Lo que se presentó este lunes como una apuesta firme por la estabilidad del CB Gran Canaria encierra más matices de los que dejó ver la puesta en escena. El Cabildo de Gran Canaria anunció en rueda de prensa la renovación hasta 2027 del presidente Sitapha Savané, el director deportivo Willy Villar y el entrenador Jaka Lakovic, un movimiento que consolida el proyecto deportivo del club, pero que no estuvo exento de tensiones internas previas.
Según ha podido saber este medio, Savané puso sobre la mesa la posibilidad de un cambio en la dirección deportiva antes de confirmar su continuidad al frente del club. El nombre que propuso fue el de Mario Fernández, exjugador del Granca y actual mano derecha de Juan Carlos Navarro en la dirección deportiva del FC Barcelona. Sin embargo, la operación no cuajó por el contexto de indefinición en el Barça y la falta de margen temporal para esperar a que se aclarara su futuro.

¿Triple de estabilidad?
Finalmente, la opción que se impuso fue la continuidad de Villar, pieza que cuadraba con el mensaje de estabilidad que quería lanzar el entorno institucional, en una decisión pactada con el Cabildo, propietario del club, que buscaba enviar un mensaje claro de solidez en vísperas del cierre de la temporada regular y la lucha por entrar en el Playoff de la Liga Endesa.
El anuncio de las tres renovaciones se vendió como un “triple de estabilidad”, en palabras del presidente insular, Antonio Morales, pero detrás del titular hubo un debate sobre el modelo deportivo que se quiere consolidar. Savané, que seguirá hasta 2027, había considerado iniciar una nueva etapa con otro perfil en los despachos, aunque finalmente optó por mantener el bloque, al menos de momento.

Lakovic, prioridad
La continuidad de Lakovic, pieza clave en los logros recientes del equipo, fue siempre una prioridad compartida, y su renovación se cierra con el aval de un rendimiento sostenido: tres clasificaciones consecutivas para la Copa del Rey, una Eurocup en el bolsillo y presencia constante en el Playoff.
Con este movimiento, el CB Gran Canaria refuerza su hoja de ruta institucional, pero también muestra las tensiones propias de un club que crece y se profesionaliza, donde la estabilidad a veces se negocia más de lo que se proclama.