El espacio culinario ha experimentado una serie de transformaciones, entre ellas la de la incorporación en la sala del maitre Roberto Castro (llegado del MB de Berasategui, dos estrellas Michelín) y una cocina de empaque, la del jefe de cocina Filiberto: solo las lentejas pardinas con foie y vinagre dicen mucho de la buena mano, patente en maravillas cárnicas maduradas como lomo alto de vaca vieja gallega a la brasa o la chuleta del animal, además del costillar o el secreto ibérico.
Encuadre de la sala | FB
Concepto de sencillez (ahí está el gazpacho de sandía con mejillón en escabeche de la foto) armada con sabor genuino y sin enrevesamientos.