Ángel Martín: “Los humoristas no tenemos una responsabilidad social, no somos médicos”

El humorista visitará Gran Canaria y Tenerife este fin de semana con su nuevo espectáculo 'Punto para los locos', un show inspirado en su libro 'Por si las voces vuelven'

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Ángel Martín / EUROPAPRESS
Ángel Martín / EUROPAPRESS

Ángel Martín es uno de los humoristas más conocidos en España. Cada mañana su cuenta de X –antes Twitter– se llena de reacciones con su informativo matinal para ahorrar tiempo y desde que publicó su primer libro –Por si las voces vuelven– se ha convertido en un fenómeno de las librerías. Esta semana llega al Archipiélago con un show donde se ha marcado el objetivo de hacer reír, entretener y ayudar al público con herramientas para controlar voces internas como el miedo o la ansiedad.

El cómico ofrece una entrevista a Atlántico Hoy en la que reflexiona sobre la felicidad, encontrarse a uno mismo o la libertad en redes sociales. "Es importante entender que los procesos son un poco más lentos y no todas las cosas suceden a la velocidad que a ti te gustaría", expresa. 

[Pregunta] ¿Qué se va a encontrar su público aquí en Canarias?

[Respuesta] Se va a encontrar con un monólogo que surge a raíz de haber escrito Por si las voces vuelven, aunque no es imprescindible haber leído el libro ni mucho menos. He intentado utilizar la comedia y las palabras para que la gente salga con la sensación de habérselo pasado muy bien, de haber reído. Y además intentar que vuelvan a casa con un par de herramientas que a lo mejor no recordaban que tenían para enfrentarse a ciertas cosas. 

Sin ánimo de hacer spoiler a los lectores, ¿podría adelantarnos cuál es la clave para que esas voces como la impaciencia o la ansiedad no se adueñen de nosotros?

Imagino que cada uno tendrá sus herramientas dependiendo de cómo sea el problema al que se enfrenta, pero yo creo que es fundamental buscar la coherencia con uno mismo. Es decir, tratar de ser consecuente y actuar por inercia o sin pensar. Debes tener claro cuál es el tipo de vida que estás construyendo, por qué y en quién te quieres convertir.

El camino no debe ser sencillo, habrá que tener mucha fuerza de voluntad. 

No es difícil, se trata de tomar la decisión de ser así. No estamos acostumbrados a tomar una decisión de forma definitiva. Solemos tener un arranque de intención de las cosas y cuando de repente han pasado dos meses sin que haya un gran cambio dejamos de hacerlo porque parece que no va a pasar nada. Es importante entender que los procesos son un poco más lentos y no todas las cosas suceden a la velocidad que a ti te gustaría. 

Ángel Martín / EFE
Ángel Martín / EFE

¿Conclusión?

No es tan difícil una vez se decide de manera real ser consecuente con uno mismo.

Quienes buscan acallar las voces de la impaciencia o la ansiedad lo hacen en el fondo para alcanzar la felicidad. ¿Es fácil conseguirlo en los tiempos que corren?

Sí lo es. Pero tienes que tomar la decisión de forma consciente para empezar a ser coherente contigo mismo. Una de las cosas que suceden es que muchas veces no nos paramos a pensar ni siquiera qué es para nosotros la felicidad. Entonces, si no sabes qué son para ti las cosas es muy difícil que lo consigas porque no sabes en qué dirección debes ir para lograrlo. 

¿Un ejemplo?

Si quieres pintar tu casa, pero no sabes cuál es tu color favorito, va a ser muy difícil que aciertes. Muchas veces lo que necesitamos es parar un segundo y prestar atención a qué es lo que queremos, dónde estamos y qué estamos haciendo. Ese es el primer paso.

Nos cuesta conocernos a nosotros mismos. 

Cada uno tendrá su dificultad. Yo creo que, en general, cuando hablo con la gente lo que me parece que nos cuesta es decidir parar un momento a prestar atención a quién somos ahora mismo. Eso es lo que quizás nos resulte más difícil, ser un poco honestos alrededor de la idea de si estamos yendo en la dirección que queremos ir. 

Ángel Martín / EFE
Ángel Martín / EFE

¿Las nuevas generaciones están rompiendo por fin el falso mito de que ir a terapia es negativo?

La terapia es una herramienta más. Hay gente que la necesita y es fenomenal que pueda acceder a ella, pero hay otra que se recupera sin terapia. Lo que es interesante es que quien quiera ir y pueda acudir tenga la libertad de hacerlo sin sentir ningún tipo de vergüenza o apuro. 

A lo mejor hay personas que son capaces de enfrentarse a ciertas cosas porque ellos mismos pueden resolverlo, aunque también es importante que la gente entienda que sin terapia se pueden resolver muchas cuestiones. A veces parece que la única herramienta es ir a un profesional y eso hace que mucha gente que no se lo puede permitir crea que va a ser imposible solucionar el problema. Y no es así.

¿Usted acudió a terapia?

Poder ir a un profesional si te apetece e intuyes que te va a servir es estupendo. Pero, por ejemplo, en mi caso, no acudí a ninguno. No tuve la suerte de encontrar uno bueno. Estoy totalmente de acuerdo contigo, si crees que a ti te va a ayudar es muy inteligente que lo uses y hay que perder el miedo a mencionarlo. Como con cualquier tema, todo el mundo debería poder ser libre de nombrar cualquier cuestión sin tener la sensación de que lo van a tachar de raro.

En su estilo a la hora de hacer humor juega un papel muy importante la ironía. ¿No es algo atrevido en medio de la cultura de la cancelación que hay en las redes sociales?

Lo que existe es el miedo de cada uno a mencionar ciertas cosas por si le dicen algo. Yo creo que las redes sociales, el problema que tienen, es que prestan atención a quien se molesta, pero no a quien no se molesta. Yo he visto a muchos compañeros que han hecho bromas, y entiendo que haya gente a la que le pueda molestar, pero no dejan de ser una broma. 

Ángel Martín / Europapress
Ángel Martín / Europapress

Hay libertad.

Tú puedes dejar de seguir a cualquier persona que a ti no te interese escuchar su comedia. En las redes sociales nadie te obliga a seguir a personas. Hay que aprender a distinguir entre qué es una broma, la ironía, los contextos, un insulto o una falta de respeto. Creo que es un saco demasiado grande como para simplificarlo. 

¿Alguna vez ha sentido ese miedo que lo ha llevado a callarse algo en redes sociales?

En mi caso no. La gente es libre de decidir a quién quiere seguir y escuchar. Un cómico sabe lo qué está haciendo y conoce el por qué detrás de una broma. Sabe las intenciones. El humorista no puede ser el que se ponga el miedo a lo que pensará alguien que a lo mejor ni siquiera entiende lo que él está haciendo. 

¿Los humoristas tienen una responsabilidad social con su trabajo?

No. Los cómicos no somos médicos ni cirujanos. Los humoristas lo que deben hacer es el tipo de comedia que decidan realizar. Habrá algunos que quieran tener un humor más político, otros más social o de entretenimiento. Hay tantos tipos que cada uno decide si quiere disparar en una dirección u otra. 

En un momento donde están proliferando plataformas como TikTok, ¿es difícil hacer reír con un show que dura una hora?

No, porque la gente cuando va a ver un show de una hora sabe a dónde está yendo. Cada uno se ajusta al lugar en el que ese momento está haciendo comedia. Es como si de repente intentas poner una película en Twitter. 

 

Sus fechas en Canarias

Gran Canaria: estará en el Auditorio Alfredo Kraus este sábado, 2 de marzo, a las 20:00 horas. 

Tenerife: visitará Pirámide de Arona este viernes, 1 de marzo, a las 20:30 horas. Además, el domingo 3 de marzo deleitará a su público en el Paraninfo de la Universidad de La Laguna (ULL) a las 18:00 horas.

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