El 11 de octubre de 1905 Alonso Quesada cogió papel y estilográfica y escribió una carta. Tenía18 años y, como el resto de su familia, había seguido a su padre —militar— hasta Alcoy. El documento manuscrito —inédito, hallado en Las Palmas de Gran Canaria y guardado a buen recaudo— aporta una visión completamente nueva del joven Rafael Romero Quesada antes de adoptar el seudónimo que lo convertiría en referente de la literatura canaria. La misiva revela dudas, sueños, la magua del isleño que está lejos de su tierra... El descubrimiento, con todo su valor, se produce justo cuando se cumplen 120 años de su escritura, en el mismo año en que el Gobierno de Canarias ha decidido homenajearlo como autor del Día de las Letras Canarias 2025.
La carta, dirigida a un amigo grancanario, está escrita desde un lugar de aislamiento para Alonso Quesada, en una ciudad que le parece “muy bonita y alegre, es verdad, pero para mí, triste, que no tengo amigos”. Lo más sorprendente del texto es la revelación de un sueño desconocido: ser militar como su padre. En sus propias palabras apunta que “pienso estudiar y aplicar duro, para ver si consigo lo que me propongo y quién sabe si a la vuelta de los años me verá Vd. con el sable atravesado”.
Vulnerable, soñador y decidido
Esta frase no solo aporta una imagen insólita del escritor como joven aspirante a cadete, sino que rompe con la visión tradicional de Quesada como un autor introspectivo alejado de la vocación castrense.
También deja entrever su sentido del deber y su deseo de ayudar económicamente a su familia. “El tener una buena posición aunque sea modesta, unos cuentos duros para mantener a mi madre, eso me importará más que ser un militar", explica al destinatario.
Dirección reveladora
En la misma misiva, Quesada expresa también su interés por publicar. “Si tengo tiempo, bien por la noche o en otro momento cualquiera, le mandaré un articulito que no dudo me publiquen en algún periódico", detalla.
Este es uno de los primeros registros de su voluntad de convertirse en escritor y periodista. Pero además, hay un detalle logístico que aporta nueva información histórica: pide a su amigo que le envíe los periódicos a nombre de su padre, comandante del Regimiento de Vizcaya nº 51, indicando que “así no tengo que pagarle nada al cartero". Con esta frase, se confirma que no vivía dentro del cuartel con su padre, como se había supuesto, sino fuera.

Documento íntimo
La carta contiene también un comentario costumbrista sobre Alcoy. “Aquí, en este pueblo, hace un frío horroroso. Nieva, y eso es muy antipático para un isleño como uno", advierte a su interlocutor.
El tono íntimo y espontáneo de la carta aporta un valor añadido a este documento, no solo como testimonio literario, sino como retrato humano de un joven canario en tierra ajena, en busca de su lugar en el mundo.
Un hallazgo que reabre la historia de Quesada
Este hallazgo, hasta ahora desconocido, llega en un momento clave: Canarias celebra este 2025 el legado literario de Alonso Quesada. Pero esta carta invita a mirar más allá del escritor consolidado y reconstruir al muchacho que, con 18 años, probablemente dudaba entre la espada y la pluma, la carrera militar y el periodismo, la tristeza del aislamiento y la belleza de la palabra.
La voz de Quesada, tantos años después, vuelve a hablar desde Alcoy.