“Algunas compañeras y compañeros nos decían hace poco que tenían la sensación de estar construyendo algo histórico”. Lo dice Carmen Sosa, la responsable del grupo motor del Clúster de la Industria del Deporte de Canarias. Su tono mezcla entusiasmo, convicción y una energía que parece contagiar a todo aquel que se acerca al proceso. No se trata solo de crear una nueva figura jurídica. Lo que está ocurriendo en el sector deportivo canario es mucho más profundo: es la formalización de un movimiento colectivo, que une por primera vez a empresas y organizaciones de todo el ecosistema del deporte y la actividad física, con el objetivo de fortalecer la industria, innovar, colaborar y crecer. Y hacerlo, además, de la mano del sector público.
“Es una agrupación empresarial innovadora, sin ánimo de lucro, que vamos a inscribir en el Registro de Asociaciones, que es la figura normativa pertinente. Cuando nos constituyamos, estaremos dentro de la Agencia Canaria de Investigación, Innovación y Sociedad de la Información (ACIISI), como ya ocurre con los clústeres del sector audiovisual, turístico, marítimo o tecnológico”, explica Sosa. El nacimiento del clúster es también un ejemplo claro de colaboración público-privada. “La Viceconsejería de Actividad Física y Deportes del Gobierno de Canarias ha sido clave desde el primer momento. Financiaron el estudio inicial, nos han acompañado en el proceso y siguen muy cerca. Ahora, una vez constituidos, podremos optar a convocatorias, fondos y alianzas estratégicas”, añade.
Una industria sólida, transversal y en crecimiento
Las cifras avalan, por derecho, el nacimiento del colectivo. En Canarias existen más de 2.500 empresas vinculadas al deporte. El sector genera más de 20.000 empleos y se estima que entre el 12% y el 15% de los turistas que llegan al archipiélago lo hacen por motivos relacionados con el deporte, según datos ofrecidos por Ángel Sabroso, viceconsejero autonómico de Deportes. El impacto económico es enorme, pero, hasta ahora, faltaba un espacio común de coordinación y estrategia compartida. El clúster nace precisamente para eso: para ordenar, conectar y potenciar la industria.
“El objetivo no es representar a nadie, ni sustituir a nadie. No somos un lobby, ni una patronal. Somos un espacio de encuentro y acción entre empresas, para innovar, desarrollar proyectos, atraer talento y financiación. Y hacerlo de forma colaborativa, con alianzas, compartiendo conocimiento”, explica Sosa, una de las responsables del clúster y agente del sector desde hace más de tres décadas. La idea es trabajar de forma muy práctica, como por ejemplo que una empresa proponga un proyecto piloto: se desarrolla, se valida y se replica entre los miembros de la entidad.
Entre los objetivos concretos ya identificados están la mejora de la digitalización en centros deportivos, el impulso a la innovación en salud y deporte, la captación de talento y la cooperación con universidades y centros tecnológicos. También se planea optar a financiación europea a través de fundaciones que gestionan fondos de la Unión. “Queremos ser útiles desde el primer día”, subraya Sosa.
¿Qué tipo de empresas pueden formar parte del clúster?
Una de las preguntas más frecuentes en estos meses ha sido quién puede asociarse al clúster. “La respuesta es sencilla: cualquier empresa con actividad económica vinculada al deporte. Puede ser directa, como un gimnasio, un centro funcional o una empresa de artículos deportivos; o indirecta, como una empresa textil que también fabrica ropa deportiva, una de ingeniería que hace instalaciones en centros deportivos o una tecnológica que desarrolla software para la gestión de usuarios o competiciones”, explica Sosa.
También están invitadas, entre otras, empresas de turismo deportivo, fisioterapia, nutrición, psicología del deporte, marketing especializado, organizadoras de eventos, clínicas, centros de formación, universidades y entidades públicas que presten servicios deportivos o promocionen el deporte como herramienta de desarrollo económico. El único requisito: tener sede fiscal en Canarias.
“Queremos que estén las grandes, pero también las pequeñas. Los CEO de grandes cadenas y los autónomos con una sala funcional en su barrio. Todos forman parte del ecosistema. Y de hecho, uno de los mayores logros es haber conseguido la participación de centros pequeños, con una o dos personas. Su experiencia, su conocimiento, es clave. Y en el clúster encuentran a sus iguales, con los que compartir retos y soluciones”, afirma.
Un proceso común lleno de entusiasmo
El proceso de constitución del clúster ha sido tan orgánico como participativo. En la sesión de presentación en Gran Canaria, el pasado 21 de marzo, más de 50 proyectos empresariales o entidades deportivas ya estuvieron presentes, y en Tenerife, este lunes 31, se repetirá la cifra. La web ya está activa -clusterdeportecanarias.org- y, durante el mes de abril, las empresas u organizaciones interesadas formalizarán su adhesión mediante un formulario online y previo pago de cantidades que dependerán de la facturación de cada compañía, y que van desde los 180 a los 1.800 euros anuales, con una cuota de alta también variable –de 0 a 800 euros-.
“Nos recomendaron empezar con 10 o 15 empresas. Pero la realidad ha desbordado cualquier previsión. Esperamos constituirnos a mediados de mayo con al menos 30 o 40 empresas fundadoras. ¿Por qué no 50? Vamos a empezar muy fuertes”, dice Sosa. El entusiasmo es compartido. “La gente lo estaba esperando sin saberlo. En cada encuentro, la respuesta es unánime: sí, esto hacía falta”.
Una herramienta que ya ha funcionado en otros territorios
La experiencia en otras comunidades ha servido de inspiración. “Cataluña lleva 15 años con el clúster deportivo Indescat. Gestiona millones en financiación, tienen un tejido empresarial riquísimo, una red activa y una gobernanza muy participativa. Galicia también tiene un clúster joven pero fuerte. En Asturias acaban de constituir el suyo. Ya hay una red nacional en marcha. Nosotros seremos el sexto clúster deportivo del país y vamos a empezar con una base más amplia que muchos”, asegura Sosa.
En Canarias no existía hasta ahora una agrupación empresarial de este tipo en el sector deportivo. “En Canarias siempre hemos ido rápido cuando nos activamos. Pasó con el reconocimiento del deporte como actividad esencial. Y va a pasar ahora. Porque tenemos una industria con mucho talento, muy transversal, y con ganas de crecer. El clúster será la herramienta para canalizar esa energía”.
Una visión compartida de futuro
Carmen Sosa no oculta su ilusión cuando piensa en el futuro. “Nos imaginamos dentro de cinco o diez años con una estructura sólida, con una red amplia y cohesionada, con proyectos en marcha, con financiación captada, con alianzas internacionales. Nos imaginamos al deporte de Canarias en la primera línea de la industria deportiva europea. Y sabemos que lo vamos a lograr”.
Ya hay iniciativas en marcha, que persiguen alianzas con otros clústeres como el marítimo y el turístico, conversaciones con universidades, acuerdos con empresas tecnológicas, sanitarias, de equipamiento, y un número creciente de adhesiones. Pero quizá lo más valioso es el clima que se ha creado.
“Cuando después de una reunión ves a empresas competidoras tomándose una cerveza juntas, compartiendo ideas, eso te dice que estamos en el camino correcto. La red ha funcionado. La gente se ha reencontrado. Y eso tiene mucho valor”, concluye una contagiosa Carmen Sosa.