Loading...
Imagen del lago en un cráter de Canarias / SÍ SE PUEDE

El lago más impresionante de España está en Canarias: vistas de infarto en el cráter de un volcán

Aunque no sea un lugar para darse un chapuzón, quienes lo visitan regresan con la sensación de haber descubierto un rincón singular, donde el pasado volcánico y el presente agrícola de Canarias se dan la mano

Hay paisajes que parecen salidos de otro planeta. Rincones que sorprenden no solo por su belleza, sino por la forma en que la naturaleza y el ingenio humano se han combinado para crear algo extraordinario. En Canarias existe un lugar así: un cuerpo de agua azul intenso encajado en el interior de un antiguo cráter volcánico, rodeado de campos de cultivo y vistas panorámicas. Desde el cielo, parece un lago alpino, aunque no se trata de un espacio para el baño ni de un enclave turístico al uso.

Quien se adentra en esta zona del norte tinerfeño lo hace sin esperar encontrarse con semejante postal. La caminata es exigente y sin señalización, pero al alcanzar la cima, lo que se revela ante los ojos es un espectáculo difícil de olvidar.

Embalse en un cráter

El Embalse de la Montaña de Taco es uno de los secretos mejor guardados del norte de Tenerife. Se encuentra entre los municipios de Buenavista del Norte y Los Silos, enclavado en el cráter de una antigua cantera volcánica. A primera vista, su forma circular y su tono azul lo hacen pasar por un lago natural, pero lo cierto es que se trata de una infraestructura hidráulica clave para el regadío local.

Fue inaugurado el 17 de mayo de 1986 como parte del Plan de Balsas del Norte, un ambicioso proyecto para asegurar el suministro de agua en una zona con alta actividad agrícola, especialmente dedicada al cultivo del plátano. Con una inversión superior a los 19 millones de euros, se convirtió en una de las obras hidráulicas más emblemáticas de la isla.

Ruta sin señales

Para llegar hasta el cráter es necesario caminar durante unos 45 minutos desde el punto más cercano accesible por carretera. La subida a la Montaña de Taco no está balizada ni cuenta con carteles informativos, por lo que se recomienda precaución y buen calzado. A cambio, el recorrido regala un entorno natural abrupto y virgen, donde la vegetación autóctona y los restos volcánicos acompañan cada paso.

Una vez en lo alto, las vistas quitan el aliento: a un lado, la línea de costa del noroeste tinerfeño; al otro, el círculo casi perfecto del embalse encajado entre las paredes del cráter. La combinación de la roca volcánica oscura con el azul del agua forma una estampa digna de fotografía aérea.

Uso agrícola, no recreativo

Pese a su aspecto idílico, el embalse no está diseñado para el baño ni para el uso recreativo. Es una instalación dedicada exclusivamente a almacenar agua para el riego, por lo que está prohibido acceder a su interior o practicar actividades acuáticas. Esto, sin embargo, no le resta encanto al lugar, que sigue siendo un atractivo visual para senderistas, fotógrafos y curiosos.

Además, el entorno natural que lo rodea ofrece otras oportunidades para el disfrute: desde rutas de montaña hasta zonas de observación de flora local, pasando por miradores con vistas al Atlántico y a los bancales agrícolas característicos de esta parte de la isla.

Un paisaje de contrastes

Lo que hace único al Embalse de la Montaña de Taco no es solo su ubicación, sino el contraste que genera: un recurso hídrico moderno instalado en el corazón de una formación geológica milenaria. A escasos kilómetros del mar, en pleno entorno rural de Tenerife, este lago artificial se ha convertido en una referencia no solo por su función, sino por su belleza inesperada.

Y aunque no sea un lugar para darse un chapuzón, quienes lo visitan regresan con la sensación de haber descubierto un rincón singular, donde el pasado volcánico y el presente agrícola de Canarias se dan la mano en una imagen que, literalmente, corta la respiración.