Foto del primer Estudio de Impacto Socioeconómico del Deporte  AH
Foto del primer Estudio de Impacto Socioeconómico del Deporte AH

El deporte canario, una industria “de pleno derecho”

El primer Estudio de Impacto Socioeconómico del sector, impulsado por el Clúster de la Industria del Deporte de Canarias, revela cifras rotundas que consolidan

Julio Cruz

Durante mucho tiempo, en Canarias se habló del deporte como un ámbito relevante, influyente, lleno de vida y de impacto social, pero pocas veces se le otorgó un lugar claro en la estructura económica del Archipiélago. Se le reconocía como herramienta educativa, como espacio de cohesión, como motor de salud o como escaparate turístico, pero no como lo que realmente es: una industria. Y no una industria metafórica, sino una industria con métricas, con producción, con recaudación fiscal, con empleo y con una cadena de valor compleja. Esa transformación conceptual cristalizó esta semana con la presentación del primer Estudio de Impacto Socioeconómico de la Industria del Deporte en Canarias, impulsado por el Clúster de la Industria del Deporte de Canarias (CIDECA) con el apoyo de la Consejería de Educación, Formación Profesional, Actividad Física y Deportes del Gobierno autonómico y elaborado por la consultora KPMG.

El martes en Tenerife y el miércoles en Las Palmas, tanto el consejero Poli Suárez como el viceconsejero Ángel Sabroso insistieron en una frase que no fue casual ni retórica: “El deporte canario es una industria de pleno derecho”. Lo dijeron con convicción, pero sobre todo con datos en la mano. Una afirmación que resume el salto de escala que el Archipiélago está dando, el de dejar de entender la actividad física y deportiva como un compartimento aislado y reconocerla como un sector económico estratégico, comparable en peso y estructura a otras industrias consolidadas.

Datos clave

Los números son el punto de partida de esta reafirmación. El estudio cifra en 2.586 millones de euros el impacto directo del deporte, equivalente al 4,45% del PIB de Canarias. Un volumen económico que, por sí solo, ya situaría a las Islas por encima de otras comunidades autónomas que han publicado análisis similares. Pero la cifra total va mucho más allá: sumando los efectos indirectos e inducidos, el impacto asciende a 5.742 millones, un reflejo claro del tamaño y la expansión del ecosistema deportivo regional. La recaudación pública es otra de las grandes revelaciones: 760 millones de euros en ingresos fiscales directos, que se elevan hasta 1.690 millones si se incorporan los impactos indirectos e inducidos, con aportaciones al IGIC, a la Seguridad Social, al IRPF y al Impuesto de Sociedades que consolidan al sector como un contribuyente destacadísimo del desarrollo económico canario. A ello se suma un dato especialmente elocuente para cualquier responsable público: por cada euro invertido por las administraciones, se generan 3,4 euros recaudados vía impuestos. Es decir, el deporte devuelve más del triple de lo que recibe.

Fuente de empleo

La dimensión laboral del sector es también reveladora. CIDECA estima que la industria deportiva sostiene 28.667 empleos directos a tiempo completo, y que el total, contando los indirectos e inducidos, se eleva a 66.421 puestos de trabajo. Una cifra que, por sí misma, basta para comprender hasta qué punto el deporte ha dejado de ser un ámbito accesorio para convertirse en un generador estable de oportunidades profesionales. Ese crecimiento no ha sido espontáneo. Se sustenta en una realidad empresarial que el informe radiografía con precisión: Canarias cuenta con 2.600 empresas vinculadas al deporte, distribuidas en 54 CNAE distintos, lo que convierte a las Islas en la quinta comunidad con más empresas del sector en España. Solo en 2024, el tejido empresarial deportivo creció un 7,2%, el segundo mayor incremento del país. Un dato que da pistas sobre la vitalidad del ecosistema: más oferta, más actores, más actividad y más diversificación.

El presidente de CIDECA, José Hernández, lo explica desde la perspectiva de quien lleva décadas en el sector. “Lo que no se conoce no se valora y lo que no se valora no se fomenta”, repitió en ambas presentaciones. Para él, este estudio era una de las primeras obligaciones del recién creado Clúster: conocer con rigor la dimensión real del deporte canario. Y ahora, con el informe sobre la mesa, su lectura es clara. “El ecosistema que sostiene la actividad física y el deporte, también público pero principalmente privado, genera economía y empleo suficientes para consolidarse como un motor estratégico de la economía de las Islas”, asegura. La fotografía es la de un sistema abierto y diverso, donde el alojamiento turístico representa el 28,2% del impacto directo, seguido de clubes de élite y deporte federado, comercio, hostelería o el sector público. El deporte, en Canarias, está lejos de ser solo gimnasios, ligas o competiciones. Es turismo, tecnología, salud, educación, recuperación funcional, proveedores, transporte, medios de comunicación, eventos, startups y eSports. Una red de actividades que conecta ámbitos tan distintos como la medicina, la hotelería, la innovación tecnológica o la educación física.

Retos enormes

Hernández, además, pone el foco en los retos que se abren para los próximos años. Desde su experiencia como empresario y como presidente del Clúster, lo tiene claro, y señala que el gran desafío está en articular equipos multidisciplinares que permitan abordar problemas estructurales de Canarias desde la unión entre la salud, la educación y la actividad física. “Tenemos retos enormes en deporte escolar, en obesidad infantil, en adicciones o en salud mental”, reflexiona. Y añade una idea clave: “Eso no se puede hacer sin presupuesto. Hay que captar fondos europeos, nacionales y locales para desarrollar programas que aumenten la práctica deportiva del 40% de la población que no hace nada”. No plantea un liderazgo único: ni el público ni el privado. Para él, lo importante es evitar la inacción. “Da igual quién lidere. Lo que no se puede permitir es que no se haga nada”, resume.

Ese es, precisamente, uno de los elementos que más enfatizó el viceconsejero Ángel Sabroso durante la presentación: la necesidad de que las políticas públicas se apoyen en datos rigurosos. “Este documento coloca a Canarias en la vanguardia del análisis económico de la actividad deportiva en España”, apuntó. Un análisis que, según explicó, permitirá orientar inversiones, diseñar políticas más eficaces y fortalecer la colaboración entre administraciones y empresas.

Unión profesional

En paralelo a la presentación del informe, el Clúster ya piensa en los pasos siguientes. Hernández recuerda que CIDECA es hoy una organización con 75 empresas y entidades que creen en un proyecto común y que han impulsado en pocos meses una estructura que no existía. “Ahora toca consolidarla, garantizar su estabilidad orgánica, asegurar financiación para nuevos proyectos y continuar generando valor a través de jornadas formativas, encuentros sectoriales, iniciativas de divulgación y acciones que permitan mejorar la eficacia y la competitividad de todos los actores implicados. La idea es construir un espacio estable, útil y duradero que articule la relación entre el sector público y el privado y que permita elevar el nivel de profesionalización y especialización de la industria”, subraya el empresario.

La presentación de esta semana no fue solo un acto institucional. Fue, sobre todo, un cambio de marco mental. El deporte canario no necesita justificarse como industria, ya lo es. Lo era incluso antes de que el estudio lo demostrara. Pero ahora esa evidencia está respaldada por datos, por comparaciones, por metodología y por un análisis profundo que certifica aquello que muchas empresas, profesionales, clubes y organizaciones ya sabían por experiencia. Que la actividad física y deportiva es una de las grandes fortalezas de Canarias. No solo por su práctica social, sino por su capacidad de generar riqueza, empleo, cohesión y progreso.

Por eso el mensaje de esta semana no fue una simple frase, sino una declaración de intenciones para un futuro inmediato. El deporte canario, con todos sus matices, complejidades y posibilidades, es una industria de pleno derecho. A partir de aquí, lo importante es acompañar esa evidencia con decisiones valientes y con la ambición que el propio sector ha demostrado tener.