Alcaldes de fiestas. / UNSPLASH
Alcaldes de fiestas. / UNSPLASH

Leo Harlem, cómico, sobre el pueblo más fiestero de Canarias: "Qué bonitas, esto hay que vivirlo"

La implicación vecinal, la organización detallada y el respeto por las tradiciones convierten cada celebración en un acontecimiento especial

luna moya

En Canarias, el espíritu festivo se respira en cada rincón del archipiélago. Desde bailes populares hasta romerías y fuegos artificiales, la cultura de la celebración forma parte de la identidad insular. Pero entre todos los municipios, hay uno que destaca por encima del resto. Un lugar donde las fiestas no son la excepción, sino la norma.

Este municipio tinerfeño ha sido incluso protagonista de un monólogo del cómico Leo Harlem, quien lo citó como el ejemplo más extremo de la pasión española por las celebraciones. En su espectáculo “Celebraciones”, parte de la colección Leo Talks, el humorista se rinde ante el entusiasmo de sus vecinos por las fiestas: “Qué bonitas son, esto hay que vivirlo”, afirmó, aludiendo al pueblo más fiestero del país.

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Festejar es rutina

Con más de 36.000 habitantes, esta localidad del norte de Tenerife se ha ganado su fama por una estadística que habla por sí sola: celebran más de 80 festividades al año. Esto se traduce, literalmente, en una fiesta cada cuatro o cinco días. En otras palabras, en este pueblo casi no hay semana sin una conmemoración que llene las calles de música, fuegos y trajes típicos.

Nos referimos a Los Realejos, una localidad que ha hecho del calendario festivo un arte. Aquí no hay estación del año sin motivos para brindar, bailar o reunirse. Su programación anual incluye desde grandes celebraciones religiosas hasta fiestas populares profundamente arraigadas en la tradición local.

Devoción y tradición

Entre las muchas festividades que recoge el propio Ayuntamiento destacan nombres como Fiestas de la Cruz, San Isidro, Corpus Christi, San Vicente Mártir, Semana Santa, San Antonio de Padua, Nuestra Señora de Los Remedios o la famosa Víspera de San Juan, donde el cielo se ilumina con espectaculares fuegos artificiales.

También tienen cabida celebraciones más íntimas o vinculadas a zonas concretas del municipio, como la Cruz del Castaño, Nuestra Señora del Buen Viaje, San Cayetano o la Romería Chica. En cada una de ellas se mezclan elementos religiosos, folclóricos y culturales que mantienen viva la identidad de este pueblo año tras año.

El epicentro del jolgorio

Lejos de agotarse, la energía festiva de Los Realejos parece multiplicarse con cada nueva edición. No es solo una cuestión de cantidad, sino de entrega. La implicación vecinal, la organización detallada y el respeto por las tradiciones convierten cada celebración en un acontecimiento especial.

Por todo ello, no es de extrañar que haya sido elegido como el municipio más fiestero de España. Aquí, la fiesta no es solo una cita en el calendario: es un modo de vida.