12 años de investigación que unen Canarias y Egipto a través de la arqueología

En julio de 2012 comenzó la misión arqueológica de la Universidad de La Laguna en la tumba TT 209, en la ladera norte del wadi Hatasun, a unos 650 kilómetros al sur de El Cairo

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Imágenes tomadas durante diferentes campañas de investigación / PROYECTO DOS CERO NUEVE
Imágenes tomadas durante diferentes campañas de investigación / PROYECTO DOS CERO NUEVE

En julio de 2024 se cumplirán 12 años del comienzo de una misión arqueológica canaria en Luxor, Egipto. Varios egiptólogos de la Universidad de La Laguna se lanzaron a la aventura de investigar la tumba tebana (TT) 209 donde encontraron, entre varias piezas, el mayor número de ánforas fenicias —recipientes de cerámica— y 17 momias en las que se incluye una pareja con una perra sobre sus pies. La tumba TT 209 se encuentra en la ladera norte del wadi Hatasun, el cauce que atraviesa la necrópolis conocida por los egiptólogos como Asasif Sur, a unos 650 kilómetros al sur de El Cairo

“Siguiendo la información recogida en los planos trazados por Eigner en la década de 1970, podía deducirse que la fachada de la tumba debía de presentar un colapso parcial y las cámaras interiores debían de estar cubiertas por tierra hasta media altura. Desde los trabajos de este investigador, había entrado polvo y basuras hasta alcanzar al menos un metro más de espesor e incluso colmatar el espacio más cercano a la puerta, pues la fachada no era claramente identificable en el momento de empezar la campaña por la acumulación de depósitos externos. Éstos no habían seguido cayendo hacia el interior, lo que indicaba que éste podía estar ya colmatado”, comienza el diario de campañas de esta investigación que ha ayudado a acercarse un poco más a la civilización egipcia. 

Trabajos en la TT 209 / PROYECTOS DOS CERO NUEVE
Trabajos en la TT 209 / PROYECTOS DOS CERO NUEVE

La tumba

En la celebración de los 10 años del comienzo de la investigación, Miguel Ángel Moreno Molinero, profesor titular de Historia Antigua-Egiptología de la Universidad de La Laguna y director de la misión arqueológica en Luxor, explicaba que, gracias al trabajo desarrollado por su equipo, se pudo corregir la datación que se atribuía a la tumba —es obra de la Dinastía XXV, formada por los conocidos como faraones negros—. Además, también consiguieron identificar el nombre y los títulos del propietario de la TT 209: un alto funcionario de origen nubio llamado Nisemro. Vivió a finales del siglo VIII y aparece representado en un pequeño relieve en la tumba junto a su perro, Hekenu. “La arquitectura del complejo es muy original”, explica la Fundación Palarq en su web. 

De los numerosos descubrimientos, el equipo de egiptólogos encontró una pareja junto a su perrita, que se encontraba momificada y estaba sobre los dos difuntos. En otra cámara también se encontraron restos de otro acompañante perruno cerca de los pies del difunto. Asimismo, entre las momias también hallaron un conjunto de ánforas fenicias en la TT 209 que formaban parte del ajuar funerario

Dificultades

Durante estos 12 años la compañía ha tenido que pasar por dificultades como el cierre del espacio aéreo egipcio a causa de la pandemia. “Ha pasado un año y medio desde que tuvimos que cerrar la última campaña, apresurados ante el cierre del espacio aéreo egipcio por la pandemia. Año y medio angustiados por las personas con las que compartimos una parte importante de nuestra vida cuando trabajamos en Luxor, de muchos de los cuales apenas si tuvimos noticias indirectas. Año y medio también para el yacimiento, que nos estaba esperando, deseoso de nuestra llegada, en especial las cámaras subterráneas, que necesitaban que abriésemos su puerta y las liberásemos de la húmedad que todavía se sigue acumulando en su interior y que daña sus paredes”, expone el diario de campaña del año 2021, cuando regresaron a los trabajos. 

“El Ministerio de Turismo y Antigüedades ha impuesto una serie de normas en el propio yacimiento: número limitado de personas (cuatro) en el interior de la cámara que estemos excavando, ningún cubierto común para servirnos en los desayunos y, sobre todo, como en todo el planeta, la mascarilla —la camama en el árabe dialectal egipcio— que repartiremos a los trabajadores cada mañana y tendremos que mantener en la cara, tras tomarnos la temperatura. En el exterior, los termómetros marcan 44 grados en el primer día de la campaña. La mascarilla promete ser muy incómoda día tras día”, continúa. Los objetivos, al igual que la forma de trabajo, cambiaron en 2021; pero eso no impidió seguir esforzándose en pos de la meta final.