La primera muestra individual del artista Ubay Murillo llega a Las Palmas de Gran Canaria

La exposición 'Your body is my body' se podrá visitar en la Fundación Canaria para el Desarrollo de la Pintura

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Tres de las obras del artista canario Ubay Murillo / FCDP
Tres de las obras del artista canario Ubay Murillo / FCDP

La Fundación Canaria para el Desarrollo de la Pintura (FCDP) presenta la exposición Your body is my body, la primera muestra individual del artista Ubay Murillo, (Tenerife,1978), en la provincia de Las Palmas. La obra del artista es un recorrido por sus prácticas artísticas y muestra su relación con la pintura, entendida tanto como representación, pero también como objeto. En la sala se presenta, además, una instalación de pintura expandida en la que elementos arquitectónicos como el suelo y las paredes son intervenidos.

Al entrar en la FCDP, el espectador ve una serie de trabajos en los que la abstracción juega un papel esencial a la hora de configurar los elementos en el espacio. Ubay utiliza la disposición de los elementos para llamar la atención sobre las concomitancias entre el display comercial, o sea, el escaparate, y el display artístico. Pese al aire de vanguardia que se intuye en gran parte de las obras, no se trata de referenciar estos movimientos; más bien, de entender el modo en el que se han digerido como estilos y han ocupado una posición en nuestro imaginario. El artista investiga cómo las vanguardias pasaron, de una pretendida fusión del arte y la vida, a una escuela que mutó, con el tiempo, desde la producción de masas a la exclusividad y a un refinado consumo.

¿Víctimas o cómplices?

El lenguaje artístico de la vanguardia fue asumido por los magazines de moda de la época inmediatamente posterior. Un lenguaje radical traducido a un lenguaje de consumo. Los cuerpos que llevaron esa moda serían, también, objeto de un desmembramiento brutal tanto en el campo de las artes como en los campos de batalla.

¿Fueron los artistas de vanguardia víctimas o cómplices de ese descalabro corporal que sacudió y atravesó la primera mitad del s. XX? Es una pregunta que no permite una respuesta unívoca. Sus aciertos formales —esa gramática textual y visual que inauguran los artistas de vanguardia no es pura forma, sino un modo de ver y pensar— fueron asumidos por un sistema que llevó las imágenes de vanguardia al imaginario colectivo a costa de anular su potencial subversivo o emancipador.

El sonido de la guillotina

Si la palabra chic se aplica muchas veces para describir la esfera de la moda, resulta interesante saber que chic fue, en origen, una onomatopeya: durante la Revolución Francesa fue el sonido que hacía el corte de la guillotina, en su recorrido final. Si ese sonido y la visualización de la pena capital fueron considerados lo más moderno, elegante y distinguido del momento, lo que entendemos como chic ahora, podemos pensar que el inicio de la Revolución Francesa —acto fundador de una era— también hacía visible un reflejo anticipado del porvenir.

Funesto presagio que ha llegado hasta este tiempo en una suerte de cuerpos fantasmales, descoyuntados y fragmentados por el retoque digital y las sucesivas crisis de este nuevo siglo que constituyen nuestro presente y que ya hicieron visibles los artistas de principios del s. XX.

Futuro de tonos grises

La primera crisis crediticia del s. XXI ha hecho que el cuerpo físico y el cuerpo social hayan sido vapuleados y sometidos a un desmembramiento que, en cierto modo, recuerda al que vieron los artistas hace cien años y al que hemos asistido casi paralizados. Las imágenes que vemos en los medios de masas y en las revistas de tendencias poseen tantos referentes y elementos de esa época que debemos plantearnos si estas imágenes que vemos en la FCDP son memoria de ambos momentos —de un pasado y, sobre todo, de un presente— y, además, como un oráculo, plantean un confuso futuro de tonos grises.

El artista genera un espacio para la muestra en la FCDP en las que, como en la instalación de El Tanque (Gobierno de Canarias 2018) o TEA (Museo de las Artes 2021) las obras están en su mayoría sostenidas por otras estructuras acentuando su carácter de objeto y contraponiéndolo al de representación.

Rosa Barroco y Rococó

Su trabajo se caracteriza por esta tensión entre el objeto y la representación (así como entre la figura y el fondo si hablamos de la pintura). Esta tensión también se puede leer como un modo de problematizar la relación entre el Sujeto y la Historia.

Su paleta para la muestra está contenida, un rosa de fondo (que el artista relaciona con el Barroco y el Rococó) vibra en estas piezas que parecen estar hechas en blanco y negro pero cuyos grises muestran las tonalidades azules de los pigmentos que utiliza y nos invitan a, en principio, mirar más allá de la superficie para, después, volver a ella y, tal vez, pensar la frase: no hay nada más profundo que la piel.

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