En lo más profundo del norte de Tenerife, el tiempo parece haberse detenido. Un lugar donde las nubes se enredan entre ramas cubiertas de musgo, los helechos crecen sin prisa y el silencio es tan denso como la humedad del aire.

Este bosque, que parece sacado de una leyenda, no está abierto a cualquiera. Solo unos pocos afortunados pueden recorrer sus senderos cada día, cruzando un umbral natural que conecta con los vestigios más antiguos del ecosistema de Canarias.

El Pijaral: un tesoro en Anaga

Conocido popularmente como el Bosque Encantado, su nombre oficial es la Reserva Natural Integral de El Pijaral, uno de los espacios protegidos más singulares del Parque Rural de Anaga, declarado Reserva de la Biosfera. Se trata de un reducto de laurisilva, un tipo de bosque subtropical que ha sobrevivido desde la era terciaria y que hoy solo puede encontrarse en lugares contados del planeta.

Su exclusividad no es solo estética, sino también ecológica. Solo 45 personas al día pueden acceder a esta joya natural, previa gestión de un permiso gratuito obligatorio a través de la web oficial del Cabildo de Tenerife. Esta medida garantiza no solo una experiencia íntima con el paisaje, sino también la protección de un entorno extremadamente delicado.

@alexcursio_ Este es uno de los lugares más protegidos de Canarias porque aquí crecen plantas que solo existen en las islas Canarias, y algunas, como la píjara, solo en este bosque en concreto. Además, en este bosque se han identificado más de 500 especies de invertebrados, y lo increíble es que muchas solo viven aquí, en este bosque. Otras solo se encuentran en el resto de Canarias, lo que hace que todo este ecosistema sea único y muy frágil. Por eso solo dejan entrar a 45 personas al día con permiso, para proteger algo que no se repite en ningún otro lugar del planeta. ¿Te gustaría que otros lugares se empezaran a proteger de esta manera? #canarias #tenerife #canarias🇮🇨 #tenerife🇮🇨 #islascanarias ♬ sonido original - alexcursio

Cómo es la ruta del Bosque Encantado

El recorrido principal tiene entre 6 y 7 kilómetros, con una dificultad moderada. Los caminos, siempre húmedos, serpentean entre árboles de hojas perennes como el til o el loro, y ofrecen vistas de un ecosistema único, acompañado por el canto de aves y el crujir de la madera bajo los pies. El entorno está cubierto por un tapiz de musgo y helechos que, sumado a la niebla habitual, da lugar a una atmósfera de ensueño.

La caminata no requiere gran experiencia, pero sí calzado adecuado y ropa impermeable, ya que incluso en verano la humedad y la niebla son constantes. Respetar las normas del entorno es fundamental: no salirse del sendero, no recoger plantas ni dejar residuos. Solo así este bosque podrá seguir siendo un refugio intacto para la biodiversidad canaria.

Cómo reservar tu plaza

Para obtener el permiso, es necesario acceder con antelación a la plataforma del Cabildo de Tenerife, seleccionar la fecha deseada y portar la autorización (impresa o digital) durante la visita. Las plazas se agotan con rapidez, especialmente en los fines de semana y temporadas altas.

Visitar El Pijaral no es solo una excursión: es una experiencia casi espiritual. Una conexión íntima con la Canarias más antigua, donde cada árbol guarda una historia y cada paso te aleja un poco más del mundo moderno.