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Así era el Grand Hotel Callao del sur de Tenerife antes de la okupación / ARCHIVO

Un tiktoker canario, sobre el hotel 4 estrellas okupado en Tenerife: "El suministro sigue activo"

El vídeo del tiktoker ha puesto el foco sobre una realidad incómoda: la convivencia entre el lujo abandonado y la necesidad | El hotel parece haberse quedado atrapado entre dos mundos, uno que ya no existe y otro que sobrevive dentro de sus muros

En Callao Salvaje (Adeje), en el sur de Tenerife, se levanta un edificio que alguna vez prometió ser un referente del turismo deportivo en Canarias. El Grand Hotel Callao Sport, inaugurado en 2009 por la empresa Domasa, S.A., nació sobre las instalaciones de un antiguo complejo deportivo. La intención era clara: atraer al turista francés y combinar el descanso con la actividad física, en un entorno de lujo con cuatro estrellas y 92 habitaciones.

Durante sus primeros años, el hotel mantuvo una ocupación estable y una plantilla de 45 trabajadores. Sin embargo, la pandemia del covid-19 truncó esa estabilidad. Tras el confinamiento de 2020, reabrió brevemente en julio, pero apenas dos meses después se vio obligado a cerrar por motivos económicos. Desde entonces, las instalaciones permanecieron vacías, esperando un comprador que nunca llegó.

La ocupación masiva

El 18 de febrero de 2025, la historia del hotel cambió para siempre. Aquella noche, cuatro hombres forzaron el acceso, destruyeron las cámaras de seguridad y causaron destrozos en el sistema de vigilancia. La Guardia Civil intervino y detuvo a dos personas, aunque un tercero logró huir. Apenas una semana después, unas 300 personas habían ocupado la propiedad, según confirmó la empresa.

El tiktoker canario @specialsixyt se desplazó hasta el lugar para documentar lo que estaba ocurriendo. En su vídeo, que acumula miles de visualizaciones, se pregunta, “¿Qué es lo que ha llevado a cientos de personas a okupar un hotel de 4 estrellas en Tenerife?”

Durante su visita, aseguró haber visto “coches entrando y saliendo” y señaló que “podrían ser perfectamente vecinos de nuestro barrio”. Lo que más le sorprendió, confesó, fue “la tranquilidad que se respira de momento en el hotel y la gran cantidad de luces que hay encendidas; el suministro sigue activo, parece un hotel que todavía está en funcionamiento”.

El creador de contenido explicó además que abandonó el lugar por respeto a la intimidad de los ocupantes. “Nos dijeron que no podíamos estar grabando y nosotros, sin dar mucho el coñazo, nos fuimos porque entendemos que la privacidad de estas personas también tiene que ser respetada”.

@specialsixyt 🏨 La historia del hotel de 4 estrellas del sur de Tenerife que fue okupado por centenares de personas: el Grand Hotel Callao #specialsix #tenerife #urbex #okupas #islascanarias ♬ sonido original - specialsixyt

Una denuncia sin desalojo

La empresa propietaria Domasa, S.A. presentó una denuncia formal poco después de producirse la ocupación, pero la Fiscalía desestimó el desalojo preventivo, al considerar que no existían criterios de proporcionalidad para aplicar una medida tan severa. Desde entonces, el procedimiento judicial sigue en curso.

Mientras tanto, los ocupantes viven en las habitaciones sin pagar luz, agua ni recogida de basura, gastos que la ley obliga a asumir a la propiedad. Las facturas de electricidad incluso triplican el consumo medio que tenía el hotel cuando estaba en funcionamiento.

El recinto ha sido desvalijado, y las autoridades han localizado piezas robadas del complejo en distintos puntos del norte de la isla. Aun así, algunos espacios conservan restos del antiguo esplendor: carteles que anuncian “El paraíso existe. Un mundo de posibilidades”, hoy pegados en cristales rotos.

Entre la ruina y el reflejo social

El Grand Hotel Callao se ha convertido en algo más que un edificio okupado: es el reflejo del declive turístico y las tensiones sociales que arrastra el sur de Tenerife. Lo que antes fue un símbolo de bienestar y modernidad, hoy se mantiene en pie con las luces encendidas y las habitaciones llenas de incertidumbre.

El vídeo del tiktoker ha puesto el foco sobre una realidad incómoda: la convivencia entre el lujo abandonado y la necesidad. Y aunque el agua y la electricidad siguen fluyendo, el hotel que un día fue escaparate del turismo deportivo parece haberse quedado atrapado entre dos mundos, uno que ya no existe y otro que sobrevive dentro de sus muros.