Imagine usted empezar a caminar el 1 de mayo en La Graciosa y terminar el 30, Día de Canarias, en El Hierro. Piense ahora en la de cosas que experimentaría por el camino. A todos los niveles y en múltiples ámbitos.
Algo parecido, sumando un profundo componente social y comunitario, es lo que hace Contramapas, el proyecto impulsado por la Asociación Atlas que recorre los casi 600 kilómetros del Sendero de Gran Recorrido de Canarias GR131, uno de los cinco GR que existen en el Archipiélago, homologados por la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada.
El equipo dirigido por Manuel Cabezudo presenta la iniciativa este miércoles en el Cabildo de Lanzarote, y él y su equipo convierten esa distancia y el desafío que representa la orografía canaria en la excusa perfecta para desarrollar una iniciativa que pone la mirada en muchas y diversas aristas. Por ejemplo, el patrimonio cultural y medioambiental. Por descontado, recorrer Canarias de punta a punta va arrojando imágenes llenas de belleza que recuerdan que estas islas ofrecen un entorno maravilloso.

Pero Contramapas es mucho más. Cabezudo y su compañera Elena Carbó, educadora físico-deportiva y facilitadora, llevan meses preparándolo todo, junto con un equipo en el que también cuentan con Aníbal Llarena y Hans Thomsen, responsables de la parte artística. Porque cada parada del camino representa una oportunidad para desarrollar un evento comunitario, donde a través de los talleres de música y danza de raíz que Llarena y Thomsen comparten, se realizan charlas y encuentros, y en definitiva, una difusión del Sendero GR131, “un recurso increíble que vertebra Canarias y que ahora mismo pasa totalmente desapercibido para la población local”, lamenta Cabezudo.
Comunidad
“Promovemos la sostenibilidad del territorio y de las comunidades que lo habitan”, explica con los ojos cargados de ilusión por lo que hace. Pero sobre todas las cosas, el GR 131 es “un instrumento muy valioso de innovación social, un escenario majestuoso para implementar proyectos educativos”. Y es que el Contramapas de 2025 –Atlas lleva una década recorriendo este sendero pero en 2024 oficializó su travesía por vez primera- gira en torno a la inclusión social, abordando las dificultades socioeconómicas y culturales que enfrentan los jóvenes, especialmente aquellos en situación de vulnerabilidad, brindándoles oportunidades de participación en actividades al aire libre y promoviendo la conexión con la naturaleza y la cultura local.
En este sentido, Contramapas cuenta con el respaldo de la Consejería de Bienestar Social, Igualdad, Juventud, Infancia y Familias del Gobierno de Canarias, así como de la Fundación “la Caixa”. También hacen posible el proyecto patrocinadores como el Cabildo de Lanzarote –además de que los siete Cabildos participan de una u otra manera-, Casa África, Fred Olsen –que cubre las travesías marítimas entre islas-, Toyota Canarias, Runize, la Fundación Foresta y la Asociación Transpirenaica Social Solidaria, entidad catalana que es referente estatal en proyectos de inclusión social en el medio natural.
“Que al comienzo de esta edición nos acompañe Transpirenaica es muy importante para Contramapas, por la experiencia que atesoran y porque son un verdadero ejemplo en este tipo de propuestas”, cuenta Cabezudo.
Inclusión
Aunque el responsable de la Asociación Atlas no quiere desvelar mucho antes de la presentación oficial de este miércoles, sí adelanta que distintas organizaciones que trabajan con menores se sumarán a la caminata en diversos tramos de la ruta. “Buscamos estimular el aprendizaje no formal y el desarrollo personal a través de la educación ambiental y la preservación del patrimonio cultural, a la vez que fortalecemos el sentido de comunidad y pertenencia entre las distintas islas mediante la conexión personal y colectiva con el entorno. Además, reivindicamos el derecho a la cultura como agente de cohesión social generador de valores y facilitador de alianzas entre comunidades”, explica.

Como en casi todo, también existe el factor económico, aquí presente en positivo, pues el GR 131, si las instituciones se suben a la corriente de organizaciones como Atlas e impulsan todo el potencial del recurso, puede ser también generador de actividad económica.
Todo por delante
Pero Manuel Cabezudo avisa: ya hay ojos foráneos puestos en este sendero. “Nuestro principal objetivo es el aprovechamiento de todas las bondades del GR 131 por parte de la población local. El conocimiento y puesta en valor del sendero por parte de los que vivimos aquí. Y la dotación del mismo de, por ejemplo, una red de albergues y alojamientos rurales que permitan recorrerlo. Si quienes vivimos aquí no lo valoramos, el futuro de un patrimonio tan valioso puede estar en peligro”, concluye.
La Graciosa, Lanzarote, Lobos, Fuerteventura, Gran Canaria, Tenerife, La Gomera, La Palma y El Hierro. Innovación social, educación, inclusión, arte, cultura, participación, comunidad. Cuando Contramapas alcance ese lugar mágico que es el Faro de Orchilla, habrá recorrido casi 600 kilómetros en 25 etapas, atravesando más de 30 municipios. Y, sobre todo, habrá desviado la mirada de muchas personas hacia el medio natural y hacia una convivencia más humana.