La Casa de Amaro Pargo, uno de los inmuebles históricos más singulares del municipio de El Rosario y declarada Bien de Interés Cultural (BIC), podría tener una nueva oportunidad para su conservación y puesta en valor. El actual propietario ha ofrecido formalmente su donación al Cabildo de Tenerife para evitar la desaparación del inmueble.
La noticia se dio a conocer en una conferencia celebrada en el barrio de Machado, donde los aparejadores y docentes jubilados Ángel Adán y Beatriz García presentaron su propuesta de rehabilitación de la casa, que han trasladado este sábado a través de un comunicado. Ambos llevan años impulsando la defensa del inmueble y alertando sobre su progresivo deterioro, agravado por décadas de abandono, saqueos y excavaciones ilegales.
Un paso clave
Según explicaron, la propuesta de donación tiene como objetivo que el Cabildo asuma la titularidad del inmueble, garantice su protección y promueva una intervención urgente para consolidar las ruinas y rehabilitar parcialmente lo conservable, respetando siempre su condición de BIC.
Los impulsores de la iniciativa ven en esta cesión una oportunidad única para evitar la desaparición definitiva de un bien patrimonial clave para la historia insular, ligado al corsario tinerfeño Amaro Pargo, quien adquirió la casa en 1744, según documentos hallados por los historiadores Manuel de Paz Sánchez y Daniel García Pulido.
Además, plantean que la casa se convierta en un Centro de Interpretación del Camino Viejo de Candelaria, recuperando su función histórica como lugar de descanso de peregrinos que, desde el siglo XVII, transitaban desde La Laguna hacia Candelaria. Esta idea ya había sido propuesta por alumnado de la Universidad de La Laguna (ULL) y por el escritor y dinamizador cultural Alfredo López Pérez, que también apoya la iniciativa.
En estado crítico
Durante la conferencia, celebrada en la ermita de Nuestra Señora del Rosario, en el marco de los actos previos a la Coronación Canónica de la Virgen del Rosario, los ponentes mostraron imágenes del estado crítico de la casa, que desde 1975 —tras el fallecimiento de su último habitante, Felipe Trujillo— ha sufrido un acelerado deterioro: muros caídos, techumbres hundidas y pérdida de materiales originales como piedra y madera.
“Se debe rescatar un tesoro de identidad patrimonial e histórica que ya está medio enterrado”, afirmó Beatriz García, mientras que Ángel Adán advirtió que “si no actuamos ahora, dentro de diez años esta casa solo existirá en los archivos”.
Entre desafíos y esperanzas
Los promotores reconocen que el proyecto afronta importantes retos: la complejidad técnica de la intervención, la financiación necesaria, la burocracia institucional y la obligación de respetar la integridad del inmueble. Sin embargo, confían en que el gesto del propietario y el creciente respaldo de la ciudadanía y colectivos culturales sirvan como palanca para que el Cabildo de Tenerife lidere este proceso, en coordinación con otras administraciones.
La donación, aseguran, abre la puerta a convertir un símbolo olvidado en un espacio vivo, con fines culturales, educativos y turísticos, en el corazón de uno de los núcleos históricos del municipio.