El joven Aurelio –nombre que me parece de empaque- llegó desde la Tacita de Plata a estos lares canarios, donde descubrió “este auténtico premio que Dios me ha dado en mi vida”. Puede hablar, el mismo Dios que cita me asista, de Los Paragüitas y sus cañas heladas y los berberechos con aliño –muy cerca desde donde conversamos-; de la Cafetería Orche; de la noche de Santa Cruz, el Samantha y el Cintra (la noche); de los guiños andaluces de pijotas, acedías y tortitas de camarones en El Figón.
¡Del Figón! Del que yo escribiré ahora, pero es que son… tres Figones: calle San Martín, Calzadilla 6 y San Antonio 48,que ahí sigue vigente. Me habla de un Santa Cruz lo suficientemente lejano pero cercano; entrañable, en el que la gastronomía ha dado un vuelco de 180 grados. “Fran: yo me dediqué a la sala, pero te digo una cosa: por mucho que uno le dé gracia a los clientes, si la cocina no es buena no hay nada que hacer”.
Aurelio toma del refresco de naranja, cuenta relatos y personajes –y personalidades a borbotones-. Escucho y me divierto y el habla de sus tiempos de la cafetería de la Escuela Náutica, donde se celebraban bodas, incluso la suya, la primera. “¡Qué fantástico cuándo nos íbamos a Aguagarcía a esa carne de cochino estupenda con papas y ensalada!”. Entonces había que salir de Santa Cruz hacía esos destinos gastronómicos.
"Retrato" en La Alameda santacrucera | FB
Nombres propios como El Duque, desde donde empezaron a degustarse en Santa Cruz las acedías, el pescaíto frito, las pijotas, las tortitas de camarones, el cazón adobado, el fino… de ahí a otros proyectos que llevaban la marca de Aurelio, incluso en el Sur: “Eso no duró mucho porque ahí había que hablar inglés y yo no sabía hablar inglés”.
Para él están claras algunas cosas que sacamos a colación: la cosa gastronómica ha cambiado para bien en Santa Cruz y en Los Cristianos se vive maravillosamente. “He tenido la fortuna de tener 5 hijos, que son todos y cada uno el premio mayor de la Primitiva”. Insiste Aurelio que en la vida te vienen rachas mejores o peores con la economía personal, pero que en Tenerife él ha vivido maravillosamente y estará eternamente agradecido a la Isla y su gente, y sus amigos.
