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Chimeneas expulsando óxido de nitrógeno./ ARCHIVO

A Sanidad le preocupa el óxido de nitrógeno que acumularán las plantas antiapagones de Los Realejos

Los vecinos de La Zamora, en Los Realejos, denuncian desde hace meses el impacto acumulado de la contaminación de las plantas proyectadas por Disa y Sampol

El informe de impacto ambiental de la planta generadora de emergencia y antiapagones que Sampol instalará en el polígono industrial de La Gañanía, en la zona de La Zamora de Los Realejos, ha reconocido las advertencias formuladas por Salud Pública y el Cabildo de Tenerife sobre los riesgos combinados de esta y su planta complementaria, la que impulsa Disa en Tigaiga.

Según indica el documento, el Servicio de Sanidad Ambiental del Gobierno de Canarias ha señalado la necesidad de “valorar los impactos acumulativos derivados de las emisiones de óxido de nitrógeno (NOx) a la atmósfera”, teniendo en cuenta que en el mismo entorno “se pretende instalar otra planta de emergencia Tigaiga situada a 200 metros” .

El texto añade que esta valoración deberá realizarse “en el contexto del cumplimiento de la normativa sectorial de aplicación” y remitirse a la Dirección General de Salud Pública “para, en su caso, emisión de informe técnico”.

Sin estudio conjunto

El Cabildo de Tenerife ha coincidido en esa preocupación. En su informe técnico, reproducido en la resolución ambiental, el Servicio de Planificación Territorial insular considera que el documento ambiental evaluado “no contiene un estudio y valoración conjunta de los efectos ambientales acumulativos que podría causar el funcionamiento simultáneo de ambas plantas de emergencia”.

Ambos pronunciamientos aparecen recogidos en la resolución publicada este lunes, que aprueba el proyecto de planta de generación de emergencia de 14,688 MW promovido por Sampol I. y O. Canarias, S.L., y que determina que el proyecto “no tiene efectos adversos significativos sobre el medio ambiente” siempre que se cumplan todas las medidas preventivas y correctoras.

Simultaneidad temporal

El informe ambiental también admite explícitamente la “probable simultaneidad funcional y temporal” de las plantas de Sampol y de DISA Gas S.A.U., cuya instalación está prevista en la misma zona industrial, y exige que antes de iniciar las obras “se adopten medidas preventivas, correctoras o compensatorias que prevean, reduzcan e incluso eliminen los impactos acumulativos”, como por ejemplo el del óxido de nitrógeno.

El informe impone como prescripción que Sampol incorpore los resultados del análisis conjunto de emisiones con la futura planta de DISA y que ese estudio sea conocido por la Dirección General de Salud Pública para su supervisión.

Quejas vecinales en Los Realejos

Las advertencias coinciden con las que ya habían expresado en 2024 colectivos vecinales y organizaciones ambientales, que alertaban de un posible aumento de contaminación en un entorno con viviendas próximas, en el caso de algunas viviendas a apenas 30 metros de distancia.

La plataforma ciudadana No Eléctricas La Zamora, que agrupa a vecinos del entorno de La Gañanía y Tigaiga, ha reiterado su preocupación por la contaminación atmosférica que podrían generar ambas instalaciones.

En un comunicado titulado El aire que nos enferma, el colectivo describe las emisiones previstas —óxidos de nitrógeno, partículas en suspensión y compuestos orgánicos volátiles— como “una amenaza que no distingue entre casas, que se cuela por las rendijas, que entra en los pulmones de un bebé que duerme en su cuna y en los de un abuelo que descansa en su sillón”.

La autorización del proyecto queda supeditada a que se demuestre que el funcionamiento simultáneo de las dos plantas no generará impactos acumulativos sobre la calidad del aire ni sobre la salud pública, algo que deberá comprobarse antes de iniciar las obras.

¿Qué es el óxido de nitrógeno?

El óxido de nitrógeno (NOx) es el nombre genérico con el que se designa a un conjunto de gases compuestos por nitrógeno y oxígeno, principalmente monóxido de nitrógeno (NO) y dióxido de nitrógeno (NO₂). Se generan en los procesos de combustión a altas temperaturas, como los que se producen en los motores diésel de los grupos electrógenos o en los vehículos.

En el aire, estos compuestos reaccionan con el oxígeno y la radiación solar formando otros contaminantes secundarios, como el ozono troposférico o el nitrato de partículas finas.

Desde el punto de vista sanitario, los óxidos de nitrógeno son contaminantes irritantes de las vías respiratorias, asociados a un aumento de la incidencia de asma, bronquitis y otras enfermedades pulmonares crónicas.

La exposición prolongada puede afectar a la función pulmonar y agravar dolencias cardiovasculares. Por esa razón, la normativa europea y española —como el Real Decreto 102/2011 sobre calidad del aire— fija límites de concentración de NO₂ en el ambiente para proteger la salud humana y obliga a evaluar las emisiones de estos gases en cualquier instalación de combustión.