Una de las novedades más significativas en la campaña de abonados del CB Gran Canaria para esta temporada —aunque nadie lo haya anunciado— ha sido el encarecimiento de la renovación de los carnets para segurarse un asiento en el Arena. No por una subida directa de precios, sino por la introducción de intereses y comisiones que penalizan, en particular, a los aficionados más fieles.

Hasta ahora, el club había facilitado el pago fraccionado directamente, sin coste adicional para el abonado. Este año, sin embargo, quienes desean aplazar el pago deben hacerlo a través de una entidad financiera externa.

¿El resultado? Un abono, por ejemplo, con tarifa bonificada de 205,50 euros —dirigida a quienes asistieron a más del 80 % de los partidos en la zona roja del Arena— asciende a 213 euros si se paga en tres plazos y a 220,50 euros si se fracciona en seis cuotas.

Recargo adicional

Esta novedad no fue comunicada oficialmente ni durante las sesiones informativas, lo que ha provocado malestar entre los seguidores, que se enfrentan por primera vez a intereses en una modalidad hasta ahora libre de cargos.

Tampoco se libran quienes eligen pagar al contado con tarjeta bancaria: se les aplica un recargo adicional de 3 euros en concepto de “gastos de gestión”. Una comisión inédita en campañas anteriores y tampoco anunciada públicamente.

Nómina de Savané

En la práctica, todos los abonados —incluso los más comprometidos— pagan más este año. El cambio en la operativa ha despertado suspicacias entre quienes se preguntan quién se beneficia realmente en este afán recaudatorio con los más fieles, justo en una temporada en la que además el Granca ha decidido establecer cuatro días del club —con los abonados pasando por taquilla—. 

Mientras tanto, la percepción general entre la afición amarilla es que el club ha optado por incrementar los ingresos sin explicarlo abiertamente, en un contexto donde el presidente del Granca, Sitapha Savané, ha visto como su sueldo aumenta de manera considerable: pasa de cobrar 87.000 euros anuales a 110.000 —más que Pedro Sánchez o Fernando Clavijo—, además de la posibilidad de ingresar varios bonus por objetivos.