Chema de la Peña regresa a la ficción con Días de agosto, un largometraje rodado en Gran Canaria que pone el foco en los vínculos familiares y las emociones que nunca se expresan. Bajo su dirección se encuentran Pau Simon y Berta Galo, dos jóvenes actores que han asumido el reto de interpretar a dos de los protagonistas, junto a figuras como Roberto Álamo y Maggie Civantos. 

El director y los intérpretes reflexionan sobre el reto de dar profundidad a personajes complejos, lo que significa crecer como actor en el entorno actual y cómo está siendo la experiencia de rodar fuera de casa.

Aprendizaje generacional

[Pregunta] ¿Cómo está siendo trabajar con actores consolidados como Maggie Civantos y Roberto Álamo?

[Respuesta] Pau Simon: Está siendo como una masterclass. Tanto Maggie como Roberto, y también Pilar Castro, tienen muchísimos años de experiencia, y cada uno trabaja de forma distinta. Entonces, cada día de rodaje es como: 'Ostras, ¿cómo va a resolver esto Robert?', o '¿cómo lo afronta Maggie?' Estoy empapándome de todo. Y lo hablo mucho con Berta: este rodaje, en todos los sentidos, está siendo un aprendizaje. Roberto, por ejemplo, interpreta a mi padre en la ficción, pero a veces también se pone en un rol de padre actoral conmigo, me da consejos, me dice: ‘Prueba esto, prueba lo otro’. Es increíble, sinceramente.”

Berta Galo: Sí, recojo lo que dice Pau. En esta profesión, como más aprendes es trabajando. En cada rodaje te empapas de otros actores, métodos, directores... Estoy viviendo todo el proyecto con muchísima ilusión y estoy aprendiendo muchísimo. Rodar de forma inmersiva, dormir cerca del equipo, compartir casi 24 horas… aprendes a nivel profesional y también personal. Muy feliz.

Chema de la Peña, ¿te sorprendió el nivel de las nuevas generaciones en el proceso de casting?

De la Peña: Con todo el boom de las plataformas y las series adolescentes tipo ‘Élite’, hay una generación enorme de actores jóvenes que trabajan mucho, con millones de seguidores en Instagram, pero también hay poca profundidad interpretativa. No por culpa suya, sino porque muchas de esas ficciones son bastante superficiales. Yo buscaba a alguien que entendiera y pudiera interpretar la profundidad que requieren estos personajes. Así que hice un proceso muy afinado: entrevistas personales, varias pruebas... No buscaba algo estándar. Y Pau y Berta lo están haciendo muy bien. 

Personajes con trasfondo

¿Conectan de manera personal con sus personajes?

Simon: Hay muchas cosas con las que no me siento identificado con Juan. Pero creo que lo más importante de este personaje es su relación con su padre. Es un tema que muchas veces no se habla, el de la falta de comunicación padre-hijo. No es mi caso personal, pero sí hay matices que puedes agarrar. Otra cosa que me apasiona de él es su dificultad para aceptar que está creciendo y ya no es un niño, algo que todos hemos vivido. Y luego está cómo gestiona Juan el amor: con su padre, su madre, su novia… en muchas cosas no me parezco, pero precisamente por eso ha sido interesante meterme ahí. 

Galo: Creo que me parezco bastante a Gaby. Las dos somos racionales, optimistas, maduras… y con nuestras parejas, a veces, nos posicionamos desde el cuidado. Soy muy madre con mis amigas, con mis hermanos… y Gaby también cuida mucho de Juan, tira por los dos. Pero también llega ese punto, tanto para mí como para Gaby  —y es la evolución del personaje— en el que nos decimos: ‘Vale, está muy bien querer, pero tengo que priorizarme.

¿Cómo es trabajar con Chema como director?

Galo: Chema tiene clarísimo lo que quiere, y eso se agradece. Sabe cómo dirigir actores y es muy transparente. Le miro la cara y ya sé si está funcionando o no, no nos puede engañar. Además se nota que tiene mucha experiencia, que conoce el guion y los personajes mejor que nadie. Es un director fácil, divertido, agradable y muy bueno. 

Simon: Me daba un poco de miedo porque no lo conocía, y no sabía si me daría carta blanca o me acompañaría. Pero es un director de actores, sin duda. En los ensayos trabajamos mucho los personajes, para llegar al rodaje más sueltos. Y durante las tomas, está muy pendiente: te pregunta por qué has hecho algo, si encaja, si no… eso te obliga a pensar, y también a confiar en él. Porque a veces tú piensas: ‘Juan no haría esto’, pero Chema tiene una visión más global. Y como persona, es muy tierno y cercano, siempre abierto a escuchar, y transmite calma y confianza. En un rodaje con tanta intensidad es primordial sentirse en un sitio protegido y con él me siento así.

Rodar en Canarias

De la Peña, después de tus últimos trabajos documentales, ¿cómo ha sido esta vuelta al largometraje de ficción?

De la Peña: Siempre he combinado ambas cosas. Los proyectos de ficción se dilatan mucho: desde que tienes el guion hasta que encuentras producción, pueden pasar años. Por eso recurro al documental, que es como un área más artesanal. Soy yo solo, en la sala de montaje, trabajando con imágenes de archivo. Y aunque me encanta porque también puedo expresar mi capacidad artística, si soy sincero, disfruto más de la ficción.

¿Cómo está siendo la experiencia de rodar en Canarias?

Simon: Estoy encantado. Primero por el clima: hace calor, pero no es como en Madrid. Es muy llevadero. Y después por la gente: hay mucho equipo local y estoy aprendiendo expresiones, como ‘el conejo me enriscó la perra’, comida típica… Me explican cosas como qué es la ‘panza de burro’. Siempre es un placer rodar fuera y empaparte de lo que se vive en otros lugares.

Galo: Yo lo proyecté. Todos mis compañeros de profesión están rodando mucho aquí y se lo dije a mi madre: ‘Quiero hacer una peli en Canarias’. Cuando me llegó esto, fue como cumplir un deseo. Tenía muchas ganas de venir a las islas, y la experiencia está siendo exactamente lo que esperaba.