Loading...
La difícil convivencia en el Arena: el Granca se resiste a ceder el gimnasio a otros clubes.

La difícil convivencia en el Arena: el Granca se resiste a ceder el gimnasio a otros clubes

Guaguas Las Palmas y JAV Olímpico denuncian trabas para usar el gimnasio, pese a ser una instalación pública

La convivencia deportiva dentro del Gran Canaria Arena vive semanas de tensión. Lo que comenzó como un desencuentro menor por horarios de entrenamientos y ruidos en las salas comunes, se ha convertido en una disputa más profunda entre clubes que comparten techo. En el centro del conflicto está el Club Baloncesto Gran Canaria, que se resiste a ceder el uso del gimnasio a otros equipos como Guaguas Las Palmas (voleibol) o JAV Olímpico (voleibol femenino), a pesar de que durante las primeras horas de la mañana el espacio permanece vacío.

La controversia ha aflorado con fuerza en los últimos días, con el Guaguas y el Olímpico exiliados al Arena a la fuerza por las obras de reforma del Centro Insular de Deportes, y reabre un debate de fondo: ¿hasta qué punto puede un club de propiedad pública ejercer un control exclusivo sobre instalaciones también públicas?

Gimnasio en disputa

El presidente del CB Gran Canaria, Sitapha Savané, ha transmitido internamente que el gimnasio del Arena no se compartirá. Según el club claretiano, la negativa se justifica porque las máquinas y equipamientos fueron costeados con fondos propios y están adaptados a las características de sus jugadores profesionales, especialmente en lo relativo a las dimensiones y alturas de los aparatos.

Sitapha Savané, presidente del CB Gran Canaria. / ÁNGEL MEDINA G.-EFE

Sin embargo, esa versión choca con los propios registros históricos del club. En febrero de 2015, una nota oficial publicada por el CB Gran Canaria señalaba que las obras de adaptación del gimnasio fueron sufragadas por el Cabildo de Gran Canaria, y que las máquinas se adquirieron bajo supervisión del preparador físico Juanjo Falcón. En aquel comunicado se precisaba que el conjunto del proyecto ascendió a 200.000 euros.

Es decir, la inversión partió de recursos públicos, destinados a un club que, aunque funciona como Sociedad Anónima Deportiva (SAD), es de titularidad pública y depende financieramente del Cabildo insular.

Música, horarios y convivencia

No es el primer roce entre los equipos que entrenan en el Arena. Hace unas semanas, según fuentes conocedoras del conflicto, hubo desacuerdos en la coordinación de horarios de entrenamientos y en el uso de la Sala Club, un espacio polivalente del recinto. En alguna sesión coincidieron el Granca y el JAV Olímpico, y el volumen de la música utilizado por las jugadoras de voleibol durante su preparación provocó el malestar del personal del conjunto de baloncesto.

Desde entonces, la relación entre las entidades se ha enfriado. El Guaguas Las Palmas, por su parte, también ha tenido que reorganizar parte de sus rutinas ante la falta de flexibilidad en el uso de ciertos espacios del Arena, un edificio concebido precisamente como infraestructura multidisciplinar al servicio del deporte insular.

Recinto público

El Gran Canaria Arena, inaugurado en 2014 con motivo del Mundial de Baloncesto, fue concebido como instalación de titularidad pública, propiedad del Cabildo de Gran Canaria. El CB Gran Canaria, gestionado como SAD pero con capital público, actúa como usuario principal y entidad residente.

Imagen de la pista central del Gran Canaria Arena / IID

Sin embargo, la propiedad del recinto y su mantenimiento corren a cargo del Cabildo, lo que implica que ninguna zona del complejo —incluido el gimnasio— pertenece de forma privada al club. De hecho, el propio modelo de uso compartido fue uno de los argumentos centrales en su planificación, con la idea de que sirviera para albergar eventos deportivos, culturales y de distintas disciplinas.

Por eso, la negativa del Granca a permitir el acceso de otros equipos ha generado incomodidad institucional y cierto malestar entre responsables deportivos del Cabildo, que consideran que el club debería mostrar mayor apertura en tanto que se sostiene con fondos públicos.

"Equipos adaptados”

Desde el club claretiano se insiste en que el gimnasio del Arena fue diseñado específicamente para jugadores de élite del baloncesto profesional, y que sus dimensiones, pesos y alturas podrían no ser adecuadas para deportistas de otras disciplinas. Argumentan que un mal uso o una manipulación no supervisada de los aparatos podría dañar los equipos o comprometer la preparación del primer equipo, que entrena a diario bajo las órdenes de su cuerpo técnico.

No obstante, los otros clubes sostienen que existen franjas horarias en las que el gimnasio permanece completamente vacío, y que un uso regulado, con supervisión y respeto de horarios, no interferiría con la actividad del Granca. “No se trata de invadir su espacio, sino de aprovechar recursos públicos infrautilizados”, apuntan fuentes cercanas al JAV Olímpico.

Modelo a revisar

El pulso por el gimnasio del Arena no es solo una disputa de horarios o aparatos. Es también un síntoma de las fronteras difusas entre lo público y lo privado en el modelo deportivo insular. El CB Gran Canaria SAD, aunque se gestiona con estructura empresarial, pertenece íntegramente al Cabildo, que aporta la financiación principal —casi un 50% de los ingresos— y asume el mantenimiento de su sede.

Por eso, la negativa del club a compartir instalaciones genera preguntas sobre la coherencia del modelo de gestión y sobre cómo se equilibra la autonomía deportiva con la responsabilidad pública.

A fin de cuentas, el Gran Canaria Arena fue concebido como un espacio de todos. Y si algo parece estar en juego ahora no son solo máquinas de gimnasio, sino la convivencia y el espíritu colectivo del deporte insular.