En Canarias, entre leyendas guanches y crónicas antiguas, hay un nombre femenino que apenas se escucha en las calles, pero que resuena con fuerza en la historia de Lanzarote. Es breve, sonoro y cargado de simbolismo. Hoy lo llevan muy pocas mujeres —solo 84 en todo el archipiélago—, y su significado está envuelto en un pasado lleno de misterio, linaje y resistencia.
Aunque su uso es casi inexistente fuera de las islas, el nombre ha sobrevivido al paso de los siglos gracias a su arraigo cultural y al eco de una historia que merece ser recordada. No se trata de un nombre moderno, ni de una moda reciente, sino de un vestigio del tiempo en que los reinos aborígenes dominaban las islas.
Origen en Lanzarote
El nombre Ico, también registrado con la variante Yco, tiene su origen en Lanzarote. Según las crónicas, Ico fue hija de Zonzamas, el último gran rey indígena de la isla, y de Faina, su esposa. Más tarde se convirtió en esposa de Guanarame y madre de Guadarfía, futuro monarca. Su figura aparece documentada únicamente por Fray Juan de Abreu Galindo, en su obra Historia de la Conquista de las Siete Islas de Canaria, convirtiéndola en un personaje casi legendario.
Sin embargo, la historia de Ico no termina en su linaje real. Según la tradición, su piel blanca y cabello rubio despertaron sospechas entre los suyos, que comenzaron a cuestionar su pertenencia al linaje noble y, con ello, la legitimidad de su hijo como futuro gobernante.
Una prueba de fuego
Para disipar las dudas sobre su origen, se organizó una inquietante ceremonia conocida como la prueba del humo. Ico fue encerrada en una cueva junto a tres mujeres que no pertenecían a la nobleza. El ritual consistía en llenar el espacio con un humo espeso y constante. Si Ico no era noble, moriría como las demás; si sobrevivía, quedaría demostrado su linaje.
Gracias al consejo de una anciana, Ico utilizó una esponja mojada colocada en la boca para resistir el humo. Al cabo del tiempo, fue la única que salió con vida, confirmando su nobleza y allanando el camino para que su hijo Guadarfía accediera al trono.
Significado: “La trasquilada”
Más allá de la leyenda, el significado de este nombre ha despertado el interés de lingüistas y estudiosos. El historiador y filólogo Juan Álvarez Delgado relaciona el antropónimo Ico con la expresión tuareg ach-ben-ico, que se traduce como "la trasquilada". Esta interpretación añade un nuevo matiz simbólico: una mujer marcada, diferenciada, pero también resistente y auténtica.
Pese a su historia poderosa, el nombre Ico no es común hoy en día. Según datos del Instituto Nacional de Estadística, solo 84 mujeres en Canarias lo llevan actualmente, con una edad media de 17,8 años, lo que demuestra un tímido resurgir entre las nuevas generaciones.
Una joya cultural canaria
Ico es más que un nombre: es un testimonio vivo de la historia de Lanzarote, un símbolo de valentía y una huella cultural que permanece latente entre los canarios. Su escaso uso lo convierte en un nombre único y exclusivo, vinculado a una identidad insular que aún lucha por mantener sus raíces.
Quien elige hoy este nombre para una hija no solo apuesta por la belleza sonora o la originalidad, sino que reconecta con una herencia ancestral, una historia de fuerza femenina, sabiduría y resistencia.