El Ayuntamiento de Los Realejos se ha convertido en el primer y, por el momento, único consistorio que ha reunido directamente a productores de uva y bodegueros para abordar la crisis provocada por la plaga de filoxera en Tenerife. El encuentro tuvo lugar este lunes en el Salón de Plenos municipal, presidido por el alcalde, Adolfo González, con la participación de medio centenar de cosecheros y viticultores de la localidad.
A la cita asistieron también representantes del área de Desarrollo Rural del Ayuntamiento, técnicos del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Valle de La Orotava y del Cabildo de Tenerife, que explicaron a los asistentes los protocolos de actuación y las medidas fitosanitarias recogidas en la Orden del 20 de agosto de la Consejería de Agricultura, orientadas a frenar la propagación de la plaga.
Dudas
El alcalde agradeció la alta participación, que considera reflejo de la preocupación real del sector en plena campaña de vendimia, y apeló a la responsabilidad colectiva para cumplir las indicaciones de las administraciones y los consejos reguladores. Durante la reunión, los cosecheros pudieron plantear sus dudas sobre riesgos, limitaciones al traslado de uva y obligaciones de comunicación a los servicios oficiales en caso de detección.
González subrayó que el ayuntamiento está poniendo recursos propios al servicio de la emergencia, tanto desde sus áreas de Desarrollo Rural y Agricultura como a través de la colaboración de la Policía Local con el Seprona, con el fin de vigilar posibles movimientos de material agrícola entre zonas afectadas. En la misma línea, el concejal de Desarrollo Rural, Alexis Hernández, recordó que, aunque todavía no se han detectado focos en el Valle de La Orotava, no se puede bajar la guardia, ya que el incumplimiento de las medidas puede conllevar sanciones.
El alcalde avanzó que la experiencia se repetirá en breve, con un encuentro en La Orotava y nuevas convocatorias en Los Realejos durante septiembre para dar seguimiento a la situación. Mientras tanto, los viticultores destacan que el municipio realejero es el único que ya ha abierto un canal directo de diálogo con el sector, un gesto que contrasta con el silencio de otras instituciones en un momento que consideran crucial para el futuro de la viticultura insular.
