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Imagen de una cesta llena de setas / PEXELS

Este bosque es el mejor lugar para coger setas en Canarias este octubre

Cuidar el entorno forma parte de la experiencia. No se trata solo de recolectar, sino de conectar con el bosque, de entender su equilibrio y de dejarlo igual o mejor de como se encontró

El silencio del bosque solo se interrumpe por el crujir de las hojas bajo los pies. El aire es húmedo, fresco, y huele a tierra. Entre los troncos de los pinos y los castaños, pequeñas sombras redondeadas asoman entre el musgo. Es otoño, y con él llega la temporada más esperada por los amantes de la naturaleza y los sabores del campo: la de salir en busca de las setas en Tenerife

Pero no todos los rincones del Archipiélago ofrecen el mismo espectáculo micológico. Existen zonas donde la humedad, la altitud y el tipo de suelo crean el hábitat perfecto para la aparición de hongos comestibles. Y entre todas, hay una que sobresale por su belleza, su extensión y su riqueza biológica.

La joya del Teide

El Parque Natural Corona Forestal, en la isla de Tenerife, es el mejor lugar para coger setas en Canarias. Este gigantesco anillo verde rodea el Parque Nacional del Teide y se extiende por 46.613 hectáreas, convirtiéndose en el mayor espacio natural protegido del archipiélago.

Sus pinares, fayal-brezales y zonas de laurisilva crean el ambiente ideal para el crecimiento de hongos durante los meses de otoño, cuando la humedad y las temperaturas más bajas favorecen su aparición. Aquí es posible encontrar especies como níscalos, boletus o champiñones silvestres, aunque siempre bajo una regla de oro: solo recolectar las setas que se conozcan bien.

Normas y permisos

La belleza del entorno va acompañada de una regulación estricta. En los espacios protegidos de Tenerife, como Corona Forestal o Las Lagunetas, es obligatorio presentar una declaración responsable antes de iniciar la recolección. Este permiso gratuito puede tramitarse online y especifica los límites de cantidad —normalmente un máximo de tres kilos por persona y día— y las zonas autorizadas.

Cada persona debe llevar su propia declaración y, sobre todo, respetar el medio ambiente: está prohibido arrancar las setas de raíz, usar bolsas de plástico o alterar el suelo. Las autoridades pueden imponer multas de hasta 3.000 euros por circular con vehículos a motor por pistas forestales sin autorización.

Buenas prácticas

Los expertos recomiendan usar cestas de mimbre, ya que permiten que las esporas caigan al suelo y el bosque se regenere. Es preferible cortar las setas con una navaja y limpiar suavemente la tierra del sombrero. Si no se conoce la especie, lo mejor es dejarla en su lugar: en Canarias también crecen hongos tóxicos como la Amanita muscaria o la Amanita pantherina, fácilmente reconocibles por su color llamativo.

Cuidar el entorno forma parte de la experiencia. No se trata solo de recolectar, sino de conectar con el bosque, de entender su equilibrio y de dejarlo igual o mejor de como se encontró.

Más allá de la recolección

El Parque Natural Corona Forestal no solo es el epicentro del micoturismo en Canarias. Es un espacio de gran valor geológico y biológico, formado por los restos volcánicos del Teide-Pico Viejo y tres dorsales que recorren la isla. En él se conservan barrancos, pitones y lavas recientes, además de especies únicas como el pinzón azul del Teide o el pino canario, símbolos de la biodiversidad isleña.

En sus bosques conviven también murciélagos autóctonos, mariposas endémicas y escarabajos propios del ecosistema tinerfeño. No es extraño que cada otoño, tanto locales como visitantes acudan a este paraíso para disfrutar de la naturaleza, respirar aire puro y llenar sus cestas con los frutos del bosque.

Un plan otoñal perfecto

Coger setas en la Corona Forestal es una experiencia que combina aventura, gastronomía y respeto ambiental. Es una actividad ideal para practicar en familia, aprender sobre las especies autóctonas y disfrutar del paisaje que enmarca al Teide.

Solo hace falta una cesta, calzado cómodo y la disposición de dejarse llevar por el aroma del pinar. Porque si hay un lugar donde la naturaleza muestra su lado más generoso en otoño, ese es sin duda este bosque inmenso que guarda el secreto micológico mejor conservado de Canarias.