La empresa Hercal Diggers será la encargada de dar el primer golpe de cambio al Estadio de Gran Canaria. El Cabildo Insular ha adjudicado a esta constructora los trabajos de demolición de la Torre Este y la Torre de Control Este, una actuación valorada en 804.432,60 euros y con un plazo de ejecución de 16 semanas desde la firma del acta de replanteo.
El proyecto marca el inicio visible de la remodelación integral del recinto deportivo, que se extenderá hasta octubre de 2029, fecha prevista para su finalización y antesala de la gran cita mundialista de 2030, en la que Gran Canaria será una de las 11 sedes oficiales de España.
Minimizar el impacto
La demolición afectará a una superficie de 3.360,45 metros cuadrados y se llevará a cabo con maquinaria especializada, priorizando la seguridad de los trabajadores y minimizando el impacto sobre los usuarios habituales del estadio. Esta primera fase permitirá preparar el terreno para el resto de actuaciones incluidas en el plan de modernización, con el que el Cabildo aspira a dotar al recinto de un estándar internacional acorde con los requisitos de la FIFA.

El consejero de Deportes del Cabildo de Gran Canaria, Aridany Romero, subrayó la relevancia de este hito: “Después de varios meses de intenso trabajo técnico y administrativo, por fin vamos a ver las primeras transformaciones del Estadio de Gran Canaria”. Según indicó, la adjudicación “no es un trámite más, sino el arranque real de una serie de actuaciones que cambiarán la fisonomía del recinto y la experiencia de miles de aficionados”.
Plan insular
Romero recordó que la reforma tiene un carácter estratégico dentro del plan insular de infraestructuras deportivas. “Confiamos en que la reforma integral concluya en octubre de 2029, varios meses antes del Mundial”, explicó, al tiempo que aseguró que el Cabildo “seguirá invirtiendo en el Centro Insular de Deportes y en instalaciones municipales de toda Gran Canaria, para garantizar que el deporte se practique en condiciones óptimas en cada rincón de la isla”.
La designación de Gran Canaria como sede mundialista representa una oportunidad histórica para reforzar su posición como destino deportivo y turístico. Más allá del fútbol, la remodelación del estadio tendrá un impacto positivo en la economía local, el empleo, la hostelería y la proyección cultural de la isla.

Metamorfosis
El Estadio de Gran Canaria, inaugurado en 2003 y hogar de la UD Las Palmas, será completamente transformado: nuevas gradas más cercanas al campo, zonas de restauración y ocio, accesos mejorados, espacios polivalentes y una integración más amable con su entorno urbano. La meta: convertir el estadio en un espacio vivo, funcional y moderno, preparado para recibir a miles de aficionados durante y después del Mundial.
Durante las obras, el Cabildo y el Instituto Insular de Deportes trabajan para coordinar las fases del proyecto sin interferir en la actividad del club amarillo ni en el calendario deportivo. Con la firma de Hercal Diggers y una inversión inicial superior a los 800.000 euros, el Estadio de Gran Canaria comienza su gran metamorfosis hacia el Mundial 2030.
