Con el rodaje de Tal vez en su quinta semana, las actrices Tania Santana y Adriana Ugarte se encuentran inmersas en un proceso creativo intenso y emotivo. Ambas interpretan a dos mujeres “que se dejaron la vida en sus pasiones”, Pinito del Oro y Natalia Sosa, en la ópera prima de la directora canaria Arima León, en la que se reimagina el romance entre las dos artistas.
La experiencia está siendo transformadora tanto para Santana como para Ugarte por el nivel de dolor y lucha que caracterizan a la vida de la escritora y la trapecista hasta por el espacio seguro — amabilidad, amistad, buen hacer, etc. — que se ha creado en el rodaje.
“Cada vez que me llaman para rodar en Canarias, soy feliz. Creo que en la Península hay tanto que aprender de cómo se hacen las cosas en la isla. Es la primera vez en mi carrera que me siento tan acunada y protegida en un proyecto”, señala Ugarte, quien interpreta a la legendaria trapecista.
“Un reto total”
En la piel de Pinito del Oro, la actriz — conocida por El tiempo entre costuras, entre otras producciones — ha asumido este papel con una mezcla de entusiasmo y respeto profundo. “Es un reto total”, afirma. Con acceso a una extensa documentación sobre la trapecista, incluidas las cartas que le escribió Natalia Sosa, Ugarte ha construido su personaje no solo desde la técnica, sino desde la compasión.
“Pinito era una mujer con una necesidad vital de ser vista, amada, de no ser olvidada. Se jugaba la vida en cada función para sentirse reconocida, para decirle al mundo: ‘estoy aquí, valgo’”, señala.
En la memoria de su familia
La actriz ha encontrado en Pinito una figura que le conmueve profundamente. “Me hace llorar muchas veces, en casa, en el rodaje... Es una mujer que sufrió muchísimo, y cuando empiezas a preguntarte por qué hizo lo que hizo, te llena de ternura. Me parece una maestra”, añade.
Para Ugarte, interpretar a una persona real, que además forma parte de la memoria de su propia familia —su madre y su abuela la vieron actuar en el circo—, implica una responsabilidad inmensa. “Si ya me debo a los personajes de ficción, a esta mujer mucho más”.
Blanco o negro
Tania Santana, que interpreta a la poetisa canaria Natalia Sosa, describe el proceso como “agotador pero inmensamente enriquecedor”. Desde los ensayos iniciales hasta las primeras semanas de rodaje, Santana ha tenido que enfrentarse a un personaje emocionalmente extremo. “Natalia no conoce el gris, todo en ella es blanco o negro, todo lo vive con una intensidad feroz”, explica.
La actriz — conocida por producciones como Hierro — ya conocía la obra de la escritora antes de asumir el papel, pero profundizar en su historia personal le abrió un universo interior que la ha marcado profundamente.
Lucha interior
“La energía que tengo que sostener en el rodaje es altísima”, confiesa Santana, “porque aunque sé que es ficción, el cuerpo lo vive como si fuera real. Al final, mente y cuerpo se enfrentan, y hay que estar al 100% para conectar de verdad con el personaje”.
Su experiencia ha sido la de una inmersión total en la vida de una mujer que vivió entre la lucha interior y la incomprensión externa, un reflejo también del momento histórico en que vivió.
Complicidad entre ambas
Las dos actrices han desarrollado una complicidad que ha sido clave para la película. “Desde que nos conocimos, conectamos enseguida. Tenemos un humor parecido, nos reímos mucho, y eso ha facilitado muchísimo el trabajo”, expresa Santana.
Esa química, que ya se percibe en el set, es uno de los elementos que más esperan que se traslade a la pantalla.
Un acto de memoria
Ambas actrices coinciden en que Tal vez no solo es una película, sino un acto de memoria. En la piel de la poeta, Santana espera que “esto sirva para que más gente, fuera de Canarias, descubra quién fue Natalia Sosa”.
Tal vez no solo explora un amor oculto: da visibilidad a dos vidas intensas, complejas y valientes, que ahora encuentran por fin su voz en el cine. Y eso para Ugarte está siendo vital, lo que le hace celebrar estar trabajando en "una película que también me gustaría ver” y confía en que el legado de ambas mujeres resuene en quienes la vean.
