Kike Mata aún digiere lo vivido el pasado 27 de julio en Singapur, donde se proclamó campeón del mundo de aguas abiertas en categoría +65. “Este logro es el máximo al que podía aspirar”, confiesa con una mezcla de humildad y emoción. Tras retomar la natación hace apenas unos años, su objetivo se fue gestando poco a poco. “Empezó como una ilusión y con el tiempo se convirtió en una meta real”.
Las condiciones no fueron nada fáciles. El agua a 31 grados, la elevada humedad y el oleaje provocado por barcos turísticos supusieron un reto añadido. “Era como nadar en una lavadora con el programa en agua caliente y centrifugado”, describe. “En cada tramo del circuito el oleaje venía de una dirección distinta. Fue muy exigente”.
El regreso de un talento precoz
La historia de Kike no sigue los cauces habituales. Fue campeón juvenil de España con solo 13 años, pero abandonó la competición por sus estudios. Cuatro décadas después, ya en la madurez, decidió volver al agua. “Cuando maduras, tienes que hacer deporte. Y lo más lógico es volver al que ya conoces. Es más fácil, no tienes que aprenderlo, y te aporta más beneficios para la salud”.
Fue entonces cuando descubrió el Club Gloria Swim&Train, en Maspalomas. “Nadar solo es aburrido. Entrar al club me permitió tener compañeros, retos, y sobre todo un entrenador”, explica. “Sin un entrenador no habría logrado esta medalla. Es imprescindible para marcarte objetivos y mantener la motivación”.
Una temporada histórica
Lo de Singapur ha sido el colofón a un año brillante. Mata ha batido seis récords de Europa en piscina y se ha proclamado campeón continental en aguas abiertas tanto en Roma como en Belgrado. “Este año ha sido espectacular”, resume. En Oviedo rompió las marcas europeas en 200, 400 y 1.500 metros; en Tenerife logró el récord de 800, y en el Metropole repitió en 200 y 400 de piscina larga.
Además, se impuso en el Campeonato Nacional de Aguas Abiertas en Ibiza y en otras pruebas del calendario español. “Seguiré compitiendo mientras tenga salud”, asegura. En diciembre tiene previsto viajar a Polonia para el Europeo de piscina corta, y en 2026 sueña con estar en el Europeo de París.
Deporte, salud y ejemplo
Kike Mata no solo compite: también es médico pediatra. Y lo tiene claro. “A partir de cierta edad, el deporte es fundamental. No hay pastilla que dé los mismos beneficios. Es la medicina más barata que existe”.
Por eso lanza un mensaje rotundo a quienes creen que es tarde para empezar: “Aunque tengas 70 años, caminar un poco o hacer ejercicio suave mejora la calidad de vida. Si no haces nada, el cuerpo se atrofia y te conviertes en un paciente frágil. Es así de claro”.
La natación, asegura, lo mantiene en equilibrio. “Después de mi familia, es lo que más me gratifica. Me mantiene activo, contento, con ganas de trabajar. No pienso dejarlo”.