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Adhara durante un campeonato de ajedrez|CEDIDA

Adhara Rodríguez: la mente brillante y serena del tablero

A sus 21 años, la tinerfeña combina talento y madurez para consolidarse como uno de los grandes valores del ajedrez canario y español

Julio Cruz

La conversación con Adhara Rodríguez deja una impresión inmediata: pese a su juventud y frescura, su perfil refleja una gran madurez y una cabeza muy bien amueblada. Habla con serenidad, piensa con método y expresa con claridad. A los 21 años, esta tinerfeña nacida en Santa Cruz en abril de 2004 representa a una nueva generación de ajedrecistas españoles que han crecido entre la competencia, el estudio y la pasión por un juego que, para ella, “lo ha sido todo”, asegura. 

Adhara estudia actualmente un doble grado en Criminología y Seguridad en la Universidad de Murcia. Se trasladó allí después de un periplo académico que comenzó en Derecho en la Universidad de La Laguna, continuó en la UNED y acabó consolidándose en Murcia, donde ha encontrado también un entorno idóneo para entrenar. “Vine porque tenía una compañera que también juega al ajedrez y me hacía mucha ilusión compartir piso con alguien que entrena conmigo. Al final, ha sido casi más por esto que por los estudios”, confiesa, sin dejar atrás que las desventajas que otras disciplinas deportivas padecen por la lejanía canaria respecto al continente se trasladan también al juego de los 64 escaques. 

Un comienzo precoz 

Su historia con el ajedrez empezó temprano, con apenas cinco años. “Mi madre nos enseñó en casa, primero a mi hermano y luego a mí, porque yo era muy pequeña. Aun así, me dejaron ir al club porque ya sabía leer y escribir”, recuerda. Enseguida se apuntó al Club de Ajedrez CajaCanarias, donde pronto empezó a destacar. “Desde el principio se me dio bien. Gané campeonatos de Tenerife muy rápido y eso me motivó muchísimo a seguir”, explica. 

Desde entonces, su vida se ha movido al ritmo de torneos, entrenamientos y tableros. Adhara creció entre Santa Cruz y La Laguna, con su madre, su hermano y su abuelo paterno como primeras referencias del juego. Con el tiempo, llegaron los maestros. Primero Toni López y después el gran maestro José Luis Fernández, una figura clave en su desarrollo. “Fue mi mentor desde el principio. Me acompañó a los mundiales cuando era pequeña. Fue campeón de España y para mí ha sido una referencia total”, asegura. 

En el ajedrez femenino nacional, cita a Sabrina Vega como su gran referente. Y a nivel internacional no duda en mencionar a Judit Polgar: “Por lo que representa, por haber competido a tan alto nivel y hacerlo contra hombres. Es una motivación enorme”, reflexiona. 

Entrenar la mente 

Compaginar una carrera universitaria exigente con el ajedrez de élite no es fácil. Adhara estructura su día con disciplina. “Si entro a clase a las nueve, me levanto a las siete y entreno cálculo una hora antes de ir a la universidad. Por la tarde ya me centro totalmente en el ajedrez”, explica.

Su entrenamiento se divide entre cálculo, aperturas y estrategia. “Ahora estoy trabajando con un libro de Aagaard, que es un autor muy importante. Hago ejercicios cada día, preparo aperturas con ordenador y con el módulo de ajedrez, y también vemos cursos. Tenemos un entrenador que nos guía, proporcionado por la Federación Española. Es una ayuda increíble”, destaca. 

Esa beca federativa no es casualidad: Adhara es actualmente la mejor jugadora sub-21 de España por ELO, la clasificación internacional que mide la fuerza de cada jugador. “La Federación nos da este entrenador a mi compañera y a mí, y es algo que valoro muchísimo”, comenta. 

Su vida en Murcia está íntimamente ligada al ajedrez. Comparte piso con otra jugadora del mismo nivel, lo que convierte su hogar en un pequeño centro de alto rendimiento. “Ella da clases de ajedrez y me propuso venir a vivir con ella. Entrenamos juntas y nos apoyamos mucho. Ha sido una decisión que me ha beneficiado en todo”, asegura. 

El ajedrez como escuela de vida 

Cuando se le pregunta qué le ha dado el ajedrez, Adhara no duda. “Me lo ha dado todo. No me imagino la vida sin él. Todas las circunstancias de mi vida han pasado junto al ajedrez. También ha sido un refugio en momentos difíciles”, confiesa. 

Habla de este juego como quien habla de un idioma propio. No hay romanticismo impostado ni idealización ingenua, sino la conciencia de alguien que sabe lo que implica dedicarse a fondo. “El ajedrez te enseña a gestionar emociones, a tolerar la frustración, a tomar decisiones. Es algo que luego aplicas al día a día, en los estudios o en la vida personal. Yo diría que me ha hecho más fuerte emocionalmente”, reflexiona. 

Su reflexión va más allá del ámbito competitivo. “Ojalá el ajedrez se enseñara más en las aulas. Tiene tantas ventajas... No hablo del ajedrez de competición, sino del básico. Ayuda muchísimo a niños con problemas de atención o dificultades emocionales”, asegura. 

Una pionera entre tableros 

El nombre de Adhara Rodríguez también está asociado a un hito para el ajedrez tinerfeño: fue la primera mujer en ganar el Campeonato insular absoluto de Tenerife, un logro que rompió una barrera simbólica en un entorno tradicionalmente masculino. “Me encantaría que hubiera más niñas en los clubes y que el ajedrez se viera como algo normal para todos, sin distinciones”, comenta. 

La jugadora reconoce que la igualdad avanza, pero a un ritmo todavía desigual. “Cada vez hay más mujeres, pero aún falta mucho. El ajedrez femenino necesita más visibilidad y apoyo. No por separar, sino por equilibrar”, explica. Su triunfo en aquel campeonato no fue solo una victoria personal, sino un mensaje poderoso sobre talento y perseverancia.

Adhara Rodríguez 3
 

Objetivos claros, pies en el suelo 

Adhara combina el rigor mental del ajedrez con la curiosidad intelectual de la criminología. “Estudio porque me encanta lo que aprendo. No sé si me dedicaré profesionalmente a ello, pero me apasiona”, reconoce. Sin embargo, tiene claro dónde está su prioridad. “Mi sueño es llegar a lo más alto en ajedrez, jugar con el equipo olímpico, disputar campeonatos del mundo o de Europa, y ojalá algún día ser campeona”, afirma. 

Actualmente ocupa la séptima posición en el ranking femenino español, a las puertas del equipo que representa a España en las olimpiadas de ajedrez —el gran evento bienal de este deporte—. “Entran cinco jugadoras, y el criterio es puramente por ELO. Estoy muy cerca. En otras ocasiones con el ELO que tengo ahora ya se habría entrado. Así que estoy muy ilusionada”, admite. 

Esa ambición convive con una lucidez poco habitual en alguien de su edad. “Vivir del ajedrez es muy complicado. Solo los mejores del mundo lo consiguen. La mayoría acaba dando clases o participando en eventos. A mí me encantaría dedicarme solo a competir, pero sé que no es fácil. Además, sería una presión muy grande depender solo de eso”, razona. 

Mientras tanto, combina los ingresos de becas deportivas, torneos, simultáneas y eventos. “Se puede ir tirando, pero el ajedrez debería estar más reconocido. Si lo estuviera, todo sería más fácil”, lamenta.

Camino hacia la maestría 

Adhara es ya Maestra FIDE Femenina, un título internacional otorgado por la Federación Mundial de Ajedrez. Su siguiente objetivo es lograr el de Maestra Internacional Femenina, para lo cual necesita cumplir tres normas (logros concretos en torneos) y alcanzar un ELO superior a 2200. “Llegué a ese ELO hace cinco años y tengo una norma, me faltan dos. Lo frustrante es que a veces depende de la suerte. Si en un campeonato no te enfrentas a suficientes jugadoras extranjeras, por ejemplo, ya no cuenta. Pero lo seguiré intentando”, explica. 

A partir de ahí, los pasos serían Gran Maestra Femenina, Maestro Internacional y finalmente Gran Maestro, el máximo reconocimiento. Un recorrido largo, exigente y que requiere años de constancia. 

Prepararse para resistir 

El ajedrez es un deporte de desgaste mental, pero también físico. “Puedes estar cinco horas seguidas jugando, y el cuerpo lo nota. Cuando mejor estoy físicamente, mejor juego”, asegura. Aunque reconoce que en el ajedrez “no se le da tanta importancia a la preparación física”, ella sí ha empezado a incorporarla en su rutina. “Debería fomentarse más. Es fundamental para aguantar la concentración”, añade. 

No descarta que en el futuro su formación universitaria la lleve por caminos paralelos. “Como estudio Criminología y Seguridad, nunca se sabe si acabaré preparando una oposición, quizá para Policía Nacional. Pero ahora mi prioridad es el ajedrez”, comenta. 

Adhara Rodríguez 

Entre la razón y la intuición 

Hay en Adhara Rodríguez una combinación de razón, disciplina e intuición que explica tanto su éxito como su madurez. Su discurso rehúye la grandilocuencia: no habla de talento, sino de trabajo; no presume de resultados, sino de aprendizaje

Su historia, la de una niña que empezó a mover piezas en Santa Cruz de Tenerife y hoy compite en los principales tableros del país, es también la de una generación que entiende el ajedrez como algo más que un deporte. “Ha sido un vehículo tremendo, una forma de entender la vida”, concluye. Su manera de contarlo, con voz serena y convicción firme, resume mejor que cualquier dato lo que el ajedrez significa para ella.