Cualquiera de nosotros, en alguna ocasión o en muchas, hemos acudido de senderistas (“pateadores”) por esas cumbres de Anaga. Caminar por enclaves de ese macizo, del farallón espectacular de biodiversidad que es este corazón latente de nuestra identidad, nos hace afortunados a los isleños y visitantes con una maravilla natural, en algunos puntos realmente sobrecogedora.Está esa caminata saludable y recreativa, pero cuando nos percatamos cambiamos de “chip”: el sector primario en esta zona del municipio de Santa Cruz nos hace cambiar la visión de un prodigio paisajísitico y de riqueza agrícola.
Uno de los espectaculares sembrados de ñames de Miguel | Francisco Belín
Miguel Rodríguez (con el apodo cariñoso de “El del Ñame, como lo conocen los vecinos) es uno de esos titanes que mantienen sembrados en ese corazón de Anaga, particularmente en parte de El Batán. Cultiva desde hace años esta maravilla de tubérculo que tiene apariencia de producto del Jurásico y es que, además, lo prepara los días 21 de diciembre en vísperas de la Lotería de Navidad. Una liturgia que desempeña desde que abarca la memoria.
Precisamente cogemos a Miguel en plena faena limpiando el ñame para un nuevo sembrado en esa cordillera de Anaga, en terruño batanero, limpiándolo para poder plantar en estos días. De sitios prácticamente inhóspitos brotan esas matas de apariencia majestuosa, de vigor increíble. “Ciertamente, algunos sitios son malos de entrar, con mucha maleza y cuesta mucho trabajo mantenerlo”.Nos quedamos saboreando esa estampa… y los ñames, cuando toque en Navidad.