Todo estaba previsto para una noche inolvidable en Las Palmas de Gran Canaria, pero lo que no esperaba el cantante Beret era vivir momentos de incertidumbre justo antes de salir al escenario. El artista, que se hospedaba en el hotel Santa Catalina, denunció a través de sus redes sociales que no había ningún vehículo esperándolo, a pesar de que su concierto estaba programado para las 22:15 horas del 14 de junio y ya eran más de las 21:30.
“No encontramos el transfer. Estamos perdidos y sin transfer”, comentaba en sus historias de Instagram. Según relató, hubo un fallo de comunicación que lo dejó sin transporte a escasos minutos del espectáculo, generando tensión cuando cada segundo contaba.
“Esto está fatal hecho”
Ante la falta de soluciones por parte de la organización, Beret decidió buscar una alternativa por su cuenta y se subió a un taxi. “Soy Beret, me han dicho que no sabían nada, ¿qué hago?”, se le escucha decir. “Esto está fatal hecho, eh?”, añadía, molesto. También comentaba, con tono resignado: “En 12 años de gira, que me manden un taxi y el pobre no sepa ni dónde tiene que ir…”.
Conversación con el taxista
Lo que comenzó como una situación incómoda, terminó convirtiéndose en una escena entrañable. Durante el trayecto, el taxista confesó que no reconocía al pasajero, aunque finalmente admitió: “Te he oído mucho”. Ambos acabaron hablando de temas más ligeros, como el típico bocadillo serranito sevillano, y el conductor despidió al artista con un simpático “Beret, mucha mierda” antes de dejarlo en su destino.
A pesar del contratiempo, Beret logró llegar a tiempo y ofrecer su concierto previsto en la Plaza de la Música, en el barrio de Guanarteme, como parte de las Fiestas Fundacionales de la ciudad. Con un directo cargado de emoción, letras sinceras y melodías que fusionan pop urbano, reggae y rap melódico, el artista sevillano —conocido por temas como Lo siento o Me llama— se reencontró con su público en una noche marcada por la energía, la conexión emocional y la fuerza de sus canciones en vivo.