Más de diez meses después del hallazgo del cuerpo sin vida del joven británico Jay Slater en un barranco del Parque Rural de Teno (Tenerife), la investigación ha dado un nuevo giro de guion. Nuevas pistas forenses, mensajes de móvil inquietantes y una cadena de testigos ausentes dibujan un panorama cada vez más complejo que pone en duda la hipótesis de una simple caída.
Jay Slater era un joven británico de 19 años, originario de Lancashire, que viajó a Tenerife en junio de 2024 para pasar unas vacaciones con amigos. Asistió a un festival en el sur de la isla poco antes de desaparecer en circunstancias aún no esclarecidas. Su desaparición y posterior hallazgo sin vida en una zona remota de Masca mantuvieron en vilo a la isla durante días. Se realizaron batidas por las zonas más recónditas del barranco y se especuló con que pudiera haber sido secuestrado o asesinado, incluso sobre si sus amigos ocultaban algo. Ahora, salen a la luz nuevas informaciones adelantadas por la prensa británica.
“Me tienen marcado”
Uno de los momentos más reveladores de la vista judicial celebrada recientemente en el Juzgado Forense de Preston (Reino Unido) fue el análisis de los mensajes extraídos del teléfono móvil de Slater. Entre ellos, uno enviado a las 2:39 de la madrugada del 17 de junio de 2024 —el día en que desapareció— ha causado especial conmoción: “Me tienen marcado.”
La respuesta que recibió del otro lado fue: “Tienes que irte a casa, muchacho, estás loco.”
En peligro
Este mensaje ha sido interpretado por la familia como un indicio de que Jay se sentía amenazado o en peligro, un elemento clave que podría alterar el relato inicial centrado en un accidente fortuito.
Poco después, entre las 5:03 y las 5:52, Jay envió otro mensaje a un contacto en el que decía: “Acabo de tomar un Rolly de 12.000 libras de algún idiota para obtener 10 libras por él ahora.”
Este texto alude al supuesto robo de un reloj de lujo —posiblemente un Rolex o un Audemars Piguet—, sobre el que también declaró un testigo, Josh Forshaw, quien afirmó que Jay le habló de vender una correa cara por “10 libras”, una jerga en Lancashire para referirse a 10.000 libras. Además, según Forshaw, Jay le envió una fotografía con dos cuchillos dentro del pantalón acompañada de una frase inquietante: “En caso de que explote.”
Las heridas, bajo revisión
Los hallazgos forenses también han sido clave en esta nueva fase. El patólogo Richard Shepherd, del Ministerio del Interior británico, afirmó en la vista que, aunque Slater presentaba múltiples lesiones, la que le causó la muerte fue una grave fractura craneal producida, según concluyó, por una caída desde una altura considerable. “No me cabe duda de que habría quedado inconsciente de inmediato”, declaró.
Sin embargo, el patrón de lesiones ha generado controversia. Algunos expertos forenses apuntan a que las heridas en espalda y piernas no se corresponden completamente con un único impacto, lo que deja abierta la posibilidad de que cayera en varias etapas o incluso intentara huir en condiciones adversas.
El cuerpo de Jay fue encontrado tras 28 días expuesto al calor, lo que alteró algunos signos postmortem, pero no impidió una autopsia clara en cuanto a la causa fundamental del fallecimiento.
Consumo de sustancias
Los análisis toxicológicos revelaron la presencia de éxtasis, cocaína, ketamina y alcohol. La doctora Stephanie Martin, especialista en toxicología, explicó que el metabolito de cocaína hallado indica que fue consumida junto con alcohol. También señaló que la ketamina pudo haber sido ingerida con anterioridad, y que la diferencia de resultados entre las autopsias en Tenerife y Reino Unido se debía al tiempo transcurrido entre ambas.
Un testigo, Josh Forshaw, relató que durante la fiesta previa a su desaparición, Jay estaba fuera de sí por las drogas y le pidió que partiera una pastilla de MDMA, que compartió con otro amigo, Brad Hargreaves.
Testigos ausentes y movimientos sospechosos
Uno de los mayores obstáculos de la investigación ha sido la falta de testigos clave. A pesar de los esfuerzos policiales, no se ha podido localizar a Ayub Qassim, el hombre que invitó a Jay a un Airbnb en Masca tras la fiesta. Tampoco han comparecido Lucy Law ni Brad Hargreaves, sus amigos cercanos durante el viaje que originalmente denunciaron su desaparición.
Un dato añadido es que la madrugada de la desaparición se intentaron realizar dos pagos fallidos con su tarjeta bancaria: uno de 320 euros y otro de 160, ambos rechazados. También se confirmó que el teléfono de Slater dejó de registrar señal a las 8:49 del 17 de junio, tras registrar pasos y desniveles que indican que estuvo caminando durante casi una hora en zona escarpada.
Voluntarios que participaron en el rescate afirmaron que no había razón para caminar por la ruta que tomó Slater “a menos que estuviera yendo hacia el mar”, y descartaron que alguien pudiera haber transportado su cuerpo hasta el lugar del hallazgo, dada la extrema dificultad del terreno.
La petición de la familia
Ante las múltiples incógnitas sin resolver, la madre de Jay, Debbie Duncan, solicitó al juez poder interrogar directamente a Qassim y a Steven Roccas, otro de los últimos en verlo con vida. “Sabemos que murió, sabemos que tuvo un accidente, pero desde que salió de ese complejo turístico hasta que fue hallado, no sabemos nada”, expresó entre lágrimas.
El juez James Adeley accedió a posponer la vista para intentar obtener sus testimonios, aunque admitió: “No confío en tener éxito, pero haré lo que pueda”.
