Crónica y palmarés de los Oscars 2023: Cambiarlo todo para que todo siga igual... en todas partes

La película de Daniel Kwan y Daniel Scheinert es la gran vencedora de la noche al hacerse con 7 galardones | 'Sin novedad en el frente' le va a la zaga con cuatro merecidos premios y Brendan Fraser vuelve a primera línea por la puerta grande

Jaime Pérez

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Daniel Kwan & Daniel Scheinert reciben el Oscar al mejor guion por Todo a la vez en todas partes./ EFE/EPA/Etienne Laurent
Daniel Kwan & Daniel Scheinert reciben el Oscar al mejor guion por Todo a la vez en todas partes./ EFE/EPA/Etienne Laurent

Nada le venía mejor a la Academia de Cine de Hollywood que una gala previsible hasta el cliché después de lo de Will Smith el año pasado. Los experimentos con gaseosa y por ello volvió Jimmy Kimmel a presentar unos premios cuyos vencedores se venían anunciando desde el inicio mismo de la temporada.

Como siempre hay que dejar un cierto elemento de intriga quisieron hacernos creer que Austin Butler era the-next-best-thing para igualar las cosas con Brendan Fraser y que la pelea iba a ser encarnizada entre dos actrices con historia como Angela Basset y Jamie Lee Curtis, pero el pescado ya estaba vendido. Que Fraser iba a ganar el Oscar lo sabía hasta el gambler más despistado y el supuesto efecto sorpresa de Curtis reconozcamos que no lo es tanto viniendo de donde viene.

Además, un superficial análisis de la evolución de los premios en los últimos años lo dejaban claro: no hay dos sin tres. Dejamos el trienio mexicano -Cuarón, Iñárritu y Del Toro-, para pasar al trienio asiático -Zhao, Bong Joon-ho y ahora Kwan, la mitad de los Daniels-. Una apertura a distintas escuelas cinematográficas, siempre dentro del star system, que en el fondo no hace más que reflejar la idea gatopardiana de cambiarlo todo para que todo siga igual.

Una elección poco arriesgada

A priori uno pensaría que la victoria de Todo a la vez en todas partes es disruptiva y revitalizadora, pero nada más allá de la realidad. La historia que cuenta la conocemos, y llevamos suficientes películas de Marvel para estar perfectamente familiarizados con el multiverso. La genialidad de los Daniels está en adaptar toda esa nueva iconografía del siglo XXI a la historia de una familia asiática de clase obrera cuya madre insatisfecha no puede aceptar que su hija sea lesbiana. Bingo.

Puestos a elegir si hubiese sido un soplo de aire fresco premiar otra película de la pareja de directores, Swiss Army Man, más atrevida pero con una puesta en escena mucho más sobria en comparación con la vencedora de esta madrugada del lunes. Fueron siete las estatuillas que se lleva la cinta a casa y se erige así como la gran triunfadora.

Por detrás hizo un muy digno papel con cuatro premios la producción alemana de Netlix, Sin novedad en el frente, todo un peliculón con una subyugante banda sonora, también galardonada. Con dos premios (los esperados, cómo no) se quedó La ballena, de Darren Aronofsky, para luego empezar a repartir galardones técnicos a las secuelas que tocaron este año: Avatar, Black Panther, Top Gun.

De vacío se fueron Almas en pena en Inisherin, Tár y El triángulo de la tristeza. Puede que todas ellas sean mejores películas que Todo a la vez en todas partes, pero esta última sí será recordada, no como el fiasco del año pasado con CODA, un auténtico despropósito.

Mención aparte para Spielberg y Los Fabelman. Cero inapelables premios por una de sus películas curiosamente menos emotivas. La conexión con la historia no ha funcionado en este caso y pese a que sí se deja entrever el cariño que hay puesto en cada fotograma, en esta ocasión lo que cuenta Spielberg solo le interesa a Spielberg, y eso es lo peor que se puede decir de una película. No obstante, su virtuosismo, el nivel actual y la actual lista de diez nominadas a mejor película le tendrán siempre en la terna de candidatos.

La vuelta de Brendan

Gusta tanto un comeback en Hollywood que empieza a parecer una categoría en sí misma (el 'personaje favorito que reaparece'), como la que hurtaban a ese personaje querido por todos, Joey Tribbiani, en Friends. No es una comparación casual porque aquel personaje guarda importantes similitudes con Brendan Fraser, un actor que siempre cayó bien, que descendió a los infiernos de Hollywood más olvidadizo y ha vuelto por la puerta grande, rescatado para la causa por Aronofsky, un experto en orquestar regresos -recuerden a Mickey Rourke en El luchador-.

En La ballena Fraser ejecuta una sobresaliente interpretación en un medio tremendamente hostil, que le obligaba a estar sentado durante la práctica totalidad del metraje y por ello concentrando todas sus dotes de actuación en la expresión de su rostro, siempre acertado al transmitir cada emoción. Un papel de los que hacen época y que deja en el renacido actor una oportunidad única para reengancharse al estrellato.

Es conocida la anécdota sobre Elvis presentándose a un concurso de imitadores de Elvis y quedando segundo. Sirva esto para ejemplificar que son tantos los ejemplos de mimetismo con un personaje tan icónico como el chico de Tupelo que lo que hace Austin Butler en Elvis, siendo extraordinario, no deje de ser una muesca más en un bastón muy manido.

Con todo, la mejor interpretación del año la ejecuta otro renacido, pero menos, porque nunca ha dejado de estar ahí. Colin Farrell da en Almas en pena en Inisherin una lección en la composición del personaje que va más allá del cerrado acento irlandés que utiliza. No ha sido este su año, pero como sucedió el año pasado con Benedict Cumberbatch con El poder del perro, será este un papel de los que marcan carreras.

¡Oh Yeoh!

Al leer el guion de Todo a la vez en todas partes Michelle Yeoh habrá dado palmas con las orejas. Un personaje que una mujer asiática de 60 años en Hollywood rara vez podría soñar. Sin embargo ahí está, con la tremenda exigencia de un libreto que la zarandea a través de un abanico de emociones que Yeoh transmite con poderosa veracidad. Que la industria del cine haya mutado hacia decisiones como esta,  premiar otro tipo de interpretaciones es francamente relevante, porque a nadie se le escapa que hace 30 años no habría sido ni tan siquiera nominada al Globo de Oro de Comedia. The times they are A-changing.

Hablar de Cate Blanchett a estas alturas tiene poco de imaginativo. Decía el crítico Roger Ebert que él tenía una regla, la llamada Stanton-Walsh, según la cual toda película en la que apareciese Harry Dean Stanton o M. Emmet Walsh no podía ser una mala película. Algo así se podría decir de Blanchett, quien hace buena cada historia. Con Tár más si cabe, ya que la actriz aparece en cada escena de una película de dos horas y media. Mucho tiempo para darnos cuenta de que probablemente no haya una actriz mejor en la actualidad. Sobria siempre, sobreactuada cuando debe, perfecta casi todo el rato.

De Ana de Armas y su recreación de Marilyn podría decirse lo mismo que de Austin Butler. Un trabajo estupendo de copia y pega, pero no a la altura de un personaje que es más que un símbolo para generaciones. Andrea Riseborough raya a gran altura en su papel de madre alcohólica, el típico caramelito para cualquier actriz, así como el papel de la madre de Spielberg que Michelle Williams traza con su habitual buen hacer, pero sin llegar a la altura de otros roles como el de Blue Valentine o Brokeback Mountain. Incluso en Mi semana con Marilyn donde traía de vuelta a la tentación rubia de manera más convincente que Ana de Armas.

El premio menos sorprendente

El ganador de la categoria Ke Huy Quan crea en Todo a la vez en todas partes un personaje maravilloso, entrañable y emotivo, y como sucede con su partenaire Michelle Yeoh, el abanico en el que se mueve es tan amplio que permite desplegar todas las habilidades actorales del intérprete. Él también vuelve a primera linea tras sus icónicos roles en las ochenteras Los Goonies e Indiana Jones.

Sin desmerecer su victoria, cuesta olvidar la actuación de Barry Keoghan en Almas en pena en Inisherin. Hay una escena junto a Kerry Condon en el lago que bien vale una temporada de premios. No se puede decir que eclipse a Brendan Gleeson, su compañero de reparto, quien consigue una interpretación redonda con el papel menos agradecido de todos los de la película.

El triunfo de Jamie Lee Curtis

En una de las categorías más competidas de la noche el músculo de una de las familias históricas de la industria pesó demasiado. Jamie Lee Curtis triunfó donde sus padres Tony Curtis y Janet Leigh no lo consiguieron y se llevó el premio de actriz de reparto. Un buen papel pero lejos de la excelencia.

Atrás quedaron interpretaciones más poderosas como la de Kerry Condon y Hong Chau. Incluso su compañera en la pantalla Stephanie Hsu ofrece una interpretación más acorde con este tipo de galardones, pero, como siempre dicen, el Oscar también hay que querer ganarlo, y con el premio a Curtis se premia toda una carrera. Hubiera sido el mismo caso si hubiese ganado Angela Basset, quien dejó una de esas reacciones que quedaran para la historia de la gala. Quedó muy patente su malestar por no haber ganado, quizás en su última oportunidad. No repetía desde su poderosa interpretación de Tina Turnes hace tres décadas.

Los guiones

La categoría de guion original es el mejor termómetro de estos premios para tomar el pulso de las propuestas más estimulantes y creativas. En esta ocasión era lógico pensar que la propuesta de los Daniels, Todo a la vez en todas partes, tenía todos los visos para alzarse con el reconocimiento y se cumplió esa premisa. Un galardón más que adecuado para unos creadores que ya demostraron en la extraordinariamente rara Swiss Army Man que de sus mentes pueden salir algunas de las grandes historias de los años que están por venir.

En el caso del libreto adaptado Sarah Polley se hizo con justicia con el premio por Ellas hablan, una película estimulante que su escritora y directora saca del espacio-tiempo, de la realidad imaginada por la escritora del manuscrito original, Miriam Towes, para conformar una historia que parte de lo individual para influir en el colectivo. Necesaria y hábilmente narrada, solo la adaptación de Sin novedad en el frente podía haberle birlado el galardón sin sonrojarse por la injusticia.

La gala

Los productores de la ceremonia volvieron a la ortodoxia para la conducción del evento y nadie en Hollywood representa más esa idea que Jimmy Kimmel, un presentador correcto, poco amigo de meterse en líos innecesarios. Solventó su monólogo inicial sin enfadar a nadie más que a Damien Chazelle y los productores de Babylon a costa del flop que ha supuesto en taquilla y a James Cameron, pero siempre de buen rollo.

Obviar el puñetazo de Will Smith a Chris Rock en la gala del año pasado no era una opción, pero Kimmel lo hizo hasta gracioso, bromeando sobre los guardaespaldas que habría que sortear para pegarle a él e ironizando sobre el hecho de que pegar a alguien en directo te permite ganar el Oscar.

También mandó un mensaje de los organizadores a los académicos: os escuchamos. Fueron muchas las críticas por entregar varias categorías en diferido, como la de los cortometrajes, y en esta ocasión había que dejar claro que volvían porque se habían dado cuenta del error. Muy bien hecho.

Tercer Oscar para Guillermo del Toro

El primer premio de la noche tuvo acento latino gracias a la impresionante versión de Pinocho de Guillermo del Toro, que ganó así la tercera estatuilla de su carrera, anotándose del hito de ser la primera persona en ganar como mejor director, película y película de animación. Su cine de emociones, siempre preciosista pese a la crudeza de las historias que le gusta contar, hace pensar que no será el último.

Después llegaron los interpretes de reparto y la emoción se desató, con una Jamie Lee Curtis sobreactuada para la ocasión y Ke Huy Quan ofreciendo un discurso mainstream sobre el sueño americano y el Hollywood más idealizado. El guion perfecto para cualquier publicista.

Con la protagonista de Halloween se terminaron las sorpresas, con premios cantados como el del maquillaje para La ballena o el de fotografía para Sin novedad en el frente. Bien podría haberle competido el Oscar la fantástica creación de Luc Montpellier para Ellas hablan de Sarah Polley, que no estaba nominada. Tampoco lo estaba Top Gun: Maverick, a priori una apuesta segura antes de que se anunciaran los candidatos.

Poca intriga

Poco más. Los cortometrajes ganadores fueron los esperados, igual que los premios técnicos (poco que rebatir, por otra parte). Las canciones amenizaron como debían y esta nueva tendencia de traer un artista de renombre, en esta ocasión Lenny Kravitz, para ambientar el In memoriam es un recurso muy válido que le da valor añadido a un momento que históricamente ha tendido al anticlímax.

Según progresaba la gala los Daniels empezaron a temer por la estatuilla de mejor película, porque llegado el ecuador Sin novedad en el frente llevaba ya cuatro premios, pero no había nada que temer. El que coronó la banda sonora de la cinta bélica fue más allá de lo merecido, una vuelta de tuerca en la ambientación de este género que sobrecoge y sumerge al espectador en las trincheras de la Primera Guerra Mundial.

Pero no, el premio a mejor guion original devolvió la tranquilidad a las filas de Todo a la vez en todas partes y a partir de ahí fue todo rodado. Antes del mayor reconocimiento de la noche el Oscar a Michelle Yeoh hizo historia en una doble vertiente. Se convirtió en la primera asiática en ganar el premio a mejor actriz y de paso puso a su película en los anales por ser una de solo tres películas que se han llevado tres Oscars de interpretación. Las otras dos fueron Un tranvía llamado deseo y Network (Un mundo implacable). Ahí es nada.

Palmarés

Mejor Película: Todo a la vez en todas partes
Mejor Dirección: Daniel Kwan & Daniel Scheinert, por Todo a la vez en todas partes
Mejor Actriz: Michelle Yeoh, por Todo a la vez en todas partes
Mejor Actor: Brendan Fraser, por La ballena
Mejor Actriz de Reparto: Ke Huy Quan, por Todo a la vez en todas partes
Mejor Actor de Reparto: Jamie Lee-Curtis, por Todo a la vez en todas partes
Mejor Guion Original: Daniel Kwan & Daniel Scheinert, por Todo a la vez en todas partes
Mejor Guion Adaptado: Sarah Polley, por Ellas hablan
Mejor Película Internacional: Sin novedad en el frente
Mejor Película de Animación: Pinocho, de Guillermo del Toro
Mejor Fotografía: Sin novedad en el frente
Mejor Montaje: Todo a la vez en todas partes
Mejor Banda Sonora Original: Sin novedad en el frente
Mejor Canción Original: Naatu, Naatu, de RRR
Mejor Diseño de Producción: Sin novedad en el frente
Mejor Maquillaje y Peluquería: La ballena
Mejor Sonido: Top Gun: Maverick
Mejor Diseño de Vestuario: Black Panther: Wakanda Forever
Mejores Efectos Visuales: Avatar: El sentido del agua
Mejor Documental: Navalny
Mejor Cortometraje Documental: Nuestro bebé elefante
Mejor Cortometraje Animado: El niño, el topo, el zorro y el caballo
Mejor Cortometraje de Acción en Vivo: An Irish Goodbye