que dejar los estudios porque tienen que comer y tirar para delante. Ellos van a ser los que van a seguir con este proyecto, que se tienen que formar y que realmente son la imagen y los que van a enseñar a los que vengan detrás. Tenemos que quitar la imagen tan negativa de los chicos que están protegidos por el sistema de protección. Con esto no digo que sean buenísimos ni maravillosos, sino que vienen con una carga y una mochila tan grande y tan pesada que tenemos que ayudarles".

L.M: "Gracias por dejarnos hablar de estos chicos que muchas veces no tienen voz, pero que si todos tuviéramos un huequito descubriríamos que son piedritas de carbón para convertirse en diamantes".